La
situación de la mujer en Sumeria no era como la de otros pueblos antiguos. Uno de los aspectos donde esto se nota, es en
el del acceso de las mujeres a puestos de dirección o de mando.El primer lugar
donde encontramos a mujeres dirigiendo es en los templos. En los recintos sagrados dedicados a un dios,
el mando lo tenía una mujer (Entum / Entu) que actuaba como una especie de
papisa. Para entender el poder que se
les otorgaba a estas mujeres, hay que indicar que se las consideraba la
reencarnación viva de una diosa (representaban a la esposa del dios del
templo), y que los recintos sagrados eran las multinacionales de la época. Manejaban toda la economía en una sociedad
basada en el trueque y el reparto de bienes.
Una mujer así, no solamente era rica, sino que con sólo mover un dedo
podía decidir guerras o tratados comerciales.
Por si fuera poco, al ser la reencarnación de una diosa, otorgaban el
poder al gobernador o al rey. Un monarca
no era tal si antes no había sido aprobado por una Entu de prestigio. Por ello
los reyes acostumbraban a colmar de regalos y atenciones a determinados
recintos con la intención de obtener su "bendición", como es el caso
de los reyes acadios con el recinto sagrado de Nippur.
Un
aspecto poco conocido de la mujer sumeria era su participación en la
diplomacia. Las Entu podían establecer
tratados comerciales y ratificar con su sello (a partir de la época acadia)
todo tipo de tratados de paz y acuerdos entre naciones. No está muy claro si llegaban a intervenir
directamente en las negociaciones de los tratados, pero hay sospechas de que
sí, dado que firmaban esos acuerdos con su sello y que en la mentalidad de la
época resultaba lógico tener a una diosa presidiendo una reunión. Un ejemplo de la diplomacia femenina lo
tenemos en Nin-Shatapad, que fue
hija del rey de Uruk y Durum. Además de haber pasado a la posteridad como una
gran poetisa, resultó ser una buena diplomática. Cuando el rey de Larsa conquistó Uruk y
Durum, Nin-Shatapad escribió una larga y elocuente carta al vencedor,
solicitando que perdonara los típicos impuestos abusivos que los triunfadores
imponían a los perdedores. El rey de
Larsa no solo aceptó la propuesta, sino que conservó la carta en sus archivos
reales (debió causarle una gran impresión), gracias a lo cual, pudimos
encontrarla en la excavación de la ciudad.
Finalmente,
debemos recordar que hubo reinas. En
Sumeria el título de reina no se utilizaba.
La reina era definida como "la esposa del rey". Por ello,
cuando encontramos casos en que a una reina en concreto se le reconoce
oficialmente dicho título, no hay que romperse mucho la cabeza para comprender
que tuvo que tener una gran importancia, así como alguna participación en asuntos de estado. En este grupo podríamos
destacar a Puabi de Ur, con una
tumba majestuosa encontrada en dicha ciudad, lo que refuerza la idea de su
importancia, o las reinas acadias Tashlultum,
y Tutasharlibish; o un poco más
adelante, en la III Dinastía de Ur, la reina Shulgi-Simti.
Un
caso curioso es del rey Ur-Bau de Lagash. Se ha encontrado una carta en la que
se le solicita un indulto. Lo más
gracioso del documento, es que al final del mismo, se incluye una petición para
que el rey "consulte el asunto con la reina y que ésta dé su opinión sobre
el tema" (cuyo nombre no se ha conservado). Está claro que la esposa tenía
poder de decisión. Por cierto, que el
indulto fue concedido.
Y
es en este grupo de las reinas donde, además, encontramos el caso de una
legisladora. Uno de los códigos de leyes
más antiguos encontrados es el de Kug-Bau,
y resulta que Kug-Bau era una reina. Para ser exactos, es la única reina que
aparece en la Lista Real Sumeria. En el
pequeño currículum que dicha lista adjunta a cada monarca, se indica que
Kug-Bau empezó su carrera como tabernera, y que luego llegó a reina. A su
muerte, y pasados los siglos, se la consideró un ejemplo de cómo gobernar con
justicia y piedad religiosa, por lo que en tiempos del Imperio Asirio, los
sacerdotes del culto de Marduk, la asimilaron a la diosa Kubaba, con lo que su figura quedó semidivinizada para la
posteridad y su fama duró, incluso, hasta los tiempos de los hititas y los
primeros griegos.
Fuente
: BedwyRBlog .