Citas de Patricia
Highsmith
“Esto es lo que
hace que la profesión de escritor sea animada y apasionante: la constante
posibilidad de fracasar”.
“Las buenas
narraciones se hacen solo con las emociones del escritor”, resuelve Highsmith.
“Aunque un libro de suspense esté totalmente calculado, habrá escenas,
descripciones —un perro atropellado, la sensación de que alguien te sigue por
una calle oscura— que probablemente el escritor habrá experimentado en persona.
El libro es siempre mejor si contiene experiencias como estas, de primera mano,
realmente sentidas”.
“Todos construimos
un caparazón para protegernos de los golpes emocionales y lo vestimos de
decoro, corrección, juicio moral, ceguera o indiferencia adquirida”
“Los escritores
tienen un caparazón protector muy pequeño y durante toda la vida tratan de
desprenderse de él, ya que los diversos golpes e impresiones que recibirán son
el material que necesitan para crear. Esta receptividad es el ideal del
artista”.
“No hay nada de
espectacular en el argumento de A pleno sol, pero se hizo popular por su prosa
frenética y la insolencia y audacia del propio Ripley. Me imaginé a mí misma en
su piel. Ningún libro me ha resultado tan fácil y a menudo sentí que Ripley lo
estaba escribiendo y que lo único que hacía yo era pasarlo a máquina”.
“Escribir es una
forma de organizar la vida. Y la necesidad de hacerlo sigue presente aunque no
se tenga público”.
Mandamientos de
Highsmith.
Esta es una lista
arbitraria. A diferencia de los del Reino de Dios, cada lector podrá hacer la
suya. Y no es literal.(Fuente: Babelia)
1. Un secreto para
el éxito. No hay fórmulas mágicas ni secretos, salvo la individualidad y la
personalidad. Solo al individuo le corresponde expresar lo que le diferencia de
los demás. Es “la apertura de espíritu”, pero no es nada místico. Es una
especie de libertad, de libertad organizada.
2. Objetivo: la
diversión. La primera persona a la que deberías complacer es a ti mismo. Si
eres capaz de divertirte escribiéndolo, divertirás a los editores y a los
lectores.
3. Planificación,
la justa. Un argumento nunca debe ser rígido ni estar terminado. Tengo que
pensar en mi propio entretenimiento y a mí me gustan las sorpresas. Si sé todo
lo que va a pasar, escribirlo no será tan divertido. Es más importante que los
personajes se muevan y tomen decisiones como personas de carne y hueso, que se
les dé la oportunidad de deliberar, de elegir, de volverse atrás, de tomar
otras decisiones, como en la vida real. Los argumentos rígidos, aunque
perfectos, pueden hacer que los personajes parezcan autómatas.
4. Así empieza
todo. Los gérmenes de una idea pueden ser pequeños o grandes, sencillos o
complejos, fragmentarios o completos, quietos o móviles. Yo los reconozco
gracias a cierta excitación que siento enseguida, la misma que produce una sola
línea de un poema. El mundo está lleno de ideas germinales y si no las tienes
es por fatiga física o mental. Entonces hay que viajar, pasear, el cerebro
exige vacaciones. A veces nos rodean personas que no nos convienen.
5. Claves para una
buena atmósfera. Se consigue poniendo en marcha los cinco sentidos.
6. El diálogo, con
moderación. Tres líneas de prosa son suficientes para transmitir lo esencial de
una conversación. El diálogo es dramático y debe usarse con moderación.
7. Sin trucos. Los
trucos proporcionan un entretenimiento endeble y no divertirán al lector inteligente.
Son ideas ingeniosas que no tienen nada que ver con la literatura.
8. No hablar con
escritores. No se me ocurre nada peor o más peligroso que comentar mi trabajo
con otro escritor. Los escritores nadan unos junto a otros en la misma profundidad,
dispuestos a hincar los dientes en el mismo plancton que flota a la deriva. Me
llevo mucho mejor con los pintores.
9. Cuidado con el
amor. Las personas que nos atraen o de las que estamos enamorados son como una
especie de caucho que nos aísla de la chispa de la inspiración.
10. El lugar de
las dificultades. Están en la mente del escritor, no en el papel.
11. El dinero. El
escritor hará bien en tener otro trabajo.
12. Sin juicios
morales. Las personas creativas no hacen juicios morales. Hay tiempo para ello
después, en lo que crearán, pero el arte no tiene nada que ver con la moral,
los convencionalismos ni los sermones.
13. El arte de
escribir. Lo que hace difícil escribir sobre el arte de escribir es la
imposibilidad de establecer reglas.
Es decir, y
después de todo esto: que nadie se haga ilusiones.