El
nombre "Mujeres de Confort" era un eufemismo usado para describir a
mujeres forzadas a la esclavitud sexual por los militares japoneses durante la
Segunda Guerra Mundial. Mujeres jóvenes en los países bajo el control del
Imperio japonés eran secuestradas de sus casas. En muchos casos se las engañaba
con la promesa de trabajo en fábricas o restaurantes y, una vez reclutadas, las
mujeres eran encarceladas en "estaciones de confort" en países
extranjeros. Otras mujeres fueron detenidas a punta de pistola, y algunas,
después de ser violadas fueron llevadas a "estaciones de confort".
Los mismos militares japoneses reclutaban mujeres a la fuerza. Algunas
"estaciones de confort" fueron administradas de forma privada,
supervisadas, o administradas, directamente por el Ejército Japonés. El
Ejército Imperial Japonés y la Armada Imperial Japonesa estuvieron directa o
indirectamente involucrados en coaccionar, engañar, atraer, y algunas veces, en
el rapto de mujeres jóvenes en los territorios ocupados por Japón
Muchas
de ellas perdían la virginidad en estos sórdidos lugares y muchas terminaron
también estériles debido a la brutalidad de sus violadores. Las víctimas de
Timor Oriental testificaron que fueron forzadas a la esclavitud, aún cuando no
tenían edad suficiente para haber comenzado a menstruar. Los testimonios en el
Tribunal Estatal refleja que estas niñas pre-púberes fueron violadas
repetidamente por soldados japoneses, mientras que las que se negaron a cumplir
fueron ejecutadas
Las
cifras sobre la cantidad de mujeres involucradas varían. Alrededor de 200.000
mujeres jóvenes fueron reclutadas o secuestradas por los soldados para servir
en burdeles militares japoneses. Las estimaciones de la de BBC, "entre
200.000 y 300.000" y la Comisión Internacional de Juristas "cita
estimaciones de los historiadores de entre 100.000 y 200.000 mujeres."
La
mayoría de mujeres usadas en las "estaciones de confort" eran de Corea.
Miles de coreanas fueron explotadas sexualmente y usadas como esclavas sexuales
por las tropas japonesas durante sus campañas bélicas en el periodo colonial de
Japón sobre la península coreana. Les siguen en número las mujeres de China, Japón y las Filipinas. A la lista hay
que añadir además, mujeres de Tailandia, Vietnam, Malasia, Taiwán, Indonesia y
otros territorios ocupados por las tropas japonesas. Las estaciones fueron
localizadas principalmente en Japón, China, las Filipinas y Indonesia. Aunque también existieron en Malasia, Tailandia, Birmania, Nueva
Guinea, Hong Kong, Macau, y lo que fue Indochina francesa. Algunas mujeres
holandesas, captadas en las colonias holandesas en Asia, también se vieron
obligados a la esclavitud sexual.
De
acuerdo con el soldado japonés Yasuji Kaneko "Las mujeres gritaban, pero
no nos importaba si ellas vivían o morían. Éramos los soldados del emperador.
Ya sea en burdeles militares o en las aldeas, violábamos sin reticencias."
Las palizas y la tortura física eran cosa común.
Una
víctima testificó: " La historia más vergonzosa de los peores abusos de
los derechos humanos cometidos por los japoneses durante la Segunda Guerra
Mundial es la historia de las mujeres de solaz, la ianfu jugun, y cómo estas
mujeres fueron capturadas por la fuerza y en contra de su voluntad, a prestar
servicios sexuales para el Ejército Imperial Japonés. En el llamado centro de
solaz, yo fui golpeada y violada sistemáticamente día y noche. Incluso el
médico japonés me violaba cada vez que visitaba el burdel para examinarnos de
enfermedades venéreas."