Núria
Pompeia (Barcelona, abril, 1931- 26 de
diciembre de 2016
Dibujante,
humorista gráfica y periodista. Pionera del movimiento de liberación de la
mujer en un contexto completamente adverso: los años 70 en España
En
1967 consiguió vender a una editorial francesa Maternasis, su primer cómic y,
probablemente, uno de los primeros cómics feministas de la cultura occidental.
En
Maternasis, Núria Pompeia ilustra sin necesidad de palabras el proceso del embarazo,
un tema completamente tabú en la época, y marca la línea que seguiría en sus
posteriores viñetas, visibilizando desde el humor los problemas de las mujeres
de forma crítica.
En
una entrevista a la revista Triunfo del año 1973 la autora es catalogada dentro
de la corriente de la “ironía desesperada” de la literatura catalana, y se
señala su “especial predilección por el tema de la mujer que vive, lucha, sufre
y muere en el seno de la burguesía”.
Pompeia
defiende el enfoque feminista de sus historias, asegurando que “o te rebelas o
te resignas. Si te resignas, es posible que dejes de sufrir… pero a mi esto de
la resignación me da mucha angustia”.
Siendo
prácticamente la única mujer que se dedicaba al humor gráfico durante los
primeros años 70, y considerando su polémica y atrevida consciencia política,
cuesta creer que llegara a ser redactora jefa de dos revistas (Por favor y
Saber), así como directora de programas para TVE. Pero Pompeia, que creaba su
obra como una “necesidad de expresar una visión crítica de la realidad”, luchó
con sus viñetas imponiéndose ante una sociedad en la que el rol de la mujer se
limitaba a la sumisión y el cuidado.
Si
en Maternasis mostró la cara menos agradable de la maternidad, unos años
después le tocó al matrimonio en Y fueron felices y comieron perdices (1970).
“El fin de la mujer es el matrimonio. Y ella se rebela contra el último término
de toda una educación, no contra el hecho en sí de casarse”, explica la autora
en relación a La educación de Palmira (1972), una serie de viñetas ilustradas
por ella misma y escritas por Vázquez Montalbán bajo el pseudónimo de Manolo V
el Empecinado, que muestran el adoctrinamiento por parte de la sociedad a una
mujer alienada desde que nace hasta el matrimonio, y su lucidez y rebeldía al
decir “no” sobre el altar.
La
temática se extiende también a Mujercitas (1975), un conjunto satírico en el
que Pompeia contrasta los estereotipos tradicionales de la mujer con la
realidad de la lucha feminista, criticando los mecanismos que convierten a la
mujer en un ser infantil, pasivo, dependiente y conformista.
Núria
Pompeia llegó a colaborar con revistas como la propia Triunfo, Vindicación
Feminista, Cuadernos para el diálogo, Charlie Hebdo o Brigitte.
Pero
la autora no se limitó al humor gráfico y publicó también ficción literaria,
como Cinc cèntims (1981), una colección de historias cortas feministas con
títulos como El orden y el matrimonio, Ganemos la libertad o La generación
perdida. Uno de los temas de la colección, a parte de la visión del matrimonio
como despotismo paternalista, es la decepción del movimiento feminista ante el
contexto político y la sucesión de regímenes que venden progreso sin un cambio
real.
En
palabras de Marika, otra de las más relevantes autoras en la historia del cómic
feminista, “la huella pionera de Núria Pompeia abrió una importantísima puerta
para todas las mujeres, no sólo para las autoras, sino también para las
lectoras”.
Y
es que la labor de Pompeia fue esencial para el progreso de la mujer y el
movimiento feminista, cuestionando estereotipos que parecían estar cada vez más
arraigados y visibilizando la (auto)representación femenina que no tenía hasta
entonces espacio en el diálogo masculino.
Ha
sido Medalla d’Or de la ciutat de Barcelona al mèrit artístic (2000), Creu de
Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (2007), y primer Premio de Honor del
Colectivo de Autoras de Cómic (2013).