Yo
fui una niña mujer y ahora soy una mujer niña. Cuando debía jugar a las muñecas
ya sostenía niños de verdad en brazos y me perdí el asombro de descubrir que la
vida es un infinito modo de caminar. Ahora que debería sentir los brazos cansados,
como me nacieron alas, ando volando por encima del mundo que me fue negado y
desde el aire puedo ver los atajos que, ahora sé, llevan al mismo lugar.
A
los cincuenta me nacieron alas.
Dejaron
de pesarme los senos
y
los pensamientos que cargaba desde niña.
A
las alas les enseñé a volar
desde
mi mente que había volado siempre,
y
comprobé desde el aire
que
mientras yo anduve dormida tantos años
alguien
trabajaba afanosamente
recogiendo
plumas para hacer esas alas.
Tuve
suerte de que cuando estuvieron hechas
me
encontraron despierta en el reparto.
BegoñaAbad.
Begoña
trabaja para vivir, aunque eso es solo puro accidente. Lo que ha dado verdadero
sentido a su vida ha sido descubrir la magia y el poder de la palabra; y lo más
importante que ha hecho en ella, ha sido caminar de la mano de sus hijos y
creer en el ser humano.
En
su día plantó un árbol y -ahora que ya sabe volar- está en la tarea de
conseguir su mayor deseo: no desear.
Begoña
nació en 1952, en Villanasur del Río Oca (Burgos), y empezó a escribir poemas y
relatos desde el Bachillerato. Entre sus últimas obras publicadas caben señalar
sus colaboraciones en diversas antologías: La otra voz. Poesía femenina en La
Rioja (1982-2005) (4 de Agosto, 2005); y en las sucesivas ediciones de Voces
del Extremo: Poesía y Vida; Poesía y Capitalismo; Poesía y Magia (Fundación
Juan Ramón Jiménez, 2006, 2008 y 2009); Voces del Extremo: Poesía y tecnología
(Ayuntamiento de Béjar, Salamanca 2009); Aldea Poética IV: SXO (Ópera Prima,
2009);Mujeres en su tinta: Poetas Españolas en el siglo XXI (Universidad Nacional
Autónoma de México, 2010) y 50 Poetas Contemporáneos de Castilla-León
(Hontanar, 2011).