La
peruana Máxima Acuña, quien no es dirigente, ni activista, ni aspira a ser
líder, ha sido galardonada con el Premio
Medioambiental Goldman (Goldman
Environmental) el galardón ambiental más importante del mundo.
Máxima
Acuña defendió su derecho a vivir en paz y vivir de su propio terreno, un
espacio codiciado por las empresas mineras nortemaericanas Newmont y
Buenaventura para la mina de oro y cobre.
Acuña
es una humilde agricultora de patatas peruana que fue golpeada y encarcelada
tras protestar contra una empresa minera por la pérdida de sus tierras y de su
casa. Este acto le ha llevado a figurar entre los seis ganadores del Premio
Goldman, uno de los más valiosos del mundo para los activistas
medioambientales.
Es
el mismo reconocimiento que otorgaron en 2015 a la activista hondureña Berta
Cáceres por liderar una campaña contra la represa Agua Zarca, a cargo de la más
grande constructora de plantas hidroeléctricas.( Berta
Cáceres. Defensora medioambiental )
Acuña
se enfrenta desde 2011 a Yanacocha, un consorcio minero que posee la concesión
para explotar el yacimiento aurífero más importante de Perú y de América
Latina, y es eso lo que la ha hecho merecedora del reconocimiento.
La
lucha de Acuña contra Yanacocha comenzó en el 2010. Ella acababa de pasar tres
meses en una choza de su familia a ocho horas de su casa, recuperándose de una
infección.
Al
llegar a su terreno en Tragadero Grande, a 4 mil metros sobre el nivel del mar
en la sierra norte de Perú, vio que algo había cambiado, la estrecha vereda de
tierra y piedras que cruzaba parte del predio se había convertido en un camino
amplio y llano.
Su
tío, quien se encargó de cuidar la hacienda en su ausencia, le explicó que fue
obra de varios trabajadores de una minera que habían llegado con aplanadoras.
Acuña,
enfadada porque nadie le había pedido permiso para hacer obras en su terreno,
se fue a reclamar a la oficina de Yanacocha en las afueras de Cajamarca, la
capital de la sierra norte.
Pero
el ingeniero que encontró allí le dijo que esas tierras no eran suyas, sino de
la minera y que los documentos de compra de la propiedad con fecha de 1994 que
Acuña guardó como lo más preciado “no tenían valor”.
El
consorcio integrado por la empresa norteamericana Newmont Mining Corporation,
la peruana Compañía de Minas Buenaventura y la Corporación Financiera
Internacional -un organismo dependiente del Banco Mundial-, aseguraron que las
tierras en las que la campesina vivía con su esposo, Jaime Chaupe, y sus hijos
se las compraron a la comunidad de Sorochuco en 1996 y 1997 para el Proyecto
Conga.
En
2014, tras varios intentos por desalojar a la familia de los terrenos, el
consorcio los demandó por usurpación agravada.
Acuña
perdió los dos juicios celebrados en la corte provincial de Celendín, y fueron
sentenciados a casi tres años de prisión y a pagar cerca de 2 mil dólares como
reparación a la minera, además de abandonar Tragadero Grande, pero la defensa
apeló a la Corte Superior de Cajamarca, y en unos meses se inició un nuevo
juicio.
En
ese tiempo, Máxima Acuña y su hija mayor viajaron por Europa para denunciar su
caso, y se reunieron con políticos y representantes de Naciones Unidas.
En diciembre de 2014, la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca ordenó la absolución de la familia y fue el mismo año en el que Acuña fue elegida Defensora del Año por la Unión Latinoamericana de Mujeres.( LA UNIÓN LATINOAMERICANA DE MUJERES ...
En diciembre de 2014, la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca ordenó la absolución de la familia y fue el mismo año en el que Acuña fue elegida Defensora del Año por la Unión Latinoamericana de Mujeres.( LA UNIÓN LATINOAMERICANA DE MUJERES ...
Fuente:www.telesurtv.net