El 15 de noviembre es el Día Mundial del Aire Puro. Un día
para hablar de Feminismo y del Ecologismo. Dos filosofías, dos éticas, dos
teorías críticas de la sociedad, dos sensibilidades que tienen que encontrarse
necesariamente porque el futuro tiene que ser ecologista y feminista o no será.
Feminismo y ecologismo están llamados a enriquecerse
mutuamente. Su papel será fundamental en el siglo XXI. Como han señalado
conferencias mundiales de la ONU y numerosas ONGs, las mujeres se cuentan entre
las primeras víctimas del deterioro medioambiental pero también participan como
protagonistas en la defensa de la Naturaleza. El ecofeminismo es el pensamiento
y la praxis que aborda esta cuestión en su doble vertiente. El feminismo no
debe cerrarse a las nuevas preocupaciones y sensibilidades de las mujeres. El
ecologismo es una de ellas. Y si creemos que el feminismo ha de plantear
horizontes utópicos en el sentido etimológico de "utopía" (ou-topos,
aquello que todavía no ha tenido lugar, pero puede tenerlo), podemos ver que el
ecofeminismo tiene mucho que aportar en este siglo XXI en que la humanidad
habrá de enfrentarse a una profunda transformación socioeconómica y cultural
para alcanzar la igualdad y la ecojusticia y para, simplemente, sobrevivir
Fuente: Mujeres en Red