Maruja
Mallo (Vivero, Lugo, 5 de enero de 1902- Madrid, 6 de febrero de 1995) Pintora
surrealista española.
Pertenece
a la generación de 1927 y es considerada una artista de la denominada
vanguardia interior española.
Comenzó
su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés y en estudios
particulares.
En
1922, con 20 años, y aprovechando el traslado de la familia a Madrid, entra a
estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando donde estudió
hasta 1926, como también hizo su hermano Cristino desde 1923, mientras asistían
también a la Academia Libre de Julio Moisés.
En
Madrid se relaciona con artistas, escritores y cineastas como Salvador Dalí,
Concha Méndez, Gregorio Prieto, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis
Buñuel, María Zambrano o Rafael Alberti, con el que mantiene una relación hasta
que aquel conoce a María Teresa León.
En
1927 toma parte activa en la primera Escuela de Vallecas, una propuesta
'plástico-poética' del escultor Alberto y el pintor Benjamín Palencia.
Durante
la década de 1920 trabaja asimismo para numerosas publicaciones literarias como
La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realiza
portadas de varios libros. Ortega y Gasset conoce sus cuadros en 1928 y le
organiza su primera exposición en los salones de la Revista de Occidente, la
cual obtuvo un gran éxito.
Exhibió
diez óleos que representaban poblados llenos de sol, toreros y manolas, así
como estampas coloreadas de maquinaria, deportes y cine de principios de siglo.
La exposición fue todo un acontecimiento cultural en Madrid, y también punto de
partida para que Maruja fuera juzgada por su obra y no por su condición
femenina. En esta época la pintura de Maruja seguía la línea de la nueva
objetividad o realismo mágico presentada por Franz Roh en 1925.
Hasta
1931colaboró intensamente con Alberti, quedando constancia de este trabajo
conjunto los decorados del drama "Santa Casilda" (1930), testimonios
en libros como "Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos
tontos" y en "Sermones y moradas". En estos años pinta la serie
Cloacas y Campanarios, cercana a los planteamientos de la Escuela de Vallecas
de Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Miguel Prieto, Souto, Rodríguez Luna y
Eduardo Vicente, de la que formó parte.
En
1932 obtiene una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para ir a París
donde conoce a René Magritte, Max Ernst, Joan Miró y Giorgio de Chirico y
participa en tertulias con André Breton y Paul Éluard.
Su
primera exposición en París tuvo lugar en la Galería Pierre Loeb en 1932. Allí
comienza su etapa surrealista. Su pintura cambió radicalmente y alcanzó la
maestría, tanto que el mismo Breton le compró en 1932 el cuadro titulado
Espantapájaros, obra pintada en 1929, poblada de espectros, que hoy es
considerada una de las grandes obras del surrealismo.
Surge
una amistad entre Maruja y André Breton, quien le proporcionará la amistad de
Jean Cassou, y le pondrá en contacto con Picasso, Joan Miró, Aragon, Jean Arp,
René Magritte y el grupo Abstracción-Création, del que formaba parte Joaquín
Torres García.
En
1933 regresó a Madrid y participó activamente en la Sociedad de Artistas
Ibéricos. Para entonces había adquirido tal notoriedad que el gobierno francés
compró uno de sus cuadros para exponerlo en el Museo Nacional de Arte Moderno.
Inicia una etapa en la que destaca el interés por el orden geométrico e interno
de la naturaleza.
En
ese mismo año, Maruja Mallo, comprometida con la República, desarrolló una triple
dedicación docente como profesora de Dibujo en el Instituto de Arévalo (donde
ganó la cátedra de dibujo), en el Instituto Escuela de Madrid y en la Escuela
de Cerámica de Madrid.
Frecuenta
a Miguel Hernández, con quien mantiene una relación amorosa. Además, juntos
planearon el drama Los hijos de la piedra, inspirado en los sucesos de Casa
Viejas y Asturias; y a la influencia de Mallo se deben las cuatro composiciones
que el poeta desgajó de El rayo que no cesa, bajo el nombre de Imagen de tu
huella, 18 de los 30 poemas de esa obra. También frecuenta a los pintores Luis
Castellanos y Benjamín Palencia y al escultor Alberto Sánchez.
En
1934 vuelve a tratar a Pablo Neruda, a quien ya había conocido en París.
Durante
1935 prepara la escenografía y los figurines de la ópera de Rodolfo Halffter
Clavileño, que no llegó a estrenarse.
A
partir de 1936, comienza su etapa constructiva, mientras sigue exponiendo con
los pintores surrealistas en Londres y Barcelona. Participa como docente en las
Misiones Pedagógicas, que la acercan a su tierra natal, Galicia, donde a los
pocos meses le sorprende la Guerra Civil.
Realizó
por entonces con Ángel Planells una exposición de surrealismo internacional en
las New Burlington Galleries de Londres.
Al
estallar la guerra en 1936, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibe
Gabriela Mistral, quien en aquel momento era embajadora de Chile en Portugal.
Toda su obra cerámica de esta época es destruida en la guerra. Poco tiempo
después, su amiga Gabriela Mistral, le ayudó a trasladarse a Buenos Aires,
recibiendo una invitación de la Asociación de Amigos del Arte, a dar una serie
de conferencias sobre la temática popular en la plástica española,
"Proceso histórico de la forma en las artes plásticas", en Montevideo
y luego en Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina que desde 1937,
duraría 25 años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre
ellas, Pablo Neruda.
En
Argentina colabora en la famosa revista de vanguardia Sur, en la que también
participaba Borges. Es una etapa de su vida en la que se dedica a viajar, vive
entre Uruguay y Buenos Aires, y a diseñar, pintar, en definitiva a crear y
crear. También se suceden exposiciones en París, Brasil y Nueva York. De esa
época son las obras como Arquitectura humana, Canto de espigas y Mensaje del
mar. Pinta La Serie Marina, La Serie Terrestre, armonías solares, en ocres y
dorados. En la serie de Las Máscaras, Mallo se inspiró directamente en los cultos
sincréticos de las Américas.
Se
encuentra en este momento con su amigo Alfonso Reyes, embajador de México en
Argentina, con quien permanecerá hasta 1938, año en que él regresa a México.
En
1938 se estrena la Cantata en la tumba de Federico García Lorca, de Alfonso
Reyes, con música de Jaime Pahissa y escenografía de Maruja Mallo.
A
los 37 años publicó el libro Lo popular en la plástica española a través de mi
obra (1939), y empezó a pintar especialmente retratos de mujeres, cuyo estilo
es precursor del arte pop estadounidense.
En
1961 regresa a España y se instala en Madrid, donde, en el mes de octubre,
realiza una exposición en la galería Mediterráneo. La que fuera una de las
grandes figuras del surrealismo de preguerra es casi una desconocida en su
tierra.
En
1979 comenzó su última etapa pictórica con Los Moradores del vacío. Tenía ya 77
años, pero aún conservaba esa frescura y vitalidad que la acompañaría durante
toda su vida.
En
la década de 1980 le ofrecieron varias exposiciones y premios, como la Medalla
de Oro al mérito en las Bellas Artes, concedida por el Ministerio de Cultura en
1982, y el Premio de Artes Plásticas de Madrid.
En
1990 recibe la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y en 1991 la Medalla de
Galicia.
En
1992, con motivo de su 90 cumpleaños, se celebra una exposición en la galería
Guillermo de Osma de Madrid, que muestra, por primera vez, series de los
cuadros pintados en su época de exilio en América.
En
1993 tiene lugar una gran exposición antológica en Santiago de Compostela que
inaugura el nuevo Centro Gallego de Arte Contemporáneo. Más tarde, la
exposición es trasladada al Museo de Bellas Artes de Buenos Aires.
El 6 de febrero de 1995 muere en Madrid a los
93 años.
Enlaces:
Citas
sobre Maruja Mallo
"TÚ,
tú que bajas a las cloacas donde las flores más flores son ya unos tristes
salivazos sin sueños y mueres por las alcantarillas que desembocan a las
verbenas desiertas para resucitar al filo de una piedra mordida por un hongo
estancado, dime por qué las lluvias pudren las hojas y las maderas. Aclárame
esta duda que tengo sobre los paisajes. Despiértame."Rafael Alberti,
"Ascensión de Maruja Mallo al subsuelo"
"Maruja
Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo,
sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y
sensualidad."Federico García Lorca
"Las
creaciones extrañas de Maruja Mallo, entre las más considerables de la pintura
actual, revelación poética y plástica, original, «Cloacas» y «Campanarios» son
precursores de la visión plástica informalista".Paul Éluard
“Maruja
Mallo primero tiene talento, y después pinta.".Antonio Espina.
'Maruja
Mallo. Mitad ángel, mitad marisco' Dalí