El
feminismo negro explica que la categoría género está entrelazada con
las categorías raza, clase o nacionalidad. No se puede hablar de la
discriminación de las mujeres sólo desde la categoría de género, es decir, por
el sólo hecho de ser mujeres. Esta visión puede valer para la mujer blanca
occidental de clase media, pero no para una gran parte de mujeres del mundo que
por haber nacido en un lugar determinado, pertenecer a una raza, a una clase
social o a una etnia, se encuentran discriminadas y subordinadas, además de por
ser mujeres.
Fueron
las mujeres afroamericanas de EEUU y las británicas las pioneras en el
desarrollo del feminismo negro, y posteriormente América Latina se alimentó
política y teóricamente de estas aportaciones, con sus características
específicas.
Mujeres
Negras en Estados Unidos:
El
feminismo negro en los Estados Unidos nació a finales de los años 60 del siglo XX. Fue concebido como un movimiento político que
denunciaba el predominio de una supremacía blanca y las prácticas patriarcales
que se daban tanto en la sociedad norteamericana como en estos movimientos
sociales. Consideró en su discurso las múltiples opresiones de las mujeres, en
la que la raza, la clase, el género y la sexualidad eran variables
interdependientes,
Las
dos organizaciones más relevantes de las “mujeres de color” ,como así se hacían
llamar, en los Estados Unidos, fueron la Organización Nacional de Feministas
Negras en Nueva York, integrada por feministas afrodescendientes; y el
Colectivo “Combahee River”, constituido por mujeres lesbianas y mujeres
feministas, que abogaban por una política radical.
Las
Mujeres Negras en Gran Bretaña:
En
Gran Bretaña se inició el movimiento de mujeres negras en los años 70, a través
de una lucha anticolonialista y contra el racismo, la desigualdad de clase y
las prácticas patriarcales. Entre las organizaciones que surgieron destacó la
“Organization of women of Asian and African Descent”, primera organización
nacional, y el grupo de Mujeres Negras de Brixton (AWAZ).
El
concepto de “mujer negra” se convirtió en una identidad política estratégica
para hacer frente a un racismo institucionalizado expresado en la violencia
policial, en los servicios públicos y en los efectos de la migración que las
colocaba en condiciones de desigualdades materiales, sociales y culturales.
Mujeres
Negras de América Latina:
La
visibilización del racismo en las sociedades latinoamericanas ha sido una tarea
difícil que han tenido que asumir las organizaciones de mujeres
afrodescendientes, pues, debido a la ideología del mestizaje, el racismo se
asocia casi siempre a experiencias ligadas al aparthaid o a un segregacionismo
como lo fue el caso de Estados Unidos y África del Sur, asumiendo que la
situación de marginación y exclusión socio-económica que viven las poblaciones
afrodescendientes e indígenas se debe más por su situación de clase que por el
racismo mismo.
Las
afrodescendientes latinoamericanas cuestionaron la visión de la separación de
esfera pública y privada y de la concepción del trabajo de la teoría feminista,
comprobándose la visión racista en el siguiente párrafo:
“Cuando
hablamos del mito de la fragilidad femenina que justificación históricamente la
protección paternalista de los hombres sobre las mujeres, ¿de qué mujeres se
está hablando? Nosotras -las mujeres-negras- formamos parte de un contingente
de mujeres, probablemente mayoritario, que nunca reconocieron en sí mismas este
mito, porque nunca fueron tratadas como frágiles. Somos parte de un contingente
de mujeres que trabajaron durante siglos como esclavas labrando la tierra o en
las calles como vendedoras o prostitutas. Mujeres que no entendían nada cuando
las feministas decían que las mujeres debían ganar las calles y trabajar. Somos
parte de un contingente de mujeres con identidad de objeto. Ayer, al servicio
de frágiles señoritas y de nobles señores tarados. Hoy, empleadas domésticas de
las mujeres liberadas” (Carneiro, ).
(*)Los
textos de autoras como Ángela Davis, Bell Hooks, Patricia Hill Collins, Hazel
Carby o Avtar Brah y sus aportaciones deben ser de lectura obligada para
comprender la lucha de las Mujeres Negras en sus distintos contextos.