viernes, 6 de noviembre de 2015

¿Qué pasaría si fuéramos las Mujeres las que ejerciéramos la Violencia?





¿Qué pasaría si fuéramos las Mujeres las que ejerciéramos la Violencia?



¿Qué pasaría si las mujeres proclaman tan campantes ‘lo maté porque era mío’. Así. Como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace a la mujer “dueña” del hombre?



¿Qué pasaría si las mujeres fuéramos por la calle acosando a cualquier hombre que  se nos cruzara?

  

Me gustaría que vierais este enlace que “da vuelta" a los roles masculinos y femeninos para poner en evidencia cómo están sometidas en la cotidianeidad las mujeres alrededor del mundo:






¿Un mundo dominado por mujeres y donde los explotados, en todos los sentidos, son los hombres? No. Gracias. ¿Cometer los errores de los hombres? ¿Ser violentas, declarar la guerra en todos los rincones del planeta, pegar a sus congéneres, ya sean hombres mujeres o  demás especies que habitan el planeta?  ¿Violar? No, gracias.


Mal,¿no?. Nos parece mal. Porque como diría Dorothy Parker: "Cualquier mujer que aspire a comportarse como un hombre, seguro que carece de ambición."

Susan Brownmiller lo expresa muy bien: “Como clase, las mujeres jamás subyugamos a otro grupo; nunca emprendimos guerras de conquista en nombre de la patria. Jamás participamos en una decisión para anexionarnos el territorio de un país vecino, ni combatimos por mercados extranjeros en costas remotas. Esos son los juegos de los hombres, no de nosotras. No queremos ser ni opresoras ni oprimidas. La revolución de las mujeres es la última de todas las revoluciones”.

No. No queremos ser violentas.(*)



Quiero finalizar con Eduardo Galeano y la idea de que los derechos humanos deberían empezar en casa, en la familia: “La extorsión, el insulto, la amenaza, el coscorrón, la bofetada, la paliza, el azote, el cuarto oscuro, la ducha helada, el ayuno obligatorio, la comida obligatoria, la prohibición de salir, la prohibición de decir lo que se piensa, la prohibición de hacer lo que se siente y la humillación pública son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida de familia. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar perpetúa una cultura del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos a mentir y contagia la peste del miedo”

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Claro que no estaría de más que los hombres sintieran de vez en cuando el terror que han sentido las mujeres a lo largo de la Historia. Solo como experiencia  didáctica, nada más. Tampoco estaría mal que supieran que su violencia puede ser contestada. El ejemplo:'El ejército de los saris rosas'.El grupo nació después de que Sampat Pal fuera testigo de como un hombre golpeaba a su esposa. Cuando le pidió que parase, el hombre la atacó. Al día siguiente, Sampat Pal regresó con otras cinco mujeres, cada una de ellas con sus respectivos bastones de bambú, que le propinaron una paliza en respuesta a la que él había dado a su esposa. http://goo.gl/PSpwgA