jueves, 12 de noviembre de 2015

Mujeres Kadugolla.Mujeres que "contaminan" con la menstruación y el parto.



La casta kadugolla está formada por unas 15.000 personas repartidas sobre todo en los Estados de Andhra Pradesh, Maharashtra y Karnataka en la India. Son pastores de cabras y ovejas, seminómadas. Están en un escalón económico y social muy bajo. Viven apartados de núcleos urbanos y siguen fielmente las tradiciones y los mandatos de su religión. Esta dice que las mujeres que tienen la menstruación y las que acaban de parir deben vivir apartadas del resto durante un tiempo porque contaminan. Deben vivir en una cabaña porque es lo que quieren los dioses. Las mujeres son  impuras a ojos de su familia, de su comunidad y de sus dioses porque han dado a luz.



Por eso las madres recientes deben vivir hasta dos meses en diminutas chozas de paja. No pueden entrar en esta porque ofenderían a los dioses, sus paseos están restringidos a cuatro o cinco metros a la redonda y nadie puede tocarlas porque, según la superstición kadugolla, también serían contaminados.


Los bebés no tienen nombre, y no se los pondrán hasta que cumpla los nueve meses, una costumbre extendida debido a la alta mortalidad infantil en India. La causa de muerte más frecuente entre los bebés kadugolla son las neumonías que sufren por vivir a la intemperie. A las niñas se les pinta manchas negras dibujadas sobre su cara para afearla y así ahuyentar a los malos espíritus.




A muchas mujeres no les gusta la tradición que la encierra en una cabaña dos meses cada vez que da a luz. Quieren que esta norma desaparezca, pero no tienen voz ni voto en su familia. Sin embargo, las mujeres más mayores sostienen que los kadugolla cumplen con su tradición desde hace generaciones y afirman que no le gusta que las madres recién dadas a luz entren en sus casas



Para librarse de esta incomodidad, muchas mujeres recurren a una medida extrema: someterse a una histerectomía, es decir, extirpar el útero total o parcialmente. Pero, solo la educación y la sensibilización son las claves para acabar con estas prácticas machistas

Texto resumido de un original de Lola Hierro