Carolina
Muzzilli (Buenos Aires, 17 de noviembre de 1889 - Bialet Massé, 23 de marzo de
1917) Fue una notable militante feminista, investigadora de la industria y
activista social argentina. Fue la primera mujer que fue nombrada funcionaria
del Departamento Nacional del Empleo, en Argentina.
Trabajó
toda su corta vida para mejorar las condiciones de trabajo en las fábricas y en
los lugares de trabajo en la Argentina.
Carolina
nació en un hogar obrero, que vivía en un conventillo de la zona sur de la
ciudad de Buenos Aires. Convivía en una misma habitación con varios hermanos y
tías.
Muzzilli
era costurera, y trabajaba en una fábrica. Como socialista autodidacta,
denunció las condiciones de trabajo de las mujeres que trabajaban en el diario
La Prensa.
Luchadora
por los derechos de lxs trabajadorxs, participó en manifestaciones callejeras y
mítines públicos, arengando a gritos a lxs trabajadores/as.
Sobre
el Feminismo Carolina Muzzilli pensaba que: “La mujer aristocrática y la mujer
proletaria son igualmente víctimas. Llegó la hora de que la mujer argentina
reconozca que no es inferior al varón, e que incluso si tiene una misión
diferente, se le deben restaurar sus derechos civiles y naturales.” Y estaba
contra el feminismo que ella llamaba «deportivo», una práctica elitista con
enfoque conservador hacia el feminismo, meramente reformista.
“Yo llamo feminismo de diletantes a
aquel que solo se interesa por la preocupación y el brillo de las mujeres
intelectuales. [...] Es hora de que ese feminismo deportivo deje paso al
verdadero, que debe encuadrarse en la lucha de clases. De lo contrario será un
movimiento elitista, llamado a proteger solo a aquellas mujeres que hacen de la
sumisión una renuncia a su derecho a una vida mejor. Abomino de la humildad por
el simple motivo de mi apoyo a quienes exigen bienes que les corresponden
simplemente por vivir en un país donde se recita que «todos son iguales ante la
ley».
El
informe que generó Muzzilli sobre la situación de las mujeres en las fábricas
fue el soporte de la defensa de la mujer que emprendió Alfredo Palacios ante el
Congreso Nacional.
En
el año 1906, Muzzilli fue fundamental en la promulgación de leyes para proteger
a los/as trabajadores mediante la participación activa en las actividades de la
Sociedad de Beneficencia.
En
1907, cuando en Uruguay se legalizó el divorcio, Muzzilli exigió que se
promulgara una ley de divorcio también en Argentina. Llegó incluso a elaborar
un proyecto de ley de divorcio en el Centro Socialista Femenino, junto con
Fenia Chertkoff (1869-1927).
En
1909, a los 19 años de edad, se afilió al Partido Socialista y comenzó a actuar
en la Agrupación Femenina del partido.
Ese
1909 representó al Centro Femenino Socialista en la Liga Internacional de
Empleadas Domésticas.
En
1910 participó en el congreso de universitarias argentinas donde sobresalió por
sus discursos combativos.
Se
integró al grupo de pioneras de esa avanzada feminista que formaban, entre
otras, Raquel Camaña, Adelina Di Carlo, Alicia Moreau, Elvira Rawson y
Alfonsina Storni.
Entre
el 19 y el 22 de mayo de 1910 se celebró en Buenos Aires el Primer Congreso
Femenino Internacional ―organizado principalmente por el Centro Socialista
Femenino, en el que militaba Muzzilli―. Como representantes de Argentina
participaron las primeras médicas y educadoras, pioneras y luchadoras por la
igualdad de derechos, como Cecilia Grierson, Julieta Lanteri, Elvira Rawson,
Alicia Moreau, Petrona Eyle, Sara Justo y Fenia Chertkoff de Repetto. No se
permitió la presencia de varones.
En
1912, Muzzilli tomó la causa de las mujeres que trabajaban en la lavandería La
Higiénica en pésimas condiciones de salud
En
1915 fue contratada ― sin sueldo― como
inspectora del Departamento Nacional de Higiene y Trabajo. En sus inspecciones
defendió sin claudicación los derechos de la mujer y del niño obrero. Fue la
primera mujer funcionaria de ese departamento federal. Trabajó en el desarrollo
de programas de salud pública para combatir la tuberculosis. Recorría talleres
y fábricas, y entrevistaba a las obreras acerca de su salario, el número de
horas que trabajaban, las condiciones de trabajo, la contaminación del
ambiente. En los lugares donde no le permitían entrar en contacto con las
obreras, se empleaba ella misma, sometiéndose a rigores que terminaron
enfermándola de tuberculosis.
En
1916 trabajó en la campaña para el Partido Socialista.
En 1916, aunque no tuvo oportunidades de
formación académica alguna, llegó a
fundar y dirigir el periódico Tribuna Femenina, que mantenía mediante su trabajo
como costurera industrial. En la revista publicaba sus ensayos y monografías sobre
la protección de la mujer.
Envió
sus escritos a congresos internacionales y publicó folletos y dos libros: El
trabajo femenino (1916) y El divorcio (1912). Después de su muerte se publicó
su tercer libro: Por la salud de la raza.