"Siete mujeres se
sentaron en círculo.
Desde muy lejos, desde su
pueblo de Momostenango, Humberto Ak´abal les había traído unas hojas secas,
recogidas al pie de un cedro.
Cada una de las mujeres
quebró una hoja, suavemente, contra el oído. Y así se abrió la memoria del
árbol:
Una sintió el viento
soplándole la oreja.
Otra, la fronda que suavecito
se hamacaba.
Otra, un batir de alas de
pájaros.
Otra dijo que en su oreja llovía.
Otra escuchó algún bichito
que corría.
Otra, un eco de voces.
Y otra, un lento rumor de
pasos."
Árbol que recuerda
Bocas del tiempo
Eduardo Galeano