miércoles, 13 de enero de 2016

Advertencias a un Macho Paternalista




Advertencias a un Macho Paternalista

Estoy segura de que si nos cruzáramos por la calle, yo no sería invisible para ti. Me ficharías con la mirada, me darías un repaso a culo, tetas y cara y valorarías si a tu juicio estoy buena o no.

Si decidieras que sí, probablemente sentirías la necesidad de hacérmelo saber, ya que tienes muy claro que toda mujer debe conocer tu opinión sobre su cuerpo.

Tras una vida dedicada a equivocarme me quedan pocas certezas. La primera es que los hombres no sois unos salvajes irracionales, sino que sois perfectamente capaces de controlar vuestros instintos y vuestras emociones igual que lo somos nosotras.

La segunda, que si no es tu caso y tú sí te consideras un simio de necesidades y pulsiones sexuales incontrolables, resultas un peligro para la sociedad y para las mujeres, por lo que deberás ser encerrado y castrado.

Desgraciadamente para ti, vivimos en una época donde te han enseñado que las mujeres son objetos sexuales para tu disfrute, y donde te han convencido de que puedes hacer lo que te dé la gana. Luego llegan las lágrimas y la podadora.

En este sentido un hombre como tú sólo puede meterse en problemas por una razón: ser un macho condescendiente que nos sigue tratando con paternalismo y nos pretende aconsejar sobre cómo evitar ser violadas.

¿Cómo explicártelo? Un macho busca problemas cuando culpabiliza a las víctimas de agresiones sexuales y quita responsabilidad a los agresores.

Las causas de una violación no son ir por calles oscuras, ni la minifalda, ni el escote, ni el alcohol ni la actitud provocativa: la causa son los violadores.

Un macho busca problemas cuando se deja arrastrar por ese discurso tan antiguo y tan actual a la vez de que las calles son de los hombres y las mujeres deben privarse de su libertad, recluirse en el espacio privado y esconderse o taparse para evitar problemas.

Un consejo. Cierra la boca. Porque no tienes ni idea de cómo funciona el cuerpo ni la naturaleza humana. Vives en tu viejo mundo que se cae a pedazos y no te estás dando cuenta, crees en una sociedad donde los hombres son agresivos y sexualmente incontrolables por naturaleza y no por aprendizaje social.

Pero no es así y nosotras lo sabemos, pero sigues aferrándote a ese discurso que mantiene tus privilegios y tu estatus social de opresor que encierra el máximo riesgo. Sobre todo para ti.

Cada vez que te digan que una mujer es culpable de haber sido violada, no les creas. Cada vez que te animen a utilizar expresiones como "vestirte como una putilla", pregúntate si en vez de aconsejar a las mujeres sobre qué hacer para evitar ser violadas no sería más adecuado enseñar a los hombres a no violar. Luego sigue tu camino si es que te dejamos.

Pero aprende a escuchar a las mujeres, esas que no tenemos nada que perder porque somos, de momento, ciudadanas de segunda, pero tenemos mucho que ganar con la desdicha de machos paternalistas y vuestros patéticos intentos de llamar la atención.

Aciertas al llamarte a ti mismo invisible, que cada vez lo sois más. Menos acertada es tu idea de llamarnos "señoritas": ni lo somos ni lo queremos ser. Somos lo que nos dé la gana, somos libres, somos fuertes y las calles también son nuestras.

Xesca La Fresca