Lucrina
Fetti (Roma c. 1590–1651) Pintora italiana. Era hija de el pintor, Pietro Fetti,
y hermana de Domenico Fetti y es conocida por sus obras religiosas del taller de
su familia.
Su
familia se mudó a Mantua y ella ingresó
en el convento de Santa Úrsula. Lucrina vivió allí el resto de su vida, ya sea
pintando decoraciones para el convento o pintando retratos de las princesas que
se criaron allí.
Fetti
pintó estos retratos sin esperar compensación financiera por su trabajo. Esta
situación era muy típica para las monjas-pintoras.
Pasó
casi sesenta años al servicio del convento como monja, pintora y negociadora económica;
y, cuando Margarita Gonzaga, su mecenas, murió,en 1632, Fetti ayudó al convento aportando las
ganancias recibidas de las posesiones de su familia hasta que murió alrededor
de 1673.
El
caso de Fetti es un ejemplo de otra de las vías mediante las cuales las mujeres
podían trabajar como artistas; haciéndose monjas. Esto condicionó su arte,
sobre todo restringiendo los temas al ámbito religioso o al retrato de aparato,
pero no le impidió desarrollar un estilo acorde a las novedades de su tiempo.
Sus
pinturas se dividen en dos categorías, ya sea retratos u obras sobre temas
religiosos También fue conocida por hacer retratos de las mujeres de la familia
de Margherita Gonzaga, duquesa de
Ferrara. Era ampliamente conocido que los retratos de mujeres importantes
exigían una cuidadosa atención a los detalles y un registro visual completo del
traje y los accesorios de la modelo, estas dos cualidades son evidentes en el
retrato que hizo Lucrina a Eleonora Gonzaga durante su matrimonio con el
emperador Ferdinando II. Algunos otros retratos que hizo fueron Margherita
Gonzaga cuando era viuda y de Caterina de Medici Gonzaga con un parecido
sorprendente con Santa Elena.
Entre
sus pinturas más famosas destaca María Magdalena, Santa Margarita y Santa
Bárbara. Las santas aparecen ricamente vestidas, y se
considera que Fetti logró exponer ahí su habilidad representar diferentes
texturas y efectos en los tejidos.