Hinamatsuri,
(雛祭 ó 雛まつり?) es el Festival de las Muñecas, que se celebra cada
3 de marzo en Japón. Está dedicado especialmente a las niñas, por lo que
también se conoce como Festival de las Niñas.
En
él, las niñas exponen varias muñecas (ningyō (人形?)) vestidas con kimonos tradicionales y quedan
situadas en distintos niveles de una plataforma, de hasta 5 a 7 escalones,
cubierta con tela roja. Estas muñecas representan personajes de la corte
imperial de la Era Heian ordenados jerárquicamente y pasan de generación a
generación dentro de la familia. Se suele adornar también con flores de
melocotonero ya que este festival también se conoce como Momo no Sekku, y el
melocotón es una fruta que se relaciona con el sexo femenino.
Se
pensaba que estas muñecas podían esconder los malos espíritus en sus cuerpos,
salvando así a su dueño de encuentros peligrosos una vez se librara de ellas.
De esta manera, la costumbre se hizo en una ceremonia conocida en el Periodo
Heian como hina nagashi, en que las muñecas de papel eran enviadas en barco por
el curso de un río, llevándose consigo los malos espíritus. La costumbre se
difundió durante el Período Edo, pasando de generación en generación hasta lo
que hoy conocemos como Hinamatsuri.
Se
dice que si las muñecas quedan expuestas más tiempo del necesario, la niña se
quedará soltera de mayor o que tardará en casarse. Por ello, las muñecas suelen
guardarse pronto pasado el festival.
Como
veis lo único que importa es que la niña se case.
Claro
que en España ocurre lo mismo. Entre las creencias y supersticiones respecto a
las posibilidades de encontrar novio:
«Cuando
una mujer era fea o sosa, o era ‘mocica vieja’ (solterona) era frecuente que
recurriera a S. Antonio para que le proporcionara un novio. Con este objetivo
le hacía al santo un nudo en el cordón de su hábito o le ponía una luz
‘mariposa’ en pago por el favor concedido. También se conoce la costumbre de
tirar un garbanzo al ombligo del mismo santo, de tal manera que si acertaba
dentro conseguiría novio en ese año».
En
lo que se refiere a prácticas profanas, las costumbres aparecen ligadas a la
fiesta de San Juan y su víspera.«En una reunión de jóvenes se echa un huevo a
una vasija plana con agua puesta al sereno la noche anterior, y a la mañana
siguiente el huevo habrá tomado formas caprichosas que indicarán el nombre del
amado. A esto se le conoce con el nombre de echar barcos en S. Juan».
«Es
también creencia de las jóvenes que asisten a la boda de una de sus amigas que
quien quite un alfiler de un tocado o consiga el ramo, siempre que éste sea de
azahar, después de realizada la ceremonia, se casará en ese año».
(www.gazeta-antropologia.es)
Son tantas las tradiciones españolas que se merecen una entrada aparte. Otro día hablaremos de ellas.