sábado, 27 de junio de 2020

Giovanna Garzoni. Pintora barroca italiana



 
Giovanna Garzoni (Ascoli Piceno, 1600-Roma, 1670) Pintora barroca italiana, especializada en bodegones y miniaturas. Fue admitida en la Academia de San Lucas de Roma, raro honor para una mujer por entonces.
 
Se especializó en miniaturas y pinturas de pequeñas dimensiones, a menudo sobre pergamino, destinadas por lo general a clientes aristocráticos.


Con un estilo aparentemente frágil, sus obras destacan sin embargo por su virtuosismo, con un grafismo nítido y un colorido de cierta transparencia y aire sugestivo. 


Por lo general, sus imágenes se centraban en uno o pocos objetos, mostrados en primer término y con fondos planos, generalmente de color claro.


Su obra gozó de notable éxito, en una carrera itinerante con diversas estancias en Florencia, Nápoles, Venecia, Turín y, por último, Roma, donde fue admitida en la Academia de San Lucas.


En su vejez en Roma elaboró un cuaderno de apuntes y dibujos de gran valor artístico. ​

miércoles, 24 de junio de 2020

María Luz Morales Godoy.Primera mujer en España Directora de un diario nacional, La Vanguardia

 
María Luz Morales Godoy (La Coruña, 1889 - Barcelona, 1980) Periodista pionera del periodismo cultural y escritora española del siglo XX.

Fue la primera mujer en España directora de un diario nacional, La Vanguardia, que dirigió entre 1936-1937 al inicio de la Guerra Civil Española.​

En enero de 1940 fue detenida durante 40 días y tras la guerra inhabilitada profesionalmente por el franquismo.

Con el retorno de la democracia continuó con su actividad, colaborando con Diario de Barcelona hasta su muerte, a los 90 años de edad. Está considerada una referencia de la incorporación de la mujer a la actividad periodística y literaria en la España del siglo XX.

Escribió con los seudónimos: Felipe Centeno, Ariel, Jorge Marineda

Obras:
Romance de media noche, El Cine: historia ilustrada del séptimo arte, Libro de oro de la poesía en lengua castellana

Distinciones:

-Palmas Académicas (1956)
-Premio Nacional de Teatro (1962)
-Premio D'Ors (1970)
-Lazo de Isabel la Católica (1971)

domingo, 21 de junio de 2020

Las mujeres en la historia de los libros: un paisaje borrado. Irene Vallejo, escritora


Mientras escribía ‘El infinito en un junco’, uno de los aspectos de la investigación que más me ha sorprendido y que más apasionante ha resultado, ha sido la búsqueda de los restos, de las huellas, de las mujeres en la historia de los libros y de la lectura. Yo sabía que iba a encontrar un paisaje de ausencias, las mujeres lo han tenido siempre mucho más difícil, mucho más difícil, sobre todo, para dedicarse profesionalmente a la literatura, porque no podían ocupar el espacio público, no podían tener una profesión en el exterior de sus hogares, y eso las limitó. Pero para mí ha sido una sorpresa descubrir que a pesar de todos esos obstáculos, de esas imposibilidades, ¿no?, de la obligación de quedarse dentro de las paredes de su casa y no poder salir al mundo a tener las experiencias que plasmar en los relatos, en los libros, sin embargo, ellas han estado muy presentes, mucho más de lo que creemos. Ocurre que muchas veces la posteridad es avara en el reconocimiento a lo que han hecho las mujeres.




Y sucede también que, como ha sucedido en los hogares, pues muchas veces no ha dejado huella o solo ha dejado huella en los familiares, en las personas que las han escuchado y que las han conocido. Pero me parece muy importante insistir en que incluso mujeres analfabetas han sido a lo largo de la historia grandes narradoras, han sido las que conservaban las memorias familiares, las historias del pasado, de los abuelos, de los bisabuelos, de todos esos relatos que componen la vida de una familia. Creo que las mujeres han sido un eslabón importantísimo en la educación y en la transmisión de conocimientos. Y además, mi intuición durante el ensayo fue que, quizá, las primeras narradoras de historias, las más antiguas, fueran las mujeres mientras cosían, porque me llama la atención que haya tantos términos en común entre los textos y los textiles, que hablemos constantemente del nudo de una historia, del desenlace de la narración, del hilo del relato, de bordar un discurso, de urdir una trama… Y así son infinitos los términos en los que relacionamos coser y narrar.


Y bueno, mi impresión, mi teoría, mi hipótesis, es que las mujeres fueron las narradoras por antonomasia en los primeros momentos de la oralidad y al mismo tiempo que cosían, se contaban cuentos, se contaban sus emociones, se contaban sus historias, y por eso utilizaban las metáforas de la costura, del telar, de lo que tenían entre sus manos en ese momento, porque esas son tareas específicamente femeninas. Así que hay allí toda una historia borrada, que es muy difícil de rastrear y sobre la aportación intelectual de las mujeres como maestras, como narradoras, como enseñantes de sus propios hijos. De hecho, en el mundo romano, pues los hombres preferían que las mujeres se educasen porque eran conscientes de que ellas iban a enseñar a hablar a los niños durante los primeros años de su vida, y como querían que los niños de su familia fueran los futuros líderes políticos, los oradores, los abogados, tenían interés en que aprendieran a hablar gracias a mujeres que estuvieran formadas, y que tuvieran conocimientos y que hubieran leído. Pero no interesaba la educación de las mujeres por sí mismas, sino solo como una herramienta instrumental para enseñar a otros. Y sin embargo, aunque esta es la situación, me importa mucho destacar que las mujeres siempre se han rebelado contra esas limitaciones, contra las voces que las hacían callar, ya desde ‘La Odisea’, y han creado mucho más de lo que yo esperaba. Y me parece fascinante, por ejemplo, un hecho bastante desconocido, que el primer texto de la historia, el más antiguo conocido con nombre propio, es decir, no anónimo, lo firma una mujer, una sacerdotisa acadia que vivió hace aproximadamente 4.300 años y que se llama


Esta Enheduanna escribió antes que Homero, antes que el autor del ‘Poema de Gilgamesh’, y nos cuenta en sus himnos, porque ella escribía poesía religiosa, como la primera experiencia creativa relatada por una autora en primera persona. Y la metáfora que ella utiliza tiene mucho que ver con la experiencia de las mujeres, porque ella dice que cuando escribe recibe la visita de la diosa Inanna, que se apodera de ella, que entra en su cuerpo y que después de esa posesión ella da a luz las palabras, es el parto del poema. Y esa imagen, esa imagen de crear como una forma de procrear, es profundamente femenina y es muy emocionante. E incluso en sociedades tan misóginas como fue la de los griegos en la antigüedad, pues tenemos personajes como Safo , la poeta, o como  Aspasia ,que fue, según dice el propio Sócrates, su maestra, que se casó con Pericles, el líder de la joven democracia ateniense. Y cuentan muchas fuentes que ella le escribía los discursos. Y esos discursos que, a través de la obra del historiador Tucídides, han llegado hasta nuestros días, han inspirado discursos de Kennedy y Obama. Es decir, que en nuestro mundo contemporáneo todavía se sigue escuchando la voz de aquella Aspasia que se ha convertido casi en un fantasma o en una imagen borrosa de la antigüedad.



Y hay otras mujeres, hay poetas de las que solo nos han quedado añicos de versos, pero recordamos sus nombres y se puede hacer una pequeña nómina de todas las mujeres borradas o troceadas. Y me gusta insistir en que hubo mujeres filósofas en la Academia, en las escuelas helenísticas, mujeres que se dedicaron a pensar, mujeres que contaron su historia, sus emociones, sus sentimientos, que indagaron, que buscaron, que investigaron y que hicieron todo lo posible por dejar huellas. Y creo que rescatar toda esa herencia es muy importante también por las niñas que hoy están estudiando, que hoy están aprendiendo y que serán las creadoras de mañana, que sepan que hay detrás toda una historia, que hay unas predecesoras y que el papel de las mujeres como intelectuales, aunque haya sido silenciado y haya quedado en la sombra, es importantísimo, y ahora estamos intentando rescatarlo para que nunca más vuelva a caer en el olvido. 

jueves, 18 de junio de 2020

Anne Carson.Poeta canadiense

 
Anne Carson (Toronto, Canadá, 21 de junio de 1950) Poeta canadiense en lengua inglesa, ensayista, traductora y profesora de literatura clásica y comparada en la Universidad de Míchigan.​

Está considerada por la crítica literaria como la poeta viva más importante de las letras anglosajonas. Es una de las candidatas habituales al premio Nóbel de literatura.​


En su obra confluyen el conocimiento de los griegos antiguos y la expresión de su intimidad familiar, las peripecias amorosas de los dioses olímpicos y su propio divorcio, la muerte del hermano de Cayo Valerio Catulo en el siglo I y la de su hermano en el año 2000.


La autora canadiense escribe a partir de la investigación académica en universidades como la de McGill en Montreal o Princeton y en áreas como la literatura comparada, la filología clásica, la historia el arte... La mayoría de sus libros pertenecen al ámbito de la investigación y no están traducidos al español. Sólo Eros: poética del deseo (Dioptrías 2015) está disponible. El texto es una indagación en la visión del amor romántico en la antigüedad, con especial interés en el descubrimiento del sinsabor, de lo agridulce del deseo. Carson atribuye esa idea a Safo, una de las autoras a las que ha dedicado más atención.


La belleza del marido: un ensayo narrativo en 29 tangos (Lumen, 2003) es el otro libro que dio a conocer Carson en España. El encanto, de nuevo, estaba en el juego de trampantojos. En principio, La belleza del marido parecía un ensayo/divagación sobre John Keats y la idea e belleza que, en un momento dado, se convertía en el relato poético y muy estetizado de un matrimonio que se hunde poco a poco, pero que baila hasta la última nota, igual que ocurre con los tangos. Como en el caso de Autobiografía de Rojo, el libro tiene que ver con la necesidad de entender la vida en su crudeza y llegar a un momento de aceptación desde


A lo largo de su trayectoria ha concedido pocas entrevistas, en una de ellas aseguraba que "Si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir. Es algo que busco a tientas en la oscuridad", y también que "escribes sobre lo que quieres escribir de la manera que tengas que hacerlo"

​Premios:



Premio Princesa de Asturias de las Letras, 2020. El jurado destacó para otorgarle el premio "su capacidad para construir una poética innovadora a partir del estudio del mundo grecolatino" y que "ha alcanzado unas cotas de intensidad y solvencia intelectual que la sitúan entre los escritores más destacados del presente". Una poesía en la que “la vitalidad del gran pensamiento clásico funciona a la manera de un mapa que invita a dilucidar las complejidades del momento actual”.

lunes, 15 de junio de 2020

Sara Little Turnbull.Pionera en el Diseño Industrial



 
Sara Little Turnbull (21 de septiembre de 1917 - 3 de septiembre de 2015) Diseñadora de productos, innovadora de diseño y educadora estadounidense.

Fue una de las primeras diseñadoras industriales femeninas de Estados Unidos y una de las primeras mujeres en tener éxito en una industria de diseño posterior a la Segunda Guerra Mundial dominada por hombres.

Aconsejó a empresas en el diseño de productos durante más de 50 años, y ha sido descrita como "el arma secreta de las empresas estadounidenses".


Ayudó a crear productos esenciales  desde  el Laboratorio de Innovación y Diseño en la Stanford Graduate School of Business que  fundó y dirigió.

Se acercó al diseño como antropóloga cultural autodidacta y creía que una comprensión profunda de los detalles de cómo se comportaban las diferentes culturas era clave para soluciones comerciales exitosas e innovadoras. El Laboratorio siguió las tendencias cambiantes en más de 375 áreas, incluidas la educación, la atención médica, el envejecimiento, la sexualidad, la alimentación y la nutrición, la vivienda, la ropa y la fabricación.


Para 3M, creó una mascarilla antipolución de fibras no tejidas.

Para hacer que los apartamentos pequeños fueran más habitables, diseñó muebles plegables, estanterías para armarios y pantallas plegables. Creó muebles de dormitorio más seguros para personas con discapacidades.

 Creó  también nuevos interiores para automóviles y contenedores para bebidas, alimentos y cosméticos.


Su lista de clientes finalmente  incluyó Coca-Cola, Procter & Gamble, Neiman Marcus, Marks & Spencer, Macy's, American Can, DuPont, Scott Paper, Ford, Nissan, Volvo, Pfizer, Elizabeth Arden, Lever Brothers, Motorola, NASA y muchos más.

jueves, 11 de junio de 2020

Lucrina Fetti.Pintora siglo XVI-XVII


 
Lucrina Fetti (Roma c. 1590–1651) Pintora italiana. Era hija de el pintor, Pietro Fetti, y hermana de Domenico Fetti y es conocida por sus obras religiosas del taller de su familia.

Su familia se mudó a Mantua  y ella ingresó en el convento de Santa Úrsula. Lucrina vivió allí el resto de su vida, ya sea pintando decoraciones para el convento o pintando retratos de las princesas que se criaron allí.
  
 
Fetti pintó estos retratos sin esperar compensación financiera por su trabajo. Esta situación era muy típica para las monjas-pintoras.

Pasó casi sesenta años al servicio del convento como monja, pintora y negociadora económica; y, cuando Margarita Gonzaga, su mecenas, murió,en 1632, Fetti ayudó al convento aportando las ganancias recibidas de las posesiones de su familia hasta que murió alrededor de 1673. 

 
El caso de Fetti es un ejemplo de otra de las vías mediante las cuales las mujeres podían trabajar como artistas; haciéndose monjas. Esto condicionó su arte, sobre todo restringiendo los temas al ámbito religioso o al retrato de aparato, pero no le impidió desarrollar un estilo acorde a las novedades de su tiempo.

 
Sus pinturas se dividen en dos categorías, ya sea retratos u obras sobre temas religiosos También fue conocida por hacer retratos de las mujeres de la familia  de Margherita Gonzaga, duquesa de Ferrara. Era ampliamente conocido que los retratos de mujeres importantes exigían una cuidadosa atención a los detalles y un registro visual completo del traje y los accesorios de la modelo, estas dos cualidades son evidentes en el retrato que hizo Lucrina a Eleonora Gonzaga durante su matrimonio con el emperador Ferdinando II. Algunos otros retratos que hizo fueron Margherita Gonzaga cuando era viuda y de Caterina de Medici Gonzaga con un parecido sorprendente con Santa Elena. 


Entre sus pinturas más famosas destaca María Magdalena, Santa Margarita y Santa Bárbara.  Las santas aparecen ricamente vestidas, y se considera que Fetti logró exponer ahí su habilidad representar diferentes texturas y efectos en los tejidos.

lunes, 8 de junio de 2020

¿Amor Romántico?.No, gracias.No me drogo




En su libro “La dialéctica del sexo” Shulamit Firestone explica una cuestión básica para comenzar a pensar sobre cómo el amor romántico se ha colado en el centro de nuestras vidas: «El pánico que sentimos cada vez que algo amenaza al amor es una buena pista para comprender su importancia política». Pero ¿por qué tantísimo miedo a no ser queridas?

Nora Levinton, psicoanalista feminista y Doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, explica también en su libro El Superyó femenino cómo las niñas vamos a recibir una consigna clara durante nuestra infancia: para conseguir el amor de los demás tienes que ser «buena».

También las ficciones que nos chupamos en nuestra adolescencia nos hablan de amor intenso y desesperado, de la necesidad de encontrar una pareja para completarnos como personas. Vamos por la vida con la amabilidad, la seducción, los cuidados, los afectos y el saber estar clavaítos en el pecho como si fueran dagas. Mandatos como “tienes que ser buena para que se te quiera”, asegura Levinton, nos enseñan que la pérdida del amor es uno de las peores penas con las que la vida puede castigarnos. ¿Qué sería de nosotras de no encontrar el amor en nuestras vidas? Y así es como acabamos la mayoría, medio alienadas con la excusa de amar.

¿Dónde queda nuestro deseo entre tanto mandato?

Cuando a las personas socializadas como mujeres se nos ensanchan las caderas y nos crecen las tetas, de un día para otro nos topamos con la mirada de un señor, normalmente un baboso, que nos sexualiza así, de golpe y porrazo. La sexualidad nos llega de la mano del primer salido de turno que se cruza en nuestro camino.

Como explica Emilce Dio Bleichmar, psicoanalista y doctora en medicina, en Mujer y salud mental: Mitos y realidades, la sexualidad irrumpe en nuestra vida a través de la mirada lasciva de un hombre adulto interrumpiendo el desarrollo de nuestro propio deseo. Las mujeres aprendemos que estamos en el mundo de alguna forma para ser miradas y deseadas, y asumimos que nuestro valor como personas reside, en gran medida, en lo deseables y en lo buenas chicas que seamos.

Todo esto ejerce un gran peso sobre el desarrollo de nuestra identidad. Sin comerlo ni beberlo podemos llegar a pasarnos la vida atentas de lo que los demás ven en nosotras, pendientes de su aprobación, en un perpetuo estado de autovigilancia. Corriendo el peligro de medirlo todo en relación de la existencia o no de amor: si me hacen caso me quieren, si no me hacen caso me odian; si me quieren siento que soy valiosa, si no me quieren es que soy una mierda seca. Esto, queridas, es un atolladero de los buenos, pero gracias a las diosas que existe una herramienta llamada feminismo que nos ayuda a meditar sobre este amor que nos tiene atadas a la pata de la cama.


La autora, Anna Jónasdóttir, en su libro El poder del amor, sostiene que el patriarcado se ha sustentado, a lo largo de la historia, a base de lo que ella llama el “capital del amor”, que vendría a ser el amor que las mujeres han entregado a los hombres y que les ha sido expropiado como una especie de plusvalía a beneficio de las empresas y el Estado.

Las mujeres, sobre cuyos hombros ha recaído históricamente el cuidado de los hijos, de los mayores y del hogar, también han tejido la estructura invisible que, sin ser reconocida, ha sostenido el peso del sistema capitalista. Estos cimientos han permitido que la vida de los hombres pudiera entregarse por completo al trabajo (o la guerra) y llenarse de logros profesionales y beneficios económicos que, mientras tanto, quedaban fuera de nuestro alcance. Porque todo esto, señoras, resulta que lo hemos hecho gratis. Bueno, no. Lo hemos hecho “por amor”.

Yo no tengo nada en contra de los cuidados. Qué bien cuidar, qué trabajo más bonito, que “los cuidados son la estructura que sostiene el mundo”, nos repetimos las feministas, pero también te digo, amiga: Qué bien ser cuidada y poder elegir dónde y hacia dónde quiere una dedicar su fuerza de trabajo.

El amor romántico y monógamo ha sido naturalizado. Hablamos del amor como si fuera algo mágico; un paseo por las nubes, con hadas y elfos. Aceptamos que es intrínseco al ser humano; que es la fuerza que mueve el mundo y por ello no sentimos, quizá, la necesidad de pensar sobre cuáles son los mecanismos que lo sustentan.

Pero más nos valdría salir del hechizo y sentarnos a pensar sobre cómo actúa el amor y qué supone relacionarnos en la manera que lo hacemos. Esta supuesta magia supone que, cuando se ama, se hace a lo bestia y no se puede pedir nada a cambio, sobre todo las mujeres.

Jean Baker Miller, psiquiatra, psicoanalista, feminista, y autora de Hacia una nueva psicología de la mujer asegura que “un rasgo central de la mujer es que mantiene, erige y se desarrolla en un contexto de vínculo y afiliación con los demás. El sentido de identidad femenino se organiza alrededor de la capacidad de crear y mantener afiliaciones y relaciones…” Y esto, aunque pueda parecer bonito, arriesga convertir los cuidados de los demás en una cárcel para nosotras.

Es muy triste, y desagradecido, dedicar tu vida a un trabajo forzado o cuando menos involuntario que es continuamente denostado e invisibilizado. Dejar a un lado nuestro propio cuidado, para esmerarnos en el de los otros, parecía ser el precio de garantizarnos el amor de los demás. De no hacerlo, pasaríamos inmediatamente a ingresar en las filas de las otras, las malas de la película: las putas, las zorras, las malas madres, las estiradas, las estrechas, las marimachos, las histéricas, las que nos estamos buscando un guantazo, etc.

El amor como fantasía de salvación

Mari Luz Esteban, antropóloga en la UPV y autora del ensayo Crítica del pensamiento amoroso, cuenta como el amor es presentado en nuestra sociedad como algo que nos moviliza a vincularnos de forma totalmente desinteresada, sin pedir nada a cambio. De hecho, no está bien visto que las mujeres pidamos cosas a cambio del amor y los cuidados que ofrecemos. Pero debemos tener en cuenta que estamos siendo conducidas a dar algo de forma desinteresada cuando vivimos en una sociedad plagada de conflictos y desigualdades que obviamente hacen esa entrega marcadamente injusta.

Nora Levinton insiste: “Lo que es norma o imperativo externo se incorpora a la subjetividad, convirtiéndose en ideal que moldeará el deseo”, o lo que es lo mismo: que todos estos mandatos que recibimos desde pequeñas acaban formando parte del mapa de lo que somos y deseamos ser.

¿Te imaginas la que se hubiera montado si en lugar de habernos tragados todas esas ficciones en las que las mujeres somos débiles desesperadas por recibir amor tuviéramos nuestra cabeza poblada de historias en las que el compromiso, la igualdad, la justicia, la autonomía, y la preocupación por lo común hubiera sido lo central?

¿Te imaginas cómo sería el mundo si nos hubieran enseñado tanto a hombres y mujeres que los cuidados son fundamentales para la supervivencia del grupo y por tanto deberían estar en lo más alto de nuestra escala de valores?.

El amor se presenta como el súmmum, como una fantasía de salvación: “El amor salvará el mundo”. No lo hará la justicia, la libertad, ni el compromiso, no. Va a ser el amor, chicas. No os preocupéis con otras movidas. Vosotras centraditas en el salseo.

No creo que el amor haga que todo cambie. Quizá tengamos aún mucho que pensar sobre cómo está montado el chiringuito para poder cambiar las cosas. Quizá tengamos que empezar a pensar que se puede ser justa y cuidar de los demás sin sentir amor. Quizá podamos aceptar que se puede cuidar de forma interesada para mantener el bienestar común del grupo que nos rodea y hacer posible nuestra supervivencia. Quizá ya sea hora de liberar a las adolescentes del infierno de la droga amorosa, que nos tiene media vida yonkis del dramón romántico.

*Jara Aithany Pérez es psicóloga, pasa consulta en Therapy Web y coordinó el proyecto En El Fango.

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viernes, 5 de junio de 2020

Elizabeth Eckford.La lucha antirracista en Estados Unidos




Elizabeth Eckford (Little Rock, Arkansas, 4 de octubre de 1941) Icono de la lucha antirracista en Estados Unidos. Es una de las estudiantes afroamericanas del Little Rock Nine.

Como todas las personas negras del sur de Estados Unidos en esa época, Elizabeth asistía a una escuela para alumnos negros. Cuando tenía 15 años, la Corte Suprema de los Estados Unidos declaró que la segregación de los alumnos era ilegal. Sin embargo, en Arkansas las escuelas de blancos rechazaban la entrada de los alumnos negros.

El 4 de septiembre de 1957, Elizabeth y otros ocho estudiantes afroamericanos intentaron entrar en el Little Rock Central High School, reservado para los alumnos blancos, razón por la cual fueron detenidos por la Guardia Nacional de Arkansas. Además de esto, los alumnos recibieron insultos y abucheos por parte de muchos ciudadanos de dicha región.

No obstante, el grupo de chicos intentó de nuevo, días más tarde, asistir a otro instituto sólo para blancos, el Central High School, pero vuelven a ser rechazados.

El 24 de septiembre de 1957, el presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, intenta convencer al gobernador Orval Faubus pero las negociaciones fracasan; el presidente envía entonces a unidades de la Armada Norteamericana para acompañarlos al Little Rock Nine Central High School y proteger así a los estudiantes afroamericanos.

No obstante, la población estaba enfurecida por lo que finalmente el gobernador decidió cerrar todas las escuelas por un año, antes que permitir la mezcla entre alumnos blancos y negros.

En 1958, Elizabeth Eckford se trasladó a San Luis (Misuri) donde consigue la calificación necesaria para estudiar la carrera universitaria de Historia. Tras la universidad, llegó a ser la primera mujer afroamericana en Saint Louis en trabajar en un banco (en un puesto que no fuese de conserje).




Elizabeth volvió a Little Rock en los años 60 y trabajó en la escuela pública como profesora sustituta. Hoy, la escuela alberga un museo que conmemora aquellos acontecimientos y denuncia la discriminación racial.

martes, 2 de junio de 2020

Jean Marian Purdy.Pionera en el tratamiento de la Fecundación in Vitro.


Jean Marian Purdy(25 de abril de 1945-1980) Enfermera y embrióloga británica. Pionera en el tratamiento de fertilidad.


Purdy era responsable, junto con el biólogo y fisiólogo Robert Edwards y el obstétrico y ginecólogo Patrick Steptoe, del desarrollo de la fecundación in vitro.


Louise Joy Brown, la primera "bebé probeta", nació el 25 de julio de 1978. En gran medida, esto fue posible gracias al trabajo de Purdy, que fue la encargada de transferir el embrión en estado de blastómero (8 células) al útero de la madre.

A Edwards se le otorgó, en solitario, el premio Nobel en Fisiología o Medicina en 2010 por su trabajo en el desarrollo de la fecundación in vitro debido a que este premio no es entregado postmortem, por lo que ni Purdy ni Steptoe eran elegibles para consideración. 

Purdy fue coautora de 26 artículos junto Steptoe y Edwards. Durante su carrera fueron concebidos unos 370 niños por fecundación in vitro (IVF).