sábado, 7 de noviembre de 2015

Estoy viva





Hoy es el aniversario del nacimiento de mi admirado Albert Camus .Hoy sigo viva y, parafraseando a Camus, contenta de estar y de estar en la luz, angustiada frente a la noche y a la muerte. Hoy miles de mujeres y hombres venidos de todos los rincones marcharán por las calles de Madrid en recuerdo de las que ya no están. Se llamaban como yo, como mis familiares, como mis amigas. No podría nombrarlas a todas aunque quisiera.

Duele reducir vidas a cifras: han sido 1.378 muertas en los últimos 10 años, 70 feminicidios en 2015. Este verano pasado, 37 mujeres y 8 menores murieron a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Estos crímenes son sólo la punta del iceberg.

Todas ellas eran vulnerables, como los hombres que las mataron. La vulnerabilidad es parte de la condición humana y no hace víctima a nadie.

Hace víctimas un sistema que precariza la vulnerabilidad y la diferencia, que fomenta la desigualdad y la dominación.


Un sistema que nos enseña a dominar o a callarnos ante los abusos, a competir salvajemente o a cobrar menos, a tomar riesgos innecesarios o a cuidar de los demás, a demostrar una erección permanente o la sumisión esencial, a creerte “el puto amo” o un perdedor.

Hoy se pide que estos modos de entender la identidad y la vida, que son palabras, que son prácticas, que son violencias, sean una cuestión de Estado.

Sus consecuencias afectan de un modo directo a más de la mitad de la población del país, es decir, a las mujeres. Su erradicación debería motivar, y mucho, al resto. No es un asunto privado. Es un asunto social grave y es posible solucionarlo.


Patrícia Soley-Beltran  7 NOV 2015(Resumen)