Carmen
Amaya (Barcelona, 1913 - 1963) Bailaora y cantante de flamenco española de
origen gitano. Es uno de los iconos del
baile flamenco. Desde pequeña se le puso el mote de La Capitana, cuando se
inició en el flamenco acompañando a su padre, debutando con sólo seis años ante
el público en el restaurante de Barcelona Les Set Portes. Tardó poco en dar un
gran salto para actuar en París con gran éxito, en el Teatro Palace. Bailó
desde muy joven con figuras ya muy populares y reconocidas como Raquel Meller o
Carlos Montoya. Revolucionó el baile que se hacía en ese momento. También
cantaba, pero sus dotes de bailaora acabaron eclipsando su faceta como
cantaora. No aprendió a bailar en ninguna academia, sino que aprendió de su
entorno cercano. Su escuela fue la calle, en la que cantaba y bailaba para
ganar algo de dinero. De la calle pasó a los teatros y de allí a los grandes
escenarios de Madrid, en una ascensión meteórica, con un estilo y unas maneras
nunca vistos. Bailaba con un “nervio”
que la crispaba en dramáticas contorsiones, con violencia, con salvaje impetuosidad.
En
1930, formó parte de la compañía de Manuel Vallejo, actuando por toda la
geografía española. A su regreso a Barcelona bailó en el Teatro Español.En
1930, actúa en la Exposición Internacional. Cuando comenzó la Guerra Civil
abandonó España y viajó por todo el mundo paseando su arte: Lisboa, Londres,
París, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay, Venezuela,
Nueva York. Muchas ciudades se rindieron ante su baile, de forma que cuando en
1947 decidió regresar a España era ya una estrella internacional, un status que
conservó hasta su muerte en 1963.