lunes, 20 de abril de 2020

Aisholpan Nurgaiv. La primera cazadora de águilas de Mongolia


Aisholpan Nurgaiv, tenía 13 años cuando se convirtió en la primera cazadora de águilas de Mongolia,  desafiando  las tradiciones y superando las barreras de género para convertirse en una cazadora de águilas. Tras  doce generaciones de su familia kazaja, todas ellas masculinas, en dicha tradición Aisholpan se convirtió en la primera mujer que desempeña esta profesión. De esta manera continuará una tradición que se transmite desde hace siglos de padres a hijos.

Hasta entonces, nunca antes a una mujer se le había permitido formar parte de esta tradición milenaria pues, según los ancianos de esta tribu, “las mujeres no están capacitadas para entrenar a un águila, ya que no tienen la fuerza ni la pericia necesarias”. La pequeña ha demostrado que se equivocan.

La niña lleva en la sangre la habilidad para manejar un ave tan poderosa y salvaje, que puede superar los dos metros de envergadura y pesar hasta siete kilos. Son nada menos que doce las generaciones de su familia, todas ellas masculinas, que se han dedicado a la profesión.

Aisholpan se convertía en un nuevo icono feminista sin proponérselo.






“Cuando tenía diez años, después de ver a mi padre, yo ya estaba segura de que quería ser una cazadora de águilas”. A pesar de lo inaudito de la situación, los padres siempre animaron a Aisholpan, pues desde el primer momento vieron el vínculo de la pequeña con el ave y no dudaron en entrenarla. Sin embargo, no despierta las mismas simpatías entre los cazadores veteranos, algunos de los cuales aseguran sentirse ofendidos.

La joven, que recientemente ha cumplido los quince años, lleva más de dos sobreviviendo a climas de 50 grados en las montañas, deambulando por los terrenos más desolados de Mongolia y montando a caballo mientras carga en su hombro al pesado animal.

Su historia llamó la atención al cineasta Otto Bell. “Estaba sentado en mi escritorio y me topé con un ensayo fotográfico de Aisholpan con el ave de su padre, que había captado un fotógrafo israelí llamado Asher Svidensky”

Tras ver el poderío y fortaleza que la pequeña desprendía con el animal, a Bell se le ocurrió que podría ser la protagonista de una de sus cintas. Tan rápido como pudo, puso rumbo a las montañas de Altaide Mongolia, una de las regiones más remotas del mundo y donde viven los pastores nómadas de la etnia de los kazajos (una de las más importantes de Kazajstán). Nacía así el documental The Eagle Huntress, (La Cazadora de Águilas).

El filme se centró en los meses de entrenamiento de Aisholpan de cara al gran Festival de Águila de Oro, un concurso al que nunca antes había participado una mujer y que es “la gran cita” anual para 70 practicantes de esta modalidad de caza tradicional.

Su historia y fuerza de voluntad le han valido para ganar una beca para acudir a una de las mejores escuelas de su país. Además, el cineasta ha anunciado que los fondos obtenidos gracias a la película le permitirán prepararse para ser lo que ella siempre quiso ser: cirujana.

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