sábado, 10 de mayo de 2014

El sufragismo como " amenaza a la familia". Las Sufragistas y Los/as Anti-Sufragistas


El movimiento sufragista  luchó infatigablemente por conseguir los principales objetivos del movimiento feminista: la incorporación de la mujer al trabajo , el derecho de voto, la mejora de la educación, la capacitación profesional y la apertura de nuevos horizontes laborales y la equiparación de sexos en la familia como medio de evitar la subordinación de la mujer y la doble moral sexual. En algunos países como Gran Bretaña la  Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino llegó a contar con más de 100.000 miembros, y centraba su labor en la propaganda política, convocando mítines y campañas de persuasión siguiendo,al principio, siempre una estrategia de orden y legalidad. Las reivindicaciones de la Unión se fueron ampliando, e incluían, además del derecho de voto, el derecho de las mujeres a recibir el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo, el derecho de las mujeres a ser las tutoras legales de sus hijos, junto a los padres, y la incorporación de las mujeres a la carrera judicial.


En la imagen emitida contra el sufragio de las mujeres se ve a un hombre haciendo las tareas del hogar y cuidando de su hijo. Y se puede leer :
“Todo el mundo trabaja. Menos mi mujer. Ella es Sufragista”.
“Yo quiero votar,pero mi mujer no me deja”







Estas reivindicaciones, que desde la perspectiva actual, nos parecen tan obvias, tuvieron una enorme oposición y  resistencia a las que  durante largas décadas se tuvo que enfrentar las sufragistas en su lucha por el derecho de sufragio femenino. 


En la imagen  contra el sufragio femenino se puede leer :“¿Qué es un hogar sin una Sufragista?”






Los argumentos basados en la discriminación por género fueron los que prevalecieron. Deshacer las tradicionales barreras entre lo público, terreno masculino, y lo privado, terreno femenino, autorizando el acceso de las mujeres al espacio público era considerado como un peligro para el orden social establecido y para el reparto de roles por género.


En la imagen anti-sufragista  se puede leer “¡Dónde, Oh  Dónde ¡ ¿Dónde estará mi errante esposa hoy?”






Muchos hombres, y bastantes  mujeres, estaban convencidos de que cuestionar abiertamente el prototipo femenino de “ángel” y “reina” del hogar, abriría incertidumbres respecto al futuro de la institución familiar y de su capacidad como reproductora del sistema social. De hecho, fue la percepción del sufragismo como una amenaza a la familia lo que impidió su aceptación social.



En la imagen emitida contra el derecho de las mujeres a votar se puede leer: 
“Qué es una Sufragista sin un sufrido esposo”





 El caso británico es el mejor ejemplo de movilización anti-sufragista, no sólo entre los hombres sino también entre las mujeres. En noviembre de 1908, se fundó en Londres la Liga Nacional de Mujeres Anti-Sufragio (Women's National Anti-Suffrage League). Su primera presidenta fue la popular novelista, Mary Ward. Los líderes de la Liga Anti-Sufragio insistían en que la gran mayoría de las mujeres británicas no estaban interesadas en conseguir el derecho de voto y advertían contra el peligro de que un pequeño grupo de mujeres organizadas forzaran al gobierno a cambiar el sistema electoral.


En la imagen emitida contra el sufragio de las mujeres se puede leer: 
“Mi esposa se ha unido al Movimiento Sufragista. Desde entonces no he dejado de sufrir”
 






Un buen ejemplo de la mentalidad de estas mujeres lo podemos ver en las manifestaciones de Lady Musgrave, presidente de la sección de East Grinstead de la Liga Anti-Sufragio, en un mitin en 1911, recogidas en un periódico:
"(...) afirmó estar completamente en contra de la extensión del derecho de voto a las mujeres, ya que pensaba no sólo no traería ningún bien a su sexo, sino que, por el contrario, haría mucho mal. Citando las palabras de Lady Jersey afirmó: "No pongáis sobre nosotras esta carga adicional". Las mujeres, en su opinión, no eran iguales a los hombres ni en resistencia ni en energía nerviosa, incluso, en su conjunto, tampoco en inteligencia".



En la imagen emitida contra el voto de las mujeres se puede leer:
“Ten cuidado! Esto es un aviso a las Sufragistas.”







El odio y las burlas hacia las Sufragistas era tal que se podían ver publicadas a imágenes como está:
“Lo que yo haría con las Sufragistas”




Afortunadamente, las sufragistas eran mujeres valientes, independientes y tenaces y no estaban dispuestas a abandonar su lucha por muchos obstáculos, burlas y penalidades que sufrieran.
“Nosotras queríamos mostrar que podíamos avanzar o conseguir la libertad humana a la que aspiramos sin utilizar violencia alguna. Hemos sido decepcionadas en esta ambición pero todavía podemos dar a nuestras almas el consuelo de que la violencia registrada no ha sido formidable y de que las más fieras de las sufragistas están más preparadas para sufrir daño que para infligirlo”. Millicent Garret Fawcett



En la imagen se puede leer:
“Las Mujeres traen al mundo a todos los votantes. Permitidlas votar”




La ausencia de resultados de la estrategia moderada hizo que a principios de siglo Emmeline Pankhurst creara la Unión Social y Política de las Mujeres (Women’s Social and Political Union). Sus miembros eran conocidas como las “suffragettes”. Mientras en el Parlamento se discutía las reformas legislativas que permitieran el acceso del voto a la mujer, la WSPU, además de los tradicionales medios de propaganda como los mítines y las manifestaciones, recurrió a tácticas violentas como el sabotaje, el incendio de comercios y establecimientos públicos, o a las agresiones a los domicilios privados de destacados políticos y miembros del Parlamento.
 


En la imagen se pueden leer los argumentos que proponían las sufragistas para que las mujeres fueran equiparadas en derecho de voto a los hombres:
“Lo que las Mujeres pueden ser y aún así no pueden votar: Alcaldesa, enfermera, madre, doctora, profesora y trabajadora en una fábrica.
Lo que los Hombres pueden haber sido y aun así no perder el voto: Convicto, loco, propietario de esclavos, inválido para trabajar, borracho.”






“Nos tiene sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad de la mujer por encima de toda esas consideraciones, y vamos a continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacerlas”.Emmeline Pankhurst









A la creciente represión gubernamental, las “suffragettes” respondieron con huelgas de hambre en la cárcel a las que la administración respondió con la brutal alimentación forzada. La respuesta del gobierno a las protestas contra esta cruel práctica fue realmente original.








El parlamento aprobó la conocida como “Ley del Gato y el Ratón” por la cual las mujeres, es decir, los “ratones”, serían liberadas por las autoridades, el “gato”, cuando su estado físico fuera preocupante. Sin embargo, una vez recuperadas físicamente volvían a ser detenidas y encarceladas.








Antes de la guerra mundial, la virulencia de la protesta sufragista hizo que los partidos políticos comenzasen a reconsiderar su actitud ante el voto femenino.
La primera guerra mundial marcó una tregua en las demandas sufragistas, y tras el conflicto, en el que las mujeres acumularon méritos como la mano de obra que permitió el funcionamiento de la economía, el sufragio femenino tuvo que ser finalmente reconocido.



He dejado para el final esta imagen porque, aunque  creo que se podía clasificar en origen como anti-sufragista,  a mí me parece completamente acorde con el movimiento feminista, ya que pone énfasis en que los hombres también pueden ser buenos padres y encargarse del hogar igual que lo hacen las mujeres.
Traducida al español diría algo así :“Qué es un hogar sin un padre?. No me importa si ella no vuelve nunca más.”