sábado, 9 de enero de 2016

Simone de Beauvoir.



Simone de Beauvoir (París, 9 de enero de 1908 - 14 de abril de 1986) Escritora, profesora, filósofa y feminista francesa.

Simone de Beauvoir es una de las intelectuales francesas más importantes del siglo pasado, un icono de la reivindicación femenina y de los movimientos que luchan tanto por la equidad de género como, en general, por erradicar las prácticas sociales que reducen a la mujer a un segundo plano.


Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y algunas obras, como El segundo sexo, se consideran elementos fundacionales del feminismo.
Vivió el cruce de corrientes de pensamiento particularmente estimulantes como el existencialismo y el marxismo, con las cuales dialogó para formar su propia manera de entender y, lo más importante, cuestionar el mundo.


Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Sin embargo, el tema fundamental de la actividad intelectual, literaria y social de Simone fue la mujer. Pensaba que para rescatar a la mujer era preciso devolverle su libertad. Pero una libertad total: una libertad condicionada  deja de ser libertad. Al mundo que se derrumba, construido por los hombres, hay que oponer un mundo nuevo, no construido por las mujeres, sino por ellas y por los hombres, iguales en todo, especialmente en su dignidad humana. Y sólo desde la libertad total, proyectada hacia el futuro, surgirán la trascendencia auténtica y el éxito. Para lo cual es necesario que hombres y mujeres en correlación asuman su tarea humana. Porque vivimos en un mundo en el que lo único importante son los hombres.



Fue pareja del también filósofo Jean Paul Sartre. Sin embargo, nunca se casaron ni vivieron bajo el mismo techo. Ambos vivieron en completa libertad, practicando la poligamia y sintiéndose felices con el lazo que habían creado entre ellos. Este esquema relacional novedoso se cimentaba en el rechazo profundo y visceral del modo de vida burgués. Sartre propuso la fórmula de su relación: «Entre nosotros se trata de un amor necesario, pero conviene que también conozcamos amores contingentes".



Simone de Beauvoir fue escolarizada desde sus cinco años en el Cours Désir, donde solía enviarse a las hijas de familias burguesas. Desde su niñez, De Beauvoir destacó por sus habilidades intelectuales, que hicieron que acabase cada año primera de su clase.

Tras la ruina familiar, sus padres compartían la convicción de que, dada la mediocre condición económica en la que se hallaba la familia, la única esperanza de mejora social para sus dos hijas eran los estudios.



Con solamente quince años, ya estaba decidida sobre la forma de este destino: quería ser escritora. Tras haber aprobado el bachillerato en 1925, De Beauvoir empezó sus estudios superiores en el Instituto Católico de París, institución religiosa privada a la que solían asistir las muchachas de buena familia. Allí completó su formación matemática, mientras que ampliaba su formación literaria en el Instituto Sainte-Marie de Neuilly. 




Tras su primer año universitario en París, logró obtener certificados de matemáticas generales, literatura y latín.

En 1926, se dedicó a estudiar filosofía y obtuvo en junio de 1927 su certificado de filosofía general.

En 1928 acabó licenciándose en letras, con especialización en filosofía,  tras haber aprobado también unas certificaciones de ética y de psicología. Sus estudios universitarios concluyeron con la redacción de una tesina sobre Leibniz, culminación de sus estudios superiores.


En 1929, tras haber sido profesora agregada de filosofía, Beauvoir, se preparó para ser profesora titular. Su primer destino fue Marsella. Sartre obtuvo a su vez un puesto en Le Havre en marzo de 1931 y la perspectiva de separarse de él destrozó a De Beauvoir. Para que pudiesen ser nombrados en el mismo instituto, Sartre le propuso que se casasen. Pese a su amor profundo por él, ella se negó. En La fuerza de las Cosas, explicó el porqué:


“Tengo que decir que no pensé en aceptar aquella propuesta ni un segundo. El matrimonio multiplica por dos las obligaciones familiares y todas las faenas sociales. Al modificar nuestras relaciones con los demás, habría alterado fatalmente las que existían entre nosotros dos. El afán de preservar mi propia independencia no pesó mucho en mi decisión; me habría parecido artificial buscar en la ausencia una libertad que, con toda sinceridad, solamente podía encontrar en mi cabeza y en mi corazón”.


 




Mantuvo relaciones amorosas con algunas de sus alumnas, entre ellas, Olga Kosakiewitcz y Bianca Bienenfeld: el pacto que la unió a Sartre le permitía conocer estos “amores contingentes”.

También mantuvo una breve relación con un alumno de Sartre, apodado “el pequeño Bost.

Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, la pareja Sartre-De Beauvoir fue destinada a París.

De 1936 a 1938, De Beauvoir enseñó en el liceo Molière, del que fue despedida tras haber entablado una relación amorosa con Bianca Bienenfeld, una de sus alumnas.

Las editoriales Gallimard y Grasset rechazaron su primera novela, Primaldad de lo espiritual, escrita entre 1935 y 1937, que se publicó tardíamente en 1979 con el título Cuando predomina lo espiritual.

La Invitada se publicó en 1943; en esta novela, la escritora describía, mediante personajes ficticios, la relación entre Sartre, Olga y ella misma, a la vez que elaboraba una reflexión filosófica sobre la lucha entre las conciencias y las posibilidades de la reciprocidad. Fue un éxito editorial inmediato que la llevó a ser suspendida en junio de 1943 de la Educación Nacional, tras la presentación de una denuncia por incitación a la perversión de personas menores en diciembre de 1941 por la madre de Nathalie Sorokine, una de sus alumnas. 




Se la reintegró como profesora tras la Liberación; durante la Ocupación trabajó para la radio libre francesa («Radio Vichy»), donde organizó programas dedicados a la música.

Con Sartre, Raymond Aron, Michel Leiris, Maurice Merleau-Ponty, Boris Vian y otros intelectuales franceses de izquierda, fue la fundadora de una revista, Les Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a través de la literatura contemporánea.


De forma paralela, continuó sus producciones personales: tras la publicación de varios ensayos y novelas donde hablaba de su compromiso con el comunismo, el ateísmo y el existencialismo.


Simone consiguió independizarse económicamente y se dedicó plenamente a ser escritora. Viajó por numerosos países (EE. UU., China, Rusia, Cuba...) donde conoció a otras personalidades comunistas como Fidel Castro, Che Guevara, Mao Zedong o Richard Wright. En los Estados Unidos, entabló una relación pasional con el escritor americano Nelson Algren con quien mantuvo una intensa relación epistolar, llegando a intercambiar unas trescientas cartas.




Obras:

La invitada (1943), donde exploró los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual, temas que abordó igualmente en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944)

Los Mandarines, publicado el 1945, marcó el reconocimiento de su talento literario por la comunidad intelectual: se le otorgó por esta novela el prestigioso Premio Goncourt.

Su consagración literaria tuvo lugar el año 1949: la publicación de El segundo sexo, del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en la primera semana, causó escándalo y fue objeto de animados debates literarios y filosóficos. (*)








A partir de 1958, emprendió la escritura de su autobiografía, en la que describe el mundo burgués en el que creció, sus prejuicios, sus tradiciones degradantes y los esfuerzos que llevó a cabo para deshacerse de ellos pese a su condición de mujer. Una serie de obras autobiográficas, cuatro en total, entre las que destacan Memorias de una joven formal (1958)
En 1964, publicó Una muerte muy dulce, que relata la muerte de su madre. La eutanasia o el luto forman el núcleo de este relato cargado de emoción. A lo largo de su luto, a la escritora le acompaña una muchacha que conoció entonces: Sylvie Le Bon, estudiante en filosofía. La relación que unió a las dos mujeres era ambigua: madre-hija, de amistad o de amor.

En su cuarto escrito autobiográfico, Final de cuentas, (1972), De Beauvoir declaraba que compartió con Sylvie el mismo tipo de relación que la unió, cincuenta años antes, a su mejor amiga Zaza. Sylvie Le Bon fue adoptada oficialmente como hija por la escritora, y se la nombró heredera de su obra literaria y de sus bienes.





La vejez (1970), centrada en la situación de la ancianidad en el imaginario occidental y en donde criticó apasionadamente su marginación y ocultamiento.

Tras la muerte de Sartre en 1980, publicó en 1981 La ceremonia del adiós, donde relató los diez últimos años de vida de su compañero sentimental. Este texto se completó con la publicación de sus conversaciones con Sartre grabadas en Roma entre agosto y septiembre de 1974.

Ensayos:

Para qué la acción (1944).Para una moral de la ambigüedad (1947).El existencialismo y la sabiduría de los pueblos (1948)
América al día (1948).El segundo sexo (1949).El pensamiento político de la derecha (1955).La larga marcha (Ensayo sobre China) (1957).La vejez (año 1970).

Memorias y diarios:

Norteamérica al desnudo (1948).Memorias de una joven formal (1958).La plenitud de la vida (1960).La fuerza de las cosas (1963)
Una muerte muy dulce (1964).Final de cuentas (1972).La ceremonia del adiós (1981).Diario de guerra: septiembre de 1939-enero de 1941 (edición póstuma a cargo de Sylvie Le Bon de Beauvoir) (1990).Cahiers de jeunesse, 1926-1930.
Teatro:

Las bocas inútiles (1945).

Correspondencia:

Cartas a Sartre (1990).Cartas a Nelson Algren: un amor transatlántico (1998).Correspondance croisée avec Jacques-Laurent Bost (1937-1940).

En 2008 se creó en su honor el Premio Simone de Beauvoir por la Libertad de las Mujeres, más conocido simplemente como Premio Simone de Beauvoir.
 








El segundo sexo
 
Simone de Beauvoir se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad. Su análisis de la condición femenina, en ruptura con las creencias existencialistas, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un escándalo, en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al aborto, entonces equiparado al homicidio. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse.



 El segundo sexo está considerada una de las obras más relevantes, a nivel filosófico, del siglo XX. Escrito en 1949 fue un rotundo éxito de ventas. Su autora comenzó a escribirlo cuando reflexionó, a propuesta de Jean-Paul Sartre, sobre lo que había significado para ella el ser mujer. Comenzó a investigar acerca de la situación de las mujeres a lo largo de la historia y escribió este extenso ensayo que aborda cómo se ha concebido a la mujer, qué situaciones viven las mujeres y cómo se puede intentar que mejoren sus vidas y se amplíen sus libertades.

Es una de las obras fundacionales del Feminismo y utiliza los conceptos existencialistas para indagar acerca de la vida de la mitad de la humanidad. También es considerada una obra enciclopédica, pues aborda la identidad de las mujeres y la diferencia sexual desde los puntos de vista de la psicología, la historia, la antropología, la biología, la reproducción y la relación afectivo-sexual.

La teoría principal que sostiene Beauvoir es que "la mujer", o más exactamente lo que entendemos por mujer  es un producto cultural que se ha construido socialmente. La mujer se ha definido a lo largo de la historia siempre respecto a algo: como madre, esposa, hija, hermana... Así pues, la principal tarea de la mujer es reconquistar su propia identidad específica y desde sus propios criterios. Muchas de las características que presentan las mujeres no les vienen dadas de su genética, sino de cómo han sido educadas y socializadas. La frase que resume esta teoría es muy célebre: "No se nace mujer: llega una a serlo".

Tras escribir este ensayo y recibir multitud de cartas escritas por mujeres diciendo que ahora comprendían mejor sus vidas, la filósofa se dio cuenta de que hacía falta un cambio social y político, por lo que se hizo feminista. El segundo sexo es considerado hoy como la obra principal de referencia de la corriente denominada feminismo de la igualdad.


Este ensayo de casi un millar de páginas aspira a manejar una pluralidad de registros que van desde lo biológico, lo psicoanalítico, pasando por lo histórico y lo marxista.

La mira es puesta en principio, desde lo exterior, en particular desde la mirada masculina. Y a renglón seguido se desplaza hacia una descripción interna de la infancia de la mujer, de su iniciación sexual, de la época de madurez y por último de la ancianidad.

Se pasa luego a considerar y describir a la mujer en situación. Y desfilan entonces la madre, la prostituta, la lesbiana, la narcisista, la enamorada, la mística... El propósito o hilo de conducción es destacar todo lo que en las diferentes circunstancias llevan a creer en la inferioridad de la mujer y en los efectos que la interiorización de esta creencia promueve en lo que concierne a sus elecciones vitales, sea la de contraer matrimonio o abandonar una carrera antes emprendida. 



Por otro lado se explica que, en un mundo en el que predominase la igualdad de los sexos, tanto hombres como mujeres estarían contribuyendo a la propia liberación del propio sexo. Ya que si la mujer tuviese claramente definidos sus propios objetivos, se focalizaría menos sobre el hombre y ante el hecho de una menor constricción éste obtendría una mayor libertad.

El trabajo avanza mediante la indagación a los más creíbles estudiosos de los temas sin distinción de sexo, sean médicos, psicólogos, novelistas y, al mismo tiempo, busca que las mujeres se abran declarando sus experiencias, sea en el ámbito del amor o en otros. A esta altura comienza a sostenerse la necesidad de la integración social de lo femenino, con los mismos derechos que los hombres y con los mismos deberes, y con todas las conquistas que todo ello comporta: igualdad en los salarios, posibilidad de control de los nacimientos, acceso legalizado al aborto y a todos los reconocimientos civiles, políticos, jurídicos que han poseído y poseen los hombres.

El trabajo se abre con una introducción y es seguida de tres secciones: Destino, Historia y Mitos. Se cierra con una conclusión.


Lo que la autora quiere dejar bien puntualizado es el rol inferior que la mujer ha cumplido históricamente. Sea en el amplio marco de la comunidad global, o en el más estrecho de la vida familiar. Se busca señalar que a lo largo de los tiempos los hombres han procurado regir solos el mundo, abandonando a la mujer a la tentación de consagrarse por completo a los quehaceres de la vida matrimonial y al cuidado de los hijos.

Esta situación se pudo sostener por una creencia: la interiorización femenina de la propia incapacidad. Y la otra: la creencia de que quedarse soltera la habría de poner en riesgos económicos o sociales. A este respecto, toda la comunidad en los diversos momentos de la historia ha reafirmado la inferioridad femenina y la necesidad de que tener una familia y un marido contribuirían a completar su ser "carenciado".

El matrimonio y los hijos son obra de hombres y mujeres, pero en conjunto son tareas que siempre han comportado mayores responsabilidades para ellas que para los hombres. Tal rol las ha atado y les ha impedido pensar en una realización fuera del hogar. La responsabilidad de esta situación histórica de hecho no es sólo de las mujeres. Los dos sexos han contribuido para que se sostuviera. Y así como las mujeres no deberían abandonar sus cometidos específicos y propios, los hombres deberían comprender que deberían restarse de la presión expresa o implícita para que lo hiciese. Categóricamente se establece, y no está de más remarcarlo, que en un mundo de iguales, ambos sexos se beneficiarían. Sólo tal igualdad y la liberación posibilitarán papeles social y político de mayor envergadura, de la mujer.

La actividad de Simone de Beauvoir fue, junto con la Gisèle Halimi y Elisabeth Badinter, central para obtener el reconocimiento de los maltratos sufridos por las mujeres durante la guerra de Argelia, así como para la obtención del derecho al aborto en Francia. 
Fue una de las redactoras del importantísimo Manifiesto de las 343, publicado en abril de 1971 por la revista Le Nouvel Observateur. Con Gisèle Halimi, fundó también el movimiento Choisir, que tuvo un papel determinante en la legalización del aborto.

Entradas en este blog. Frases de Simone de Beauvoir:

Videos:



Documental "No se nace mujer" (2007) de Virginie Linhart http://www.youtube.com/watch?v=tb0LONwpB2w


Simone de Beauvoir Pequeña Biografía http://www.youtube.com/watch?v=Q2YMEdjip4k




Documentary on Simone de Beauvoir  (Inglés) http://www.youtube.com/watch?v=JBJ-E7l9HFk

Simone de Beauvoir: 1975 Interview (English Subs)

Simone de Beauvoir y el existencialismo feminista

Frases de Simone de Beauvoir
Simone de Beauvoir - Letras Intimas https://www.youtube.com/watch?v=V-O3Uet3xnI


"Why I am a feminist":