miércoles, 30 de marzo de 2016

“Ni putas, ni ninfómanas, ni enfermas"



¿Qué se espera de las Mujeres en el sexo? Decidme si no es para volverse loca del todo:

Debemos de ser señoras y castas para afuera, pero putas en la cama.

Debemos tener deseo, pero ser pasivas y complacientes.

Con mucho deseo; somos ninfómanas

Con poco deseo; estamos enfermas

Con muchas parejas: unas putas

Con pocas parejas: unas estrechas

Con orgasmos clitoridianos: inmaduras

Sin orgasmos múltiples: defectuosas

Sin eyaculación durante el orgasmo: incompletas (no estamos a la moda, claro)

Somos lentas, complicadas, enigmáticas.

¿¿Algo más??

Con este panorama, señoras, una no tiene más remedio que mandar el sexo a freír espárragos. Una mujer no puede tener una sexualidad normal, libre, placentera con todo lo que le cae encima.

Y luego me preguntan por qué las mujeres tienen menos deseo que los hombres. No sé si las mujeres tenemos menos deseo, pero lo que es seguro es que el que tenemos, lo tenemos reprimido, juzgado, comparado y patologizado.

Porque nuestro deseo siempre es más o menos que otro: el masculino. No nos dejan tener el que sea. Siempre comparándonos y estando a expensas de un modelo masculino de sexualidad que no nos representa. Donde el coito es el imperativo, donde los orgasmos no son para nosotras, sino para que el otro se sienta capaz y competente. Donde estamos enfermas o eso nos hacen creer. Y donde es urgente que nos mediquemos.

No me gusta escuchar a compañeras sexólogas decir que cuando una mujer tiene poco deseo y la sexualidad de una pareja se va al traste, intenten activar su vida sexual yendo a un hotel. Porque la vida sexual de una mujer no se soluciona con una escapada romántica cada vez que la puedan pagar. El problema es bastante más recóndito, insondable y abismal. Y a grandes problemas, grandes soluciones.

Y este no es un artículo sobre el patriarcado, pero la realidad es que el patriarcado siempre lo impregna todo de una manera transversal. ¡Dejen a nuestro deseo en paz! Y os diré una cosa, chicas, o hacemos algo para salir de esta o andamos listas. Porque no podemos seguir sintiéndonos frustradas, reprimidas, agobiadas, o hasta las narices de vivir la sexualidad a través de los ojos de otro.

Laura Cámara. Sexóloga. “Ni putas, ni ninfómanas, ni enfermas: sexualidad y mujer”