El
movimiento en apoyo del derecho al voto de las mujeres fue muy duro. Afortunadamente,
las sufragistas eran mujeres valientes, independientes y tenaces y no estaban
dispuestas a abandonar su lucha por muchos obstáculos, burlas y penalidades que
sufrieran.
“Nosotras
queríamos mostrar que podíamos avanzar o conseguir la libertad humana a la que
aspiramos sin utilizar violencia alguna. Hemos sido decepcionadas en esta
ambición pero todavía podemos dar a nuestras almas el consuelo de que la
violencia registrada no ha sido formidable y de que las más fieras de las
sufragistas están más preparadas para sufrir daño que para infligirlo”.
Millicent Garret Fawcett
La
ausencia de resultados de la estrategia moderada hizo que a principios de siglo
Emmeline Pankhurst creara la Unión Social y Política de las Mujeres (Women’s
Social and Political Union). Sus miembros eran conocidas como las
“suffragettes”. Mientras en el Parlamento se discutía las reformas legislativas
que permitieran el acceso del voto a la mujer, la WSPU, además de los
tradicionales medios de propaganda como los mítines y las manifestaciones,
recurrió a tácticas violentas como el sabotaje, el incendio de comercios y
establecimientos públicos, o a las agresiones a los domicilios privados de
destacados políticos y miembros del Parlamento.
“Nos
tiene sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y
la dignidad de la mujer por encima de toda esas consideraciones, y vamos a
continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables
de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como
resultado. De todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que
nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacerlas”.Emmeline Pankhurst
A
la creciente represión gubernamental, las “suffragettes” respondieron con
huelgas de hambre en la cárcel a las que la administración respondió con la
brutal alimentación forzada. La respuesta del gobierno a las protestas contra
esta cruel práctica fue realmente original.
El
parlamento aprobó la conocida como “Ley del Gato y el Ratón” por la cual las
mujeres, es decir, los “ratones”, serían liberadas por las autoridades, el
“gato”, cuando su estado físico fuera preocupante. Sin embargo, una vez
recuperadas físicamente volvían a ser detenidas y encarceladas.
Antes
de la guerra mundial, la virulencia de la protesta sufragista hizo que los
partidos políticos comenzasen a reconsiderar su actitud ante el voto femenino.
“Sufragistas”
“Sufragistas”
ofrece una necesaria e instructiva lección de historia sobre el origen del
movimiento en apoyo del derecho al voto de las mujeres. Recupera para el cine
un hecho histórico por el que ha pasado de puntillas.
El
filme refleja, sin caer en maniqueísmos, que la conquista de los derechos no
cae del cielo, y que arrancó bajo el empuje de decenas de pioneras que
abanderaron el cambio pagando con el ostracismo social y penas de prisión.
Estas mujeres sufrieron el menosprecio de las autoridades; el propio Churchill
describió su discurso como "fuente de mentiras" y el escritor Conan
Doyle las calificó despectivamente como "hooligans femeninas".
La
película nos sitúa en la Inglaterra de 1912, a las puertas de la Primera Guerra
Mundial, y retrata como las activistas viendo como sus protestas pacíficas para
conseguir el sufragio eran ignoradas, se van radicalizando en una escalada cada
vez más violenta.
Las
sufragistas reales reventaban escaparates, se manifestaban a las puertas del
Parlamento e incluso una de ellas acuchilló la Venus del Espejo de Velázquez en
la National Gallery de Londres, para centrar la atención en sus
reivindicaciones.
El
retrato que dibuja este drama histórico señala un doble rechazo al avance de
las mujeres, por un lado, por parte de un anquilosado sistema político y
económico, y por otro, por un orden patriarcal y machista imperante.
Fuera
del relato queda, aunque subyace de forma implícita en las escenas de la
lavandería, un mayor desarrollo del vínculo del sufragismo con la lucha obrera
por unas condiciones de trabajo dignas para mujeres sometidas a un trato
infrahumano.
Tampoco
ahonda en la amplitud y la importancia del movimiento, ya que la narración se
centra en el seguimiento de uno de los “comandos” hostigado por la policía.
Sufragistas
es un proyecto con un equipo mayoritariamente femenino. Dirigida por Sarah
Gavron (Brick Lane) y escrita por Abi Morgan (guionista de Shame y La dama de
hierro). La superproducción cuenta con una factura estética impecable aunque su
estructura es académica y algo previsible, amparada en un relato sencillo.
Sufragistas
es cine comprometido, duro, emotivo y a ratos sombrío, aunque no adoctrina y
adopta una expresión visual similar a la de un documental (Gavron es directora
de documentales), al rescate de un episodio histórico crucial que en cierta
forma ha caído en el olvido.
“Se
ruedan películas sobre cosas que pasaron ayer, en cuanto surge un gran
escándalo como Wikileaks o un ataque terrorista, pero en cien años no se había
hecho una película sobre Emily Wilding Davison y el movimiento sufragista. Fue
un movimiento importantísimo en nuestra historia y no se ha contado como
merece. “Todas las niñas deberían conocer estos hechos y todos los niños
deberían grabárselos en su corazón."
“Hechos,
no palabras”, mantienen como lema las activistas en un filme necesario que trae
a la actualidad en sus créditos finales, la continúa lucha de las mujeres por
sus derechos en muchos países del mundo.(www.rtve.es)
No
os perdáis la canción que aparece al comienzo de la película de Mary Poppins
"Hermana votante" ("Sister Suffragette")