sábado, 4 de julio de 2015

Mary Kingsley. Viajera y Exploradora en África



Mary Kingsley ( Islington, Londres 13 de octubre de 1862 – 3 de junio de 1900) Escritora y exploradora inglesa que tuvo una gran influencia en las ideas europeas sobre África y sus gentes.

Sorteando todo tipo de obstáculos que van desde su condición de mujer hasta los temibles fang, realizó importantes estudios etnológicos y científicos en una época en la que la raza blanca se afanaba en demostrar su superioridad respecto a otras razas en un tiempo en el que, dentro de la organización que esta misma raza blanca había establecido en occidente, el hombre se consideraba superior a la mujer.

Mary era hija de George Kingsley (también escritor de viajes) y Mary Bailey, y sobrina de Charles Kingsley. Su padre era médico, su madre era inválida y se esperaba de Mary que permaneciera en el hogar familiar cuidando de ella.

Como era mujer recibió poca formación escolar pero tenía acceso a la bien provista biblioteca paterna, y le encantaba oír de su padre historias de países lejanos.

Su padre murió en febrero de 1892. Su madre murió también cinco semanas más tarde. Liberada de las responsabilidades familiares, y con una renta de 500£ anuales, Mary pudo finalmente viajar.




Decidió descubrir África y recopilar el material necesario para finalizar un libro que su padre había empezado acerca de la cultura de las poblaciones africanas.

En 1893 Mary llegó a Luanda (Angola). Vivió con las gentes del lugar, quienes le enseñaron las habilidades necesarias para sobrevivir en la jungla africana, y a menudo se adentraba sola en zonas peligrosas.

En 1895 volvió a África para estudiar tribus caníbales. Se desplazó en canoa por el río Ogooué, donde descubriría especies de peces desconocidas hasta entonces.

Después de su encuentro con la tribu de los Fang escaló el Monte Camerún (4100 m) por una ruta nunca hollada anteriormente por ningún europeo.





A Inglaterra llegaron noticias de sus aventuras, y cuando volvió a casa en octubre de 1895, fue recibida por una multitud de periodistas ansiosos de entrevistarla. Era ya famosa, y durante los tres años siguientes dictó conferencias por todo el país sobre la vida en África.

Mary Kingsley defendió, varios aspectos de la vida africana que conmocionaron a muchos ingleses, como la poligamia. Argumentaba que un "hombre negro no es menos desarrollado que un blanco como un conejo no es una liebre subdesarrollada", además de afirmar que ella no consideraba a "los nativos como 'inferiores'... sino con un tipo de mentalidad diferente de la del hombre blanco - un tipo de mentalidad muy aceptable, a su manera".

Sin embargo, era bastante conservadora en otros temas y no apoyaba el movimiento del sufragio femenino.

Kingsley escribió dos libros sobre sus experiencias: Travels in West Africa (Viajes en África Occidental, 1897), que inmediatamente se convirtió en un best-seller, y West African Studies (Estudios sobre África Occidental, 1899).

Durante la Segunda Guerra de los bóer, Kingsley se alistó voluntaria como enfermera. Murió de fiebre tifoidea en Simon's Town, donde curaba a prisioneros Bóers. Según sus deseos, fue sepultada en el mar.





Un rasgo destacable de Mary Kigsley era sin duda su agudo e irónico sentido del humor :

 "Si me hubiera ataviado con prendas de vestir masculinas, me habría clavado las estacas y habría muerto. En cambio, a excepción de unos cuantos cardenales, allí estaba yo, con la falda arrebujada sentada sobre nueve estacas de ébano de unos cuarenta centímetros y gritando para que me sacaran de allí."

 "No voy a decir que un país coloreado de verde o de amarillo bilis invite a visitarlo, pero es posible que esos colores delaten la falta de sentido artístico del cartógrafo."

 "De modo que me lancé con gran fervor a leer libros que hablaban sobre las misiones y, ¡ay!, descubrí que lo que aquella buena gente hacía en sus crónicas no era describir el país en el que residían, sino explicar cómo avanzaba hacia lo que debía ser y lo necesario que era que los lectores apoquinaran más sin pararse a pensar en la reducida cantidad de almas convertidas comparada con lo abultado de sus donaciones."

 "Me comporto de forma exquisita, casi como una santa, y me maravilla mi actitud; estoy ocupada intentando decidir si mi aureola debía ser un sencillo aro circular o uno sólido, con forma de plato, cuando el señor Hudson se dirige al señor Cockshut y le dice con una voz cargada de reproche: -Tiene mosquitos aquí, señor Cockshut."

 "La majestuosidad y la belleza de la escena me fascinaron tanto que me quedé allí contemplándola, con la espalda apoyada en una roca. No imaginen que todo aquello hizo brotar en lo que me place llamar mi mente la complejas reflexiones poéticas que la belleza natural despierta en la mente de los demás personas; eso es algo que jamás me sucede. Lo que yo experimento es la sensación de perder el sentido de la individualidad, olvidar cualquier recuerdo de la vida humana, con sus penas, sus preocupaciones y sus dudas, y pasar a formar parte de la atmósfera. Si hay un paraíso, el mío es ése; es más, creo firmemente que si me dejaran el tiempo suficiente ante una escena como esa, o sobre la cubierta de un navío en una ensenada africana, contemplando cómo la chimenea y los mástiles oscilan ociosamente recortados sobre el cielo, me encontrarían muerta y sin alma."


Fuente: Wikipedia y www.viajeros.com


Añado el enlace que en su serie Mujeres Viajeras le dedicó La 2 de Televisión española