miércoles, 27 de abril de 2016

Dulce María Loynaz .Premio Cervantes, 1922.





Dulce María Loynaz Muñoz (La Habana, 10 de diciembre de 1902 - 27 de abril de 1997) Escritora y poeta cubana.

Está considerada como una de las principales figuras de la lírica cubana y universal.
Recibió el premio Miguel de Cervantes en 1922.

En 1919 publicó sus dos primeros poemas, Vesperal e Invierno de almas, en el diario La Nación, que significaron la entrada de Loynaz en el mundo de las Letras. Posteriormente, estudió Derecho Civil en la Universidad de La Habana, y se doctoró en 1927.

Fue doctor "Honoris Causa" por esta misma universidad. Fue reconocida en su patria como profesional del derecho recibiendo en 1944 la desaparecida Orden González Lanuza, conferida a aquellos que en esta rama aportaron los frutos de sus estudios y experiencias, siendo la primera mujer en recibirla.




Obra:

Su primera obra se inscribe en el posmodernismo insular, dentro del cual fue la figura más representativa de la línea purista. La lírica de Loynaz sedujo por su sencillez y naturalidad y el ritmo y la musicalidad de sus versos, en los que predominó una temática en ocasiones fruto de la angustia y del enigma y motivada por el amor.

En 1928 empezó a escribir su novela lírica Jardín, que terminaría siete años después y que no se publicaría en España hasta 1951.

Esta obra es una especie de autobiografía poetizada en la que son elementos fundamentales la memoria, la imaginación y el sueño. Se nutre de sentimientos y recuerdos de los años pasados un su casa de El Vedado y, sobre todo, en el jardín que la rodeaba. La autora convierte lo que fue un lugar real, en el que transcurrieron muchos momentos de su vida, en un mundo imaginario, ensoñador y simbólico, en su paisaje íntimo, a través del cual percibe, entiende y expresa los movimientos y recovecos de su alma. En esta obra, como en el resto de su producción poética y novelística, la autora expresa su deseo de comunión con los demás, con la naturaleza y con los objetos, en una especie de unión mística con el mundo. En la novela se aprecian recursos característicos del Realismo mágico, elemento imprescindible a la hora de analizar la obra si se tiene en cuenta además que fue escrita entre la segunda y tercera década del siglo XX, adelantándose así a la mayoría de los escritores que explotaron este discurso narrativo en décadas posteriores. Aunque con respecto a Jardín todo es polémico hay que reconocer que los elementos estilísticos utilizados por la autora han ubicado a esta novela como precursora de la actual novelística hispanoamericana.

Es fundamental en su estilo la influencia de Juan Ramón Jiménez. En las composiciones de Loynaz encontramos una ternura, delicadeza y melancolía que recuerdan, sin duda alguna, la expresión intimista de Platero y yo, la popular obra del poeta. Él mismo reconoce estas semejanzas entre ambos en un artículo del año 1942, que publica en la revista semanal Buenos Aires. 



En 1929 viajó a Turquía, Siria, Libia, Palestina y Egipto. En este momento escribió su obra Cartas de amor al Rey Tut-Ank-Amen, inspirada por su visita a la tumba del famoso faraón.
Un año después conoció a García Lorca, con el que mantuvo una entrañable amistad y que fue uno de los muchos amigos que hizo en España

En 1947 publicaría Juegos de agua, libro de poemas, y a partir de 1950 el editor español se interesa por la obra de la cubana, publicando varios de sus trabajos. De esta época, específicamente de 1951, data la publicación de Jardín. Le seguirían: Carta de amor al rey Tut-Ank-Amen 1953, Poemas sin nombre 1958 y Un verano en Tenerife, (libro de viajes); según la autora: lo mejor que he escrito. Entre otras cosas porque la poetisa En su primer viaje a la isla quedó prendada de ella y llegó a adoptar a España como su segunda patria. Y cierto es también la gran acogida de su obra que tuvo en este país.

En 1950 publicaría además crónicas semanales en El País y Excélsior. También colabora en Social, Grafos, Diario de la Marina, El Mundo, Revista Cubana, Revista Bimestre Cubana y Orígenes, muchas veces como colaboraciones a su esposo Pablo Álvarez de Cañas. Dentro de su prosa es de vital importancia destacar su libro Fe de Vida, obra autobiográfica y centrada fundamentalmente en dar a conocer el, hasta por el momento para muchos invisible, Pablo Álvarez de Cañas. Su segundo esposo y quien fuera figura relevante en círculos sociales de La Habana en su época.
 
Sus últimas publicaciones fueron Poemas escogidos, de 1985, Bestiarium y La novia de Lázaro, ambos de 1991. La Diputación de Cádiz publicó, además, en 1992, Poemas náufragos, y la editorial Espasa Calpe una amplia antología de su obra.

En 2001 se publica una selección de poemas casi desconocidos Esta selección se agrupó bajo el título de El áspero sendero.

Reconocimientos:

Durante su vida recibió gran cantidad de premios y honores; entre otros se destacan el Premio Cervantes en 1992, la gran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio en 1947, y el nombramiento de dama de la Orden de Isabel la Católica. En Cuba recibió la orden cultural Félix Varela y el Premio Nacional de Literatura. Entre otros.