Eres
niña o eres niño .La división entre géneros es abrupta y la posibilidad de
elección es reducida ferozmente; es lo uno o lo otro, rosado o celeste, princesa o super héroe, juguetes con ruedas o
muñecas. La sociedad en general está limitando el medio social de nuestros
hijos e hijas, creando una construcción social binaria. Separándonos.
Y
es que no sólo están determinadas las conductas a seguir de las niñas, también otorga las directrices conductuales de los
niños, entregándoles un mensaje claro acerca de las conductas a aspirar.
Los
niños tienen como referente la imagen de super héroe -triunfante e invencible-.
La fuerza es el valor que prima, la competencia y la frivolidad también. En
síntesis la socialización de los niños se basa en lo opuesto de lo femenino,
apuntando hacia una constante negación de lo femenino, debido a que lo femenino
es sinónimo de inferioridad. Esta estructura de pensamiento no hace más que
coartar las posibilidades de nuestras hijas o hijos; generando niños con
sensibilidad pobre, dificultad para expresar emociones y con escaso sentido de
brindar cuidado a otros.
Educamos
niños para dominar, les introducimos el chip de la competencia formándolos más
individualistas, más agresivos y violentos. Niños preocupados de probar en todo
momento que son aptos para mantener este estatus de masculinidad y que pueden
ser “hombres de verdad”.
Por
otro lado, las niñas se preparan para satisfacer las necesidades de ellos,
deben preocuparse constante y obsesivamente de la apariencia física, se les
enseña a centrarse en la moda, a maquillarse y a acostumbrarse a usar
pantalones apretados y zapatos incómodos, que lógicamente las ponen en
desventaja ante los niños cuando llega el momento de correr o jugar y
desplazarse de acuerdo a la exigencia física propia de esta edad.
Las
niñas permanecen en un segundo plano de manera inconsciente. Ocupando menos
espacio que sus pares niños, permaneciendo invisibles la mayoría de las veces.
Este
orden social se fortalece cuando a nuestros hijos e hijas les incentivamos el
sexismo, por ejemplo, cuando a los niños les prohibimos jugar con muñecas,
vestirse con accesorios de mamá y a las niñitas insistamos en comprarles
cuentos, álbumes y cualquier plástico en general que incluya una princesa, que
parece feliz y extasiada en ese mundo de brillantes, belleza y perfección.
El
entorno en general, políticas educativas, medios de masas, productos de consumo,
instituciones sociales, promueven este tipo de crianza de constante
antagonismo, por lo que se hace difícil romper con esta estructura.
Pero
es necesario analizar qué le estamos entregando a nuestras hijas e hijos como
elementos para el juego. Lo lúdico es el espacio para crear y comprender la
realidad que tienen los niños y niñas, de ahí la importancia de que las
personas a cargo de la crianza de un menor le tomen el peso a esta situación y
filtren el mensaje de estos juegos, transformándolo en otro, que apunte hacia
la construcción de una masculinidad y femineidad plural. Lejos de la violencia
de invencibles super héroes y apartados de los rosados deslumbrantes de
princesas de labios rojos e inocentes.(accionfem.wordpress.com)
Para
eso la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia (OPD) de la
Municipalidad de Iquique, Chile, apoyada por el Servicio Nacional de Menores
(Sename), está desarrollando un taller denominado "Des-princesamiento"
dirigido a niñas de entre nueve y 15 años.
La
iniciativa, dirigida por las psicólogas Lorena Cataldo y Jendery Jaldin, buscar
fortalecer en las menores el valor del crecer libres de los prejuicios y
estereotipos asociados al género, como, para el caso de las princesas, esperar
al "príncipe azul".
"Buscamos
entregarles herramientas para que crezcan como niñas libres de prejuicios,
empoderadas, con la convicción de que son capaces de cambiar el mundo y que no
necesitan tener a un hombre al lado para ello", explica el coordinador de
la Oficina de Protección de Derechos.
El
taller contempla actividades manuales,
canciones y debates donde las niñas reflexionan sobre el concepto de ser mujer,
de la belleza y de la felicidad independiente de una relación amorosa, poniendo
en cuestión las ideas transmitidas y legitimadas por los cuentos de hadas y las
películas de Disney.
"'Desprincesando'
espera abrir espacios de discusión con las niñas sobre la desigualdad de
género, pero con elementos que ellas puedan identificar, para darles así una
oportunidad para incorporar otros elementos en la construcción de su identidad
como niñas"
"Nos
encontramos con muchas reacciones en redes sociales, muestras de apoyo, además
de salir en la prensa, hasta en un diario de Mendoza donde se polemizó el
taller, pero eso está lejos de ser así, porque entienden que la tarea de
entregar valores es compartida entre las familias y otras instituciones
sociales y del Estado"
Para
lxs organizadores del taller, es muy inocente pensar que en la construcción de
la identidad y valores de una niña no participa la televisión, la escuela,
programas sociales, el vecino, el barrio, etcétera.
Creen
que la polémica se genera por la idea de
'desprincesar', ya que toca una imagen cotidiana que está muy incorporada en la
tarea doméstica de la identidad de las niñas. Cuestionarlo ha impactado, porque
todos alguna vez hemos llamado princesa a nuestras hijas, y deben decir: 'Ahora
hay unos locos que dicen que es malo', pero en el taller no decimos que es
malo, lo malo está en sólo decirles princesas", argumentan.
El
taller aclara que no se trata de que las niñas no vean más películas de
princesas, sino que el problema es que no se las muestre en otras actividades.
"Nuestro esfuerzo no se compara (con todo el mundo de las princesas), pero
sí pone a disposición de las familias y de las niñas una visión, una
herramienta, esperamos que con esas ideas puedan ampliar la idea que tienen de
sí mismas" (www.elpatagonico.com/insolito-taller-des-princesamiento-ninas)