A
la trovadora occitana de los siglos XII y XIII se le llamaba trobairitz . El
término trobairitz fue utilizado por primera vez en el Romance de Flamenca del
siglo XIII. Proviene del término provenzal trobar, su significado literal es
"encontrar", y el significado técnico es "componer". Las
trobairitz componían, escribían versos, cantaban y recitaban en las corte de
Occitania. En la historia de la música se destacan por ser las primeras
compositoras conocidas de música secular occidental; todas las compositoras
previas conocidas escribían música sacra. Las trobairitz formaban parte de la
sociedad de la corte, en comparación a sus contrapartes de las clases bajas las
joglaresse.
La
Edad Media se desarrolla en el interior de los castillos. Es una cultura de
música, poesía y juego que se convierte especialmente rica en Occitania. Si
tenemos en cuenta los testimonios que se han podido recuperar, aquel territorio
destacó, en el siglo XII, por un buen número de trovadores que, como en otros
lugares, hacían composiciones poético-musicales en los que el amor era, casi
siempre, el tema central. La historia, sin embargo, ha olvidado un buen número
de poetisas occitanas de aquel siglo, y
que han dejado poesías amorosas -a menudo dedicadas a sus amantes- que
sorprenden por su realismo y las referencias directas al amor carnal
El
amor cortés y las trobairitz
En
el siglo XII se escribían tratados de amor y los trovadores y las trobairitz
cantaban al amor cortés. El amor cortés, nacido en los castillos occitanos en
el siglo XII, expresa una relación totalmente nueva entre el hombre y la mujer.
En contraste con el ambiente brutal de las guerras feudales nace un entorno
cultural de música, poesía y juegos que se había ido forjando en el interior de
los castillos por influencia de las mujeres.
Se
suavizaron las costumbres sexuales de manera que el hombre admitió la
posibilidad de un intervalo entre el deseo y la satisfacción, intervalo en el
que se incluye el placer de los sentimientos, es decir, el amor cortés. El amor
cortés nace en un ambiente aristocrático y va ligado a una mentalidad de clase.
La mayoría de trovadores eran miembros de la nobleza, así como las damas y
caballeros a quien cantan. De todos modos, por mimetismo, otros grupos sociales
tendieron a imitar las costumbres de la clase dominante. La mujer cantada y
amada por el poeta cortés es una mujer noble, casada con un señor noble. El
hecho, sin embargo, que sea casada no detiene el amante y por eso el amor
cortés es normalmente un amor adúltero bajo apariencia de amor platónico.
Las
trobairitz, por su parte, también cantan a los caballeros y trovadores, no a sus
maridos. El amor no era muy frecuente entre los matrimonios nobles ya que las
bodas se hacían por intereses políticos o militares de las dos familias. Los
sentimientos no contaban en las uniones feudales, por lo que a menudo el amor
expresaba fuera del matrimonio. El amor cortés debe ser gratuito y libre, y
estas condiciones no se daban normalmente en el matrimonio noble, por tanto el
amor verdadero no podía existir sino fuera de las normas sociales. Si la pareja
acepta ese amor nace entre ellos una complicidad perfecta. El amor cortés es
secreto, ya que la dama debe guardar su honor de calumnias y celosías que
podrían llegar a su marido. El amor, pues, es peligroso.
Se
crean entre los amantes unos vínculos similares a los feudales. Ella es la
señora y el amante se declara su vasallo. El juego del amor cortés entra en el
ideal caballeresco de modo que el caballero elige su dama, que no es su esposa,
lleva un objeto que ella le ha dado y lucha por ella para obtener una palabra o
un gesto de reconocimiento. Las trobairitz, que eran esposas e hijas de nobles,
escribían poemas directos y sensuales, que valoraban del amigo sobre todo la
fidelidad.
Las
trobairitz más destacadas fueron Maria de Ventadorn, Tibors, Castelloza,
Garsenda de Proença, Gormonda de Monpeslier, y la Comtessa de Día Alamanda de
Castelnau, Azalais de Porcairagues.