domingo, 27 de diciembre de 2015

Femme Fatale. El Miedo a la Poderosa Sexualidad Femenina




Mujer Fatal —de la expresión francesa femme fatale— es un personaje tipo, normalmente una villana que usa la sexualidad para atrapar al “desventurado” héroe. Se la suele representar como sexualmente insaciable. Aunque suele ser malvada, también hay mujeres fatales que en algunas historias hacen de antiheroínas e incluso de heroínas.

En la actualidad, el arquetipo suele ser visto como un personaje que constantemente cruza la línea entre la bondad y la maldad, actuando sin escrúpulos sea cual sea su voluntad.

Las mujeres fatales han existido, en una u otra forma, en la mitología y el folclor en prácticamente todas las culturas.





Entre los primeros ejemplos están la diosa sumeria Ishtar y la bíblica Dalila.

Ištar o Ishtar era la diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, de la fertilidad, y patrona de otros temas menores. Se asociaba principalmente con la sexualidad




Dalila (en hebreo דְּלִילָה, ‘[la que] debilitó’, ‘desarraigó’ o ‘empobreció’, de la raíz dal, ‘débil’ o ‘pobre’) era la «mujer en el valle de Soreq» a la que amó Sansón y que fue su perdición en el bíblico Libro de los Jueces (capítulo 16).



La mujer fatal se hizo omnipresente en la cultura occidental a finales del siglo XIX y principios del XX, y aparece en las obras de Oscar Wilde, Edvard Munch y Gustav Klimt, entre otros. Algunos consideran esta popularización como una reacción a los movimientos feministas y al cambio de roles de la mujer en el tiempo. Con la introducción del cine negro en los años 1940, la mujer fatal empezó a florecer en la cultura pop, apareciendo en thrillers de espionaje e historietas como The Spirit de Will Eisner, o Terry y los piratas de Milton Caniff.



Uno de los ejemplos más significativos de la femme fatale fue Margaretha Geertruida Zelle (Leeuwarden, Países Bajos, 7 de agosto de 1876 - Vincennes, cerca de París, 15 de octubre de 1917) más conocida como Mata Hari, fue una famosa bailarina, actriz y espía, condenada a muerte por espionaje y ejecutada por fusilamiento en 1917, durante la I Guerra Mundial). La palabra matahari significa, en idioma malayo, sol y literalmente "ojo del día".


En el mundo anglosajón, la mujer fatal es con frecuencia de origen extranjero. Con frecuencia se la retrata como una especie de vampiro sexual, cuyos oscuros apetitos se creía que eran capaces de arrebatar la virilidad y la independencia de sus amantes, convirtiéndolos en una máscara vacía de sí mismos. Solo escapando de sus abrazos podía rescatarse al héroe. En este sentido, en la jerga estadounidense antigua se solía llamar a las mujeres fatales vamps, una palabra asociada con las modas de los años 1920. El término vamp era un apócope de vampire, ‘vampiro’, llamado así porque los personajes extraían la vida de sus víctimas no necesariamente bebiendo su sangre sino mediante explotación sexual y económica. Un retrato clásico de mujer fatal fue el personaje de Justine en El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell.

En la ópera y el teatro musical, la mujer fatal suele ser interpretada por una mezzosoprano dramática y es a veces contraste o la enemiga de la ingenua o la dama en apuros.

La imagen arquetípica de la dominatrix sadomasoquista enfundada en cuero negro que se genera en Europa hacia los años 30 del siglo XX constituye otra derivada del mito de la mujer fatal.

Algunos argumentan que este personaje tiene su contrapartida masculina. Algunos ejemplos podrían ser Heathcliff de Cumbres Borrascosas o muchos de los héroes de los libros de Lord Byron.









En Japón, las ninjas femeninas, llamadas Kunoichi, representadas en incontables ocasiones, son famosas y legendarias por ser entrenadas con métodos propios de las mujeres fatales, usando su sexualidad con la misma fluidez que sus mortíferas habilidades para asesinar.

Las kunoichi son mujeres ninja o practicantes de ninpo. Fueron utilizadas como asesinas y espías.

El entrenamiento habitual de las kunoichi difería radicalmente en el conjunto de habilidades del ninja, si bien mantenían un núcleo común: taijutsu, kenjutsu, ninjutsu, etc. Se las instruía específicamente en un grupo de destrezas único que sólo una mujer podía usar. Este abanico técnico convertía a la kunoichi en una versátil herramienta contra el hombre. Normalmente no tenía conciencia de tener compañeras, ya que el comandante la mantenía constantemente en la creencia de ser la única pupila, ya que así se aseguraba la eficacia y lealtad de ésta a través del vínculo emocional.

La principal jonin ninja de clanes femeninos fue Chiyome Mochizuki de la familia ninja de Koga, quien entrenaba niñas huérfanas e indigentes dándoles trato de monjas y utilizando sus servicios como espías.






Las Kunoichi,  servían como espías seduciendo señores feudales para matarlos o conseguir información importante. Se dice que la belleza de las Kunoichi era tan grande que no había hombre que se resistiera a su mortal seducción.

Las ninja fueron entrenadas principalmente para la seducción y es por ello que su enseñanza también abarcaba las relaciones sexuales, llegando incluso hasta el matrimonio para cumplir la misión.


Durante los primeros años, las practicantes de ninjutsu siguen el mismo entrenamiento que sus contra partes masculinas, practicando junto a ellos. Luego, su entrenamiento se centra más en los disfraces, venenos, y el uso de su género a una ventaja. Por lo general, se disfrazan de geishas, prostitutas, artistas, adivinas así como de empleadas domésticas, lo que les permitiría muchas oportunidades para obtener información o acercarse a una víctima.

Las prendas femeninas ofrecían la posibilidad de esconder armas entre los pliegues de ropa. Aprendían a usar el Tessen o abanico japonés, así como a aprovechar los palillos para sujetar el pelo en forma de Bo shuriken.

 




En español existe la palabra Vampiresa que es el término con el cual se designa en español a la mujer fatal o mujer que aprovecha su capacidad de seducción amorosa para lucrarse a costa de aquellos a quienes seduce y es traducción de "vamp" en inglés que se usó en la película A Fool There Was /1915), protagonizada por Theda Bara, quien se convirtió así en el icono de ese arquetipo en el cine. La película estaba basada en una obra de teatro inspirada a su vez en el poema "El Vampiro" de Rudyard Kipling. En filmes subsiguientes, en la literatura y en la cultura popular el término se usa mayormente para personajes, reales o ficticios, no fantásticos o diferenciados del vampiro femenino y con las características definidas por la RAE.