Hedy
Lamarr (Viena; 9 de noviembre de 1914 -Orlando; 19 de enero de 2000) Actriz, ingeniera
e inventora austriaca naturalizada estadounidense. Es conocida como la mujer
más hermosa de la historia del cine y también como la inventora de la primera
versión del espectro ensanchado.
Siendo
aún una adolescente, Hedy fue descubierta por el productor Max Reinhardt, quien
la llevó a Berlín y le patrocinó sus primeros estudios artísticos. Al poco
tiempo volvía a Viena donde empezó a trabajar en cine. En esos días, antes de
cumplir los veinte años, Hedy contrajo matrimonio con el fabricante de armas
austriaco Friedrich Mandl, que a pesar de llevarle 14 años y de tratarla como
una mujer-trofeo, influyó sin querer en el futuro de la joven.
En
1933 es dirigida por Gustav Machaty en
una película que marcará su vida, Ecstasy, porque muestra sin censura el primer
orgasmo en una película considerada como no pornográfica. En su autobiografía,
Ecstasy y Yo, Hedy afirmó que todas las escenas de sexo fueron simuladas, lo
que no evitó que su marido comprara muchas de las copias para intentar que
nadie las viera. Aún así, la actriz pronto llegó a ser conocida como la
“Ecstasy Lady”.
En
1937, aburrida y con ambiciones, Hedy abandona a su marido y marcha a París,
donde conoce al productor Louis B. Mayer. Es él quien le propone ir a Hollywood
y quien le sugiere que cambie su apellido a Lamarr, en honor a una actriz del
cine mudo fallecida. Mayer promocionaría a la joven como “la mujer más bella
del mundo”.
Durante
la próxima década Hedy realizaría una veintena de películas con la poderosa
MGM, compartiendo cartelera con muchas de las grandes estrellas del cine como
Clark Gable, Spencer Tracy, Bob Hope, Lana Turner, Robert Young y Judy Garland,
alcanzando la cima de su carrera con la obra de Cecil B. de Mille “Sansón y
Dalila”.
Entre
1939 y 1952, además, a Hedy le dio tiempo de casarse y divorciarse tres veces
más, tener dos hijos, adoptar a otro, y darle un toque especial a su biografía
que nada tenía que ver con el séptimo arte.
Durante
sus años junto a su primer esposo, Mandl, el fabricante de armas, Hedy había
tenido la oportunidad de rozarse con científicos e inventores, algunos de ellos
relacionados con la fabricación de torpedos, en conferencias, ferias y fiestas
privadas en su casa.
Al
parecer, dichos contactos despertaron su rasgo erudito, y la Segunda Guerra
Mundial le dio la oportunidad de explotarlo.
Los
padres de Hedy eran judíos y, aunque él había muerto antes de la guerra y ella
logró escapar de Austria poco antes del Anschluss gracias a la ayuda de su
hija, esta decidió que podía participar en el esfuerzo armado en algo más que
vender bonos.
Hedy
Lamarr, mujer rebelde en ese Hollywood de los años 40, se implicó en la lucha
contra el nazismo cuando estalló la II Guerra Mundial. Pero su implicación no
fue únicamente para recoger fondos para EE.UU, el país que la acogió cuando
huyó de Austria y de su marido.
Mientras
por el día bailaba en el rodaje del musical "Las chicas de Ziegfeld",
por la noche se encerraba en su despacho para elaborar un sistema inalámbrico
de guiado de misiles.
El
Sistema de Comunicaciones Secreto, patentado conjuntamente con su colaborador
George Antheil, era un sistema de radiocontrol capaz de emitir radiofrecuencias
sólo aparentemente aleatorias, que el enemigo no podía interceptar.
Ese
sistema se conoce hoy como "salto de frecuencia", un grupo de
soluciones en telecomunicación denominado sistemas de espectro expandido que se
utilizan en las comunicaciones inalámbricas, en las redes wifi y las
comunicaciones con celulares.
"Es
fácil ser glamurosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer
estúpida".