sábado, 2 de enero de 2016

¡¡Hasta los Ovarios!! Y más allá...



Las Mujeres estamos hasta los Ovarios de tantos Cojones. Es decir de tanto MACHISMO. No hay más que mirar el Diccionario para saber lo que significa este cansancio de las Mujeres  por el exceso de TESTOSTERONA  que existe en todas partes:

Cojón
1  vulg.  Testículo.

2  cojones vulg.  Valor o atrevimiento: no tener cojones.


Hasta los cojones vulg.  Indica que se está harto de una situación o de una persona.

Por cojones vulg.  Sin existir un motivo justificado: dijo que entraría por cojones.

Salir de los cojones vulg.  Se usa para expresar que algo se hace por antojo, sin una razón específica.

Tocar (o hinchar) los cojones vulg.  Molestar o fastidiar.

Un cojón vulg.  Mucho: valer un cojón; tardar un cojón.

(Diccionario Manual de la Lengua Española)


Por si todavía no habéis visto el video que circula por las redes , aquí está para que comprobéis cual es la palabra castellana con más acepciones:






Me pregunto si el hecho de poseer unos órganos sexuales distintos a los de las Mujeres les dará a los Hombres legitimidad para creerse superiores.






Conviene recordar que la mayoría de las guerras son debidas al exceso de testosterona. Por eso,  pedimos  un poco más de estrógenos. La mayor presencia femenina siempre es positiva siempre y cuando éstas acepten ser ellas mismas y no se dediquen a jugar “juegos de chicos” como lo hicieron Golda Meir, Indira Gandhi  o Margaret Thatcher con sus respectivas guerras.

Al exceso de testosterona  se deben también las crisis deficitarias, fiscales y de endeudamiento que padecemos. “Nunca debería haber demasiada testosterona en una misma habitación”, dijo la primera mujer en la historia en tomar las riendas del poderoso Fondo Monetario Internacional (FMI), la francesa Christine Lagarde. “Si se les deja solos, los hombres tienden a crear lío”.


Añadir que la mayoría de la programación en las radios y televisiones públicas, también van sobradas de lo mismo. En España, sin ir más lejos, la programación gira en torno a los “intereses masculinos” de ocio,  suprimiendo programas culturales si hay un partido de fútbol de por medio. O programando películas violentas y machistas ( como siempre hacen en  “La película de la Semana” de la cadena 1).

Por no hablar de la Violencia Machista que ha dejado en el 2015 más de 25 millones de mujeres europeas víctimas y  55 mujeres asesinadas en España.





Pero no solo las Mujeres padecen el exceso de testosterona, es justo subrayar que para muchos hombres, sobre todo niños y adolescentes, la expresión,¡A que no hay huevos! O en su expresión más coloquial, ¡A que no hay güevos!, supone un sufrimiento.

Los chicos más machos se retan constantemente para saber quién es el que hace el alarde de masculinidad más espectacular. De esta manera se verá mucho más fácil quién es más macho. Se trata de masculinidades tóxicas, y de cómo los hombres más o menos jóvenes construyen un modo u otro de masculinidad. Hasta que no se atienda la educación en otras masculinidades más igualitarias y civilizadas no empezaremos a comprender esta estupidez o irresponsabilidad.


Estos versos con ripio lo explican por si solos:“No importa si eres listo o retrasao. De Sri Lanka o Bilbao. Aunque seas un cobarde y un pringao, más de una vez te han liao. Bastan solo 3 palabras, para cuestionar tu honor. Sueltas un “mecagoenlaostia”…Y te embriagas de valor” (letras.com/el-reno-renardo)


¿A que no hay huevos?.Cada vez que se pronuncia esta frase imagino a uno o más hombres decidiendo si asumen o no el riesgo a que se les reta nos cuenta José Ángel Lozoya Gómez. La predisposición de los varones a exponerse a peligros, actuando de manera irresponsable contra sí mismos para validar su hombría, forma parte del aprendizaje de la masculinidad desde pequeños, una alta dosis de machismo que explica por qué las lesiones y las muertes por accidentes son más frecuentes entre la población masculina y que la masculinidad pueda ser considerada factor de riesgo. Los relatos de los niños también hablan de chicos maltratados desde la infancia por ser poco viriles, de quienes prefirieron salir corriendo a enfrentarse a otros, o de insumisos al servicio militar, acusados de maricas, a los que golpearon y detuvieron por negarse a dejar que los "hicieran hombres" entre la incomprensión de muchos y la solidaridad de un movimiento que resultó imparable. Pero la mayoría de los varones tiene que dejar de ver la prudencia como sinónimo de cobardía y empezar a cuestionar la heroicidad, la misoginia, la homofobia, las jerarquías o la virilidad, si quieren evitar que ese "tener que ser" los tenga dolorosamente cogidos por lo que presumen poseer.


Lo dicho, estamos hasta los OVARIOS de tantos cojones.