En
nuestra sociedad todavía existen gran cantidad de mitos y creencias falsas en
torno a las agresiones sexuales. En este apartado explicamos cuáles son.
Ayúdanos a compartirlo y difundir la verdad sobre la violación.
Mitos
sobre la agresión sexual
- “Sólo hay agresión si hay penetración”
La
violencia sexual reviste muchas formas diferentes. Cualquier acto que atente
contra la libertad sexual de la víctima es un acto de violencia sexual y un
delito que se debe denunciar.
- “No es algo tan serio”
Cuando
el agresor es un conocido de la víctima (por ejemplo, si la violación ocurre
después de una cita), algunas personas pueden intentar justificar la agresión
con argumentos del tipo “no es una violación de verdad, sólo se equivocó o se
le pasó un poco la mano”.
Lo
cierto es que conocer previamente al agresor, tener una cita con él o incluso
haber tenido sexo consentido previamente (o estar teniéndolo en el momento de
la negativa) no quita gravedad al trauma de la agresión sexual. Todos tenemos
derecho a decir “no”, independientemente de las circunstancias.
- “No me puede pasar a mí”
Los
estudios revelan que cualquiera puede ser víctima de una agresión sexual, sea
cual sea su clase social, orientación sexual, raza, grupo religioso… Todos
deberíamos estar informados sobre el problema de las agresiones sexuales y
saber cómo actuar ante ellas.
- “Las mujeres hacen denuncias falsas de violación para vengarse de su ex pareja o de un hombre que les ha rechazado”
Las
denuncias falsas
de violación no son en absoluto frecuentes. Además, las denuncias falsas se dan
en todos los crímenes, no sólo en casos de agresión sexual o violencia de
género.
Tras
la denuncia, se abre un proceso legal para valorar las pruebas y esclarecer los
hechos. Al igual que en otros delitos, entra en juego la presunción de
inocencia y es necesario probar que la violación ha tenido realmente lugar. Por
ello, es extremadamente raro que un inocente acabe en la cárcel por una
denuncia falsa de violación.
El
verdadero problema no son las denuncias falsas, sino el gran porcentaje de
agresiones sexuales que quedan impunes a pesar de que hay muchos motivos para denunciar.
Mitos
sobre el agresor
- “Los violadores son gente enferma, locos, extraños, con mala pinta”
En
realidad, la incidencia de trastornos psicológicos entre los agresores sexuales
es similar a la del resto de la población.
- “La mayoría de las víctimas son violadas por desconocidos en lugares aislados”
Las
violaciones de desconocidos se denuncian con mayor frecuencia, pero sólo
constituyen un tercio del total. Es más frecuente que el agresor sea un
conocido de la víctima o incluso una persona de su total confianza.
- “Los violadores reinciden nada más salir de la cárcel”
Antes
de ser detenidos, los agresores sexuales sí que suelen reincidir: la denuncia
es la única manera de evitarlo. Después de salir de la cárcel, no es frecuente
que vuelvan a cometer este tipo de delitos.
- “Los violadores han sido víctimas de abusos sexuales en la infancia”
Los
estudios desmienten esta creencia:
entre los agresores sexuales hay tanto víctimas de abuso sexual infantil como
personas con una infancia normal. Además, las víctimas de abusos en la infancia
no tienen por qué convertirse en agresores sexuales de adultos.
Mitos
sobre la víctima
- “Las víctimas de agresiones sexuales son casi siempre mujeres jóvenes”
Los
abusos sexuales también se dan en menores, y, aunque es menos frecuente, en
hombres adultos, así como en mujeres de todos los tipos y edades.
- “Ella se lo buscó”
La
violación tiene más que ver con el poder y el control que con la provocación o
el deseo sexual. Todos tenemos derecho a gozar de nuestra libertad sexual y a
estar protegidos ante las agresiones sexuales. El único culpable de una violación es
el agresor.
- “La mejor manera de olvidar una violación es actuar como si nunca hubiera ocurrido”
Hablar
sobre la agresión sexual puede ser una parte esencial de la recuperación. Además,
silenciar el delito en lugar de denunciar no contribuye en absoluto a
solucionar el problema. Sin embargo, ninguna víctima debe ser obligada a hablar
sobre la agresión, ni en público ni en privado.
- “La víctima de una violación jamás va a poder llevar una vida normal ni disfrutar del sexo”
Afortunadamente,
es totalmente posible superar la violación. Acudir a una asociación
de ayuda a víctimas de agresión sexual permite encontrar el apoyo y los
recursos necesarios para dejar atrás el trauma de la agresión.
Mitos
sobre el abuso infantil*
- “Hay indicadores claros de que un menor está sufriendo abusos”
Según
C.A.V.A.S, casi la mitad de lxs menores abusadxs no presenta síntomas. Más
adelante, en la adolescencia, sí que pueden darse bloqueos y disfunciones
sexuales. Además, el tipo de alteraciones psíquicas que se presentan en caso de
abuso sexual también pueden darse en casos de maltrato y abandono.
Un
comportamiento hipersexuado en un niño no siempre indica un abuso. Es posible
que el menor sea testigo de escenas sexuales con frecuencia, sufra otro tipo de
carencias afectivas o imite comportamientos sexuales como demanda de atención.
El
abuso sexual sólo es evidente en un 10% de los casos, cuando se presentan
síntomas físicos que pueden ser reconocidos por un médico.
- “Lxs menores nunca inventan abusos sexuales”
Este
caso puede darse como forma de apartar a una figura no deseada o justificar
fracasos escolares o absentismo.
- “La madre a menudo conoce y consiente el abuso al/la menor”
En
más del 90% de los casos la madre desconoce el abuso. Cuando lo sabe y lo
oculta, suele deberse a una situación de dependencia económica o emocional.
- “El agresor suele ser una persona ajena al entorno habitual del /la menor”
En
el 70% de los casos el abusador es un miembro de la propia familia, y en un 20%
un conocido cercano.
- “El abuso infantil familiar sólo se da en ambientes deprimidos”
Aunque
es cierto que es más frecuente en este tipo de ambiente, los abusos a menores
se dan en familias de todas las clases sociales.
- “El agresor es una persona conflictiva, extraña o que ha sido víctima de abusos”
En
la mayoría de los casos el abusador tiene un comportamiento aparentemente
normal, por lo que no es fácil de detectar.
- “Los abusos infantiles siempre dejan secuelas en la víctima”
Los
efectos psicológicos del abuso infantil dependen de muchas variables: el tiempo
que dure la agresión, el tipo de prácticas, la relación con el agresor, el
carácter del menor… Una intervención temprana reduce el riesgo de secuelas a
largo plazo.
Fuente: https://www.mehanviolado.com/tag/mitos-sobre-violadores/