“Nunca
volveré”.
Soy
la mujer que ha despertado
Me
he levantado y convertido en tempestad entre las cenizas de mis criaturas
abrasadas.
Me
he alzado desde los arroyos de la sangre de mis hermanas
Me
ha dado fuerzas la cólera de mi nación
Mis
ruinosas y quemadas aldeas me llenan de rabia hacia el enemigo,
Soy
la mujer que ha despertado,
He
hallado mi camino y nunca volveré.
He
abierto las puertas cerradas de la ignorancia
Me
he despedido de todos los brazaletes de oro
Oh
compatriota, ya no soy lo que fui
Soy
la mujer que ha despertado
He
hallado mi camino y nunca volveré.
He
visto criaturas sin hogar vagando descalzas
He
visto novias con jena vistiendo luto
He
visto gigantes muros de prisiones devorando libertad en su feroz estómago
He
vuelto a nacer en medio del coraje y la resistencia épica
He
aprendido el canto de libertad en el último aliento, en las olas de sangre y en la victoria
Oh
compatriota, oh hermano, no me veas más como débil e incapaz
Con
todas mis fuerzas estoy contigo en la senda libertadora de nuestro país.
Mi
voz se entremezcla con miles de mujeres en pie
Mis
puños se enlazan con los puños de miles de compatriotas
Junto
a ti he subido los escalones hacia el camino de mi nación,
Para
acabar con todos esos sufrimientos y romper los grilletes de la escavitud,
Oh
compatriota, Oh hermano, ya no soy lo que fui
Soy
la mujer que ha despertado
He
hallado mi camino y nunca volveré.
Meena
Keshwar Kamal .(Afganistán, 1956 –1987) Feminista y activista de los derechos
de la mujer afgana. También era poeta. En 1977 fundó la Asociación
Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA, un grupo organizado a fin de
promover la igualdad y educación para las mujeres. En 1981, lanzó la revista
feminista bilingüe Mensaje de las Mujeres. También fundó las Escuelas Watan para ayudar a
los niños y madres refugiados, ofreciendo hospitalización y capacitación en
habilidades prácticas. Fue asesinada en Pakistán en 1987 por su defensa de los
Derechos de las Mujeres. De ella han dicho: «A pesar de tener sólo 30 años al morir, Meena ya había
sembrado la semilla de un movimiento por los derechos de la mujer afgana,
basado en el poder del conocimiento». “Meena
tenía la certeza de que, pese a la oscuridad del analfabetismo, la ignorancia
del fundamentalismo, la corrupción y la decadencia de traidores impuestos en
nuestras mujeres bajo el nombre de la libertad y la igualdad, finalmente esa
mitad de la población despertará y cruzará el camino hacia la libertad,
democracia y derechos de la mujer. El enemigo tenía razón al temblar de miedo
ante el amor y respeto que Meena creaba en los corazones de nuestro pueblo.
Sabían que todos los enemigos de la libertad, la democracia y la mujer se
calcinarían en el fuego de su lucha». (RAWA)
Imagen: Collage de Ana&Heterónimas