Pocas
veces se habla de la masturbación femenina en la antigüedad, como si no hubiera
existido y fuese una manifestación exclusivamente de la actualidad. Sin embargo, las mujeres
se han masturbado desde siempre y tanto como los hombres. Aunque ellas, ya sea por
la concepción pecaminosa que las religiones atribuían a la masturbación, ya sea
por las moralidad estricta que exigía la pureza de las mujeres, como en la época
victoriana, lo mantuvieran en silencio. Pero con frecuencia, fue su única
fuente de orgasmos. En épocas donde la ausencia de los hombres, por estar de
cacería o haciendo guerras, era lo común; y, también, cuando copulaban con
ellos.
El
registro histórico sobre la masturbación femenina es muy antiguo. Ya existían
en la prehistoria representaciones de la masturbación femenina. La encontramos
en una pequeña figura que se remonta a una antigüedad estimada en unos 5.000 años.
Fue encontrada en el templo megalítico de Hagar Qim, situado al sur de la isla
mediterránea de Malta. Es una figurilla de arcilla que representa a una mujer
que parece estar masturbándose. Tiene las piernas en alto y una mano colocada
sobre su vulva mientras sostiene su cabeza plácidamente con la otra.
En
la Cueva Hohle Fels, un yacimiento muy rico del Paleolítico Superior cuyo
sustrato arqueológico tiene una antigüedad de unos 29.000 años, se encontró un dildo
de piedra. Esculpido y bien pulido. Los
expertos dan por hecho que este objeto de forma fálica fue utilizado como artilugio
sexual. Actualmente puede contemplarse,
en el Museo de Prehistoria de Blaubeuren (Alemania).En cualquier caso, parece
una prueba sólida de la antigüedad histórica de la masturbación femenina
También
se han encontrado otros objetos fálicos procedentes de la prehistoria en el
yacimiento de Dolní Vestonice, Mikulov, Moravia .El sustrato arqueológico
procede del período Auriñaciense/Gravetiense y tiene unos 26.800 años de
antigüedad. Está tallado en marfil.
Existe una representación pictórica egipcia que se remonta a la segunda mitad del Imperio Nuevo,
probablemente durante el reinado de Ramsés II; por lo que tiene unos tres mil
doscientos años de antigüedad. Aunque los egipcios, fueron menos proclives a
las representaciones sexuales que el mundo grecolatino, nos han legado la
imagen de una mujer que se masturba frotando su clítoris contra el cono de una
vasija mientras se pinta los labios. El dibujo está en el llamado papiro
erótico o satírico de Turín; una hoja de algo más de dos metros y medio de
largo encontrado en Deir el-Medina, en la región de Tebas.
Por
otra parte, existen relatos antiguos que indican que la masturbación femenina
era conocida en tiempos remotos. La zona geográfica conocida como el Creciente
Fértil nos proporciona algunos de ellos. Entre los sumerios y los egipcios
parece bien documentado que existía una masturbación femenina ritual
relacionada con las divinidades.
También
existen textos cuyas alusiones hacen pensar que los "consoladores"
eran conocidos y utilizados por las hebreas de hace casi tres mil años. En el
texto atribuido a Ezequiel (Ez 16: 17) se lee "Tomaste tus joyas de oro y
plata que yo te había dado y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte
ante ellas". Esta frase bien podría referirse a alguna clase de
masturbación femenina ritual que también se daba entre otros pueblos de la zona
En
el Mediterráneo, los griegos han legado una abundante muestra de pinturas y
figuras de bronce o terracota en las que están representados hombres y mujeres
masturbándose. La iconografía masculina es algo más numerosa que la femenina
dado el papel secundario que la mujer tenía en la sociedad helénica. Pero la
masturbación femenina era bien conocida entre las griegas. De hecho, se hace
referencia a ella en algunas obras de teatro coetáneas. Aristófanes, en el año 412 a. c., ponía en labios de Lisístrata las siguientes
palabras: “Ni siquiera de amantes ha quedado ni una chispa; y desde que nos
traicionaron los milesios no he visto ni un solo consolador de un palmo que nos
sirva de ayuda con su cuero.” Parece ser que en esta época existía en Mileto un
dinámico mercado de olisbos, los "vibradores" de entonces,
construidos en material de cuero. Y su demanda por parte de las helenas de
estos artículos de consumo mantuvo activo el mercado de olisbos durante mucho
tiempo.
Pero
no sólo se trata de mujeres que utilicen juguetes eróticos; también existe una
estatuilla griega de bronce en el Museo de Bellas Artes de Boston, fechada
entre los siglos III y II a.c, que representa a una mujer sentada en el suelo,
con las rodillas dobladas hacia arriba, y masturbándose con la mano derecha.
En
los templos de la ciudad de Khajurāho (del estado de Madhya Pradesh en la
India), construidos durante los siglos X y XI d.c, existen numerosas esculturas
al aire libre representando escenas eróticas. Algunas de ellas muestran también
a mujeres que se masturban utilizando exclusivamente su mano.
También
existen representaciones físicas de la masturbación femenina que pueden
fecharse aproximadamente en el año 500 a.c. En el Museo Británico puede
encontrarse un cuenco de Panfeo que representa a una mujer desnuda con dos
olisbos en la mano. También es posible encontrar en el Museo del Louvre un bol
de Hierón con una mujer que está lubricando con aceite otro dildo. Y en el
Museo de Berlín existe un vaso que representa a una mujer lavándose tras
utilizar uno de estos consoladores.
Algo
similar sucede con el románico hispano del siglo XII que nos ha legado también
numerosas imágenes eróticas en diferentes iglesias. Y algunas de ellas son
mujeres masturbándose con la mano. Puede verse una en el canecillo número IV
del ábside de la Iglesia de los Santos Facundo y Primitivo de la localidad de
Silió en Cantabria. Y otra, fechada poco antes de 1.150, en Bárcena de Pie de
Concha, también en Cantabria en el canecillo del ábside número XVIII de la
iglesia de los Santos Cosme y Damián.
Los
casos sobre la existencia de la masturbación femenina son numerosos pero
conviene no olvidar que la masturbación femenina se realiza fundamentalmente
por estimulación del clítoris y no deja rastros arqueológicos salvo que se
represente en algún petroglifo o escultura.
Fuente principal :Jesús Ramos Brieva