La
Emperatriz Cixí o Zishí (29 de noviembre
de 1835 - 15 de noviembre de 1908) Gobernante china que ejerció el poder,
primero como regente, y más tarde como
emperatriz viuda desde el año 1861 hasta su muerte en 1908.
Fue una mujer fuerte y segura de sí misma que
tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos
por el hecho de ser mujer.
Se
movió de la única manera posible en una sociedad de costumbres y rituales
complejísimos, en la que las conspiraciones y las muertes conformaban lo que
era la vida cotidiana y ser mujer no tenía ningún valor. Por eso tuvo que ser
más inteligente, sutil y cruel que todos
los hombres que la rodeaban.
Cixí fue una excepcional emperatriz que impulsó la modernidad en
China. Su etapa en el poder coincidió con los años de declive de la dinastía
Qing o manchú, la última dinastía imperial china. Su nombre de pila era
Orquídea, pasando a ser llamada Yehonala (el nombre del clan manchú al que
pertenecía) al ser nombrada concubina imperial y más tardíamente se le denominó
Emperatriz del Palacio Occidental.
Su
historia comienza cuando se convirtió en
la concubina del emperador Xianfeng.
Tras el embarazo del hijo y heredero del emperador, Cixi alcanzó una
gran influencia en la Ciudad Prohibida. Lo que
provocó la enemistad de la
emperatriz Ci'an y de uno de los consejeros más poderosos de palacio, Sushun.
Con la Primera Guerra del Opio y la
amenaza de los ejércitos occidentales el emperador Xianfeng, huye a su
residencia en Yehol junto con la familia imperial y algunos miembros de la
Corte.
Antes
de morir establece una regencia de las emperatrices Cixi, Ci'an, Sushun y su hermano el príncipe Kung. La
emperatriz Cixi temía la posibilidad de una conspiración palaciega. Al parecer,
el consejero Sushun organizó un golpe de Estado para derrocar a las dos
corregentes y hacerse él con el poder imperial.
A
pesar de todo, la habilidad política de Cixi la ayudó a salvar la dinastía y el
destino de su hijo y emperador Tongzi, venciendo las tentativas golpistas de
Sushun y regresando a la Ciudad Prohibida.
En
1861, Cixi y la también emperatriz viuda Ci'an se convirtieron en monarcas
regentes en nombre del hijo del emperador, Tongzhi, que asumiría el poder
imperial al alcanzar la mayoría de edad en 1873.
Entre
1861 y 1873 las dos emperatrices regentes, asesoradas por el hermano del
emperador fallecido, ejercieron el poder imperial de manera conjunta. Cixi no
estuvo presente en la coronación de su hijo, ni siquiera podía entrar en la
solemne área principal de la Ciudad Prohibida porque era mujer
Todos
los decretos se publicaban en nombre de su hijo, pero era Cixí quien los
autorizaba con su sello: diez años después de su llegada a la Ciudad Prohibida
se había convertido en la auténtica gobernante de China y tenía en sus manos el
destino de casi un tercio de la población mundial.
El
joven emperador Tongzhi fallecía dos años después de su mayoría de edad y la
emperatriz regente Cixi vulneró las normas establecidas de sucesión al nombrar
heredero a su sobrino Guangxu, de tres años de edad. Cixi continuó ocupando la
regencia junto a Ci'an. Tras la muerte de ésta en 1881, Cixi pasó a ocupar el
poder en solitario. El emperador Guangxu murió poco antes que ella, según
algunos, envenenado por órdenes suyas.
En
la última década de su vida, sus logros se materializaron en diversos ámbitos.
Abolió leyes como la terrible «muerte por los mil cortes» y prohibió el
tradicional vendaje de los pies de las mujeres. Se redactó la primera
constitución, se declaró la libertad de prensa y se sentaron las bases para una
democracia parlamentaria según el modelo inglés.
En
lo económico, promovió el tren que unía Pekín con Wuhán, el norte y el sur de
China. Con éste llegaron la minería del carbón, la electricidad y el telégrafo.
Además, había creado una Marina moderna y formado un ejército bien armado y
equipado. Empezó a enviar viajeros a otros países y nombró embajadores en el
extranjero. Quiso convertir a su sobrino Puyí en el siguiente emperador, pero
fue inútil y la dinastía Qing murió con ella en 1908.