Gabriela
Laperrière (Burdeos, 7 de marzo de 1866 - Buenos Aires, 8 de enero de 1907) Escritora,
periodista, sindicalista, activista de la salud pública, socialista y feminista
argentina.
Fundó
el Centro Feminista Socialista del Partido Socialista Argentino. Fue una intelectual y pionera socialista que dedicó su energía a la
causa de las mujeres trabajadoras en Argentina. Puso en marcha muchos
programas de rehabilitación como: el suministro de raciones de alimentos,
estableció guarderías en los lugares de trabajo para que las trabajadoras
puedan amamantar a sus bebés, y un mejor acceso a servicios urbanos y a la
vivienda. Visitó fábricas e informó
sobre la actitud dura de sus propietarios en el trato de sus empleadxs que
recibieron la atención del público a través de sus escritos en los
periódicos. Planteó una propuesta para
promulgar leyes laborales para la protección de mujeres y niños. Este proyecto de ley fue promulgada por el
Parlamento después de su muerte en 1907.
Además,
fue la primera mujer que trabajó en el comité ejecutivo del partido.
Nacida
en 1866, descendía de una familia de
nobles. Cursó la escuela primaria en un colegio religioso católico en su ciudad
natal. En su adolescencia, se fue a vivir con su familia a París.
Se
tituló de maestra y se dedicó al periodismo. Trabajó como redactora en dos
diarios parisinos: L’Independant y Le Journal.
En
1884 ―a los 18 años― conoció en París al médico higienista argentino Emilio R.
Coni (1855-1928), que se encontraba en París participando de un congreso sobre
salud pública. Ese mismo año, Laperrière emigró a Argentina con Coni.
En
1890 tradujo del español al francés y publicó en París la obra Painé y la
dinastía de los zorros, de Estanislao Zeballos.
En
1891, Emilio Coni se convirtió en presidente de la primera Comisión Directiva
de la Sociedad Médica Argentina. Fueron a vivir a la propia institución. En sus
artículos e informes, Gabriela Laperrière denunciaba la corrupción de ese
organismo, la desidia frente a las epidemias presentando duras críticas a la administración.
En
1901 la actividad pública de Gabriela Laperrière comenzó con la agitación
provocada por la inminente guerra con Chile. Laperrière estaba invitada a
realizar una conferencia en el Teatro Municipal de Santiago, en la que
aprovecharía para dirigirse a las esposas y a las madres de los gobernantes
chilenos civiles y militares presentes, apelando a su condición de mujeres
opuestas a la guerra.
En
abril de 1901 repitió esa conferencia en Buenos Aires donde propuso la
creación de una Liga Americana de Mujeres para la Paz y el Progreso.
En
ese año 1901 con la activa participación Gabriela Laperrière y su esposo,
Emilio R. Coni, se fundó en Buenos Aires la Liga Argentina contra la
Tuberculosis. La preocupación por la salud y la alimentación se evidenciaba
también en su tarea educativa realizada en la Liga Argentina de Lucha contra la
Tuberculosis. A esa institución le hizo llegar una de sus propuestas para crear
cocinas populares.
A
fines de 1901 ingresó en el Partido Socialista, y empezó a colaborar con notas
para La Vanguardia, periódico del partido. Dirigió su actuación a luchar por la
promulgación de una ley que protegiera a las mujeres y a los menores en las
fábricas, y a perseguir el cumplimiento de las escasas ordenanzas municipales
existentes, que regulaban solo algunos aspectos edilicios y de higiene de los
talleres y fábricas porteñas
El
19 de abril de 1902, Gabriela Laperriére, junto con Raquel Mesina y las tres
hermanas Adela Chertkoff de Dickmann, Mariana Chertkoff de Justo y Fenia
Chertkoff de Repetto, fundaron el Centro Socialista Femenino.
En
1904 Laperrière fue la primera mujer que habló en actos socialistas. Tampoco le fue ajena la militancia gremial,
participando activamente en comités de huelga.
En
1904 contribuyó a formar la Unión Gremial Femenina. La acompañaban otras
mujeres socialistas, como Raquel Camaña, Carolina Guglielmetti, Ernestina López
y las hermanas Chertkoff, entre otras.
Su
contacto con las organizaciones obreras femeninas como la Unión Gremial
Femenina, diferentes sociedades obreras por oficio, las modistas de la
provincia de Córdoba o las alpargateras de Barracas, la vincula estrechamente a
las luchas del movimiento obrero. Las trabajadoras de Barracas la propusieron
como representante en las discusiones que llevaban a cabo con los patrones,
para la obtención de aumentos de salario y mejoras en las condiciones de
trabajo
Obras:
A
mediados de 1901 publicó en París una novela autobiográfica en francés: La
fleur de l’air donde describía a la clase política argentina desde la
Revolución Radical de 1890 en adelante. Es una novela autobiográfica, que trataba
acerca de «los esfuerzos de una mujer para ayudar a los niños enfermos».
Producto
de sus investigaciones sobre condiciones de trabajo, escribió varias
monografías, entre ellas: La mujer y el niño en la fábrica, Causas de la
tuberculosis en la mujer y el niño obreros en la Argentina, El descanso de las
domésticas, Accidentes de trabajo, Higiene industrial y reglamentación del
trabajo en las fábricas, El descanso dominical, La higiene en los lavaderos de
Buenos Aires, Cocinas populares, A las obreras, y un importante número de
artículos, comentarios, notas, tanto en órganos de prensa de los partidos como en
diarios y revistas de la más diversa índole, desde los Anales de la Sociedad
Científica Argentina hasta diferentes entregas del Almanaque Socialista. Su
obra política, doctrinaria y propagandística está estrechamente relacionada con
su acción política y sindical. Toda esa obra se encuentra dispersa en diarios y
revistas de la época.