Las mujeres rurales son agentes clave para conseguir los
cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo
sostenible pero su acceso limitado al crédito, la asistencia sanitaria y la
educación son algunos de los muchos retos a los que se enfrentan. Estos se ven
agravados además por las crisis mundiales —económica y alimentaria— y el cambio
climático.
Garantizar su empoderamiento no sólo es fundamental para el
bienestar de las personas, familias y comunidades rurales, sino también para la
productividad económica general, dada la amplia presencia de mujeres en la mano
de obra agrícola mundial.
En cifras,las mujeres rurales dedican más tiempo que los
hombres y las mujeres urbanas a las tareas domésticas y los quehaceres del
hogar. Según un estudio sobre el tiempo y la pobreza hídrica en 25 países del
África subsahariana, se estima que las mujeres emplean por lo menos 16 millones
de horas diarias recogiendo agua potable; los hombres emplean 6 millones de
horas en esa actividad; y las niñas y los niños, 4 millones de horas .
Las agricultoras controlan menos tierra que los hombres y
tienen un acceso limitado a los insumos, las semillas, el crédito y los
servicios de extensión. Menos del 20 por ciento de los propietarios de tierras
son mujeres. Las diferencias de género en el acceso a la tierra y el crédito
influyen en la capacidad relativa de las agricultoras y los agricultores y las
personas emprendedoras para invertir, operar a escala, y beneficiarse de nuevas
oportunidades económicas.
Las muertes maternas afectan de manera desproporcionada a
las mujeres rurales. En los países menos desarrollados, una mujer rural tiene
un 38 por ciento menos de posibilidades en comparación con una mujer urbana de dar
a luz con la asistencia de una o un profesional de la salud competente.
Se trata de poner fin a la pobreza mediante programas que faciliten capacitación,
préstamos y habilidades prácticas para empoderar a las mujeres rurales ,
darles la oportunidad de expresarse, fortalecer los servicios sociales y
aumentar la concienciación respecto a los derechos de las mujeres. Asimismo, se pretende garantizar el acceso de las mujeres a los
servicios básicos, el control sobre las tierras y otras formas de propiedad,
herencia, recursos naturales, tecnología nueva adecuada y servicios
financieros.