Felisa Martín Bravo (San Sebastián, 11 de junio de
1898 —29 de octubre de 19791) Meteoróloga española y la primera doctora en
Física en España.
Felisa hizo el
bachillerato en San Sebastián, y continuó estudios superiores en la Universidad Central de Madrid donde
se licenció en ciencias físicas, en 1922.
Como
única mujer del departamento se sumó al equipo de investigación del físico aragonés
Julio
Palacios, en cuyo Laboratorio de Investigaciones Físicas de la JAE Felisa estableció la
estructura cristalina de los óxidos de níquel y de cobalto y del sulfuro
de plomo, aplicando los métodos de Bragg y de Debye-Scherrer, mediante rayos X.
Ese
conjunto de investigaciones se recogieron en 1926 en su tesis doctoral. Pero a
pesar de ser consciente de la importancia de profundizar en la materia, Felisa
vio desplazado el momento de hacerlo por tener que dedicar su tiempo y energía
a dar clases en el Instituto-Escuela.
Ese
sentido de lo práctico inmediato la llevaría también a opositar a una cátedra
de Instituto en 1925.
En
1926, viajó a Estados Unidos con una beca para formación pedagógica de la JAE, para impartir un
curso de Lengua Castellana y lecciones de Física el Conneticut College (New
London).
Tanto
esta actividad como su decisión de trabajar como auxiliar en el Servicio
Meteorológico (ya en 1931) la alejaban de su supuesto porvenir con
investigadora. Sin embargo, la creación en aquellas fechas del Instituto
Nacional de Física y Química (INFQ) y su amistad con Julio
Palacios, le dieron oportunidad de trabajar en investigaciones de rayos X
"para la determinación de estructuras cristalinas".
Continuando
en la órbita de la Institución Libre de Enseñanza, en
1932 viajó a Cambridge
(Inglaterra) gracias a una nueva beca de la Junta para la Ampliación de
Estudios (JAE)
Allí
asistió a las clases de Ernest
Rutherford y amplió sus conocimientos en el ciencias atmosféricas con el
profesor C. T. R. Wilson (1869-1959), especialista en electricidad atmosférica,
y su aplicación en el campo de la protección aeronáutica.
En
1933, después de su regreso, quedó integrada en el cuadro del Servicio Meteorológico Nacional en
Madrid, donde también sería la primera mujer admitida.
Trás
el estallido de la guerra civil española, y ante el traslado de
la oficina central a Valencia siguiendo al Gobierno de la República en 1936, su
negativa a abandonar Madrid le supuso su cese en el puesto que ocupaba. Esa
circunstancia pudo ser determinante en 1939, cuando finalizada la contienda, la
necesidad de cuadros científicos en el bando vencedor hizo que, tras ser
'depurada' y sometida a un 'expediente de responsabilidades', Felisa Martín
fuese incluida en el cuerpo de meteorólogos. Curiosamente, dicho departamento
científico no volvería a admitir a una mujer en su nómina hasta el final de la década
de 1960
Durante
1973 - 74 fue presidenta de la Asociación Meteorológica Española, la primera y
la única mujer hasta ahora que ha ocupado el cargo.