En lugar de hablar
de “crimen pasional” en la cultura machista en la que vivimos deberíamos hablar
de Feminicidio (*) .Según el análisis que hacen Liliana Cura y
Silvia Paola Viqueira, este feminicidio generalizado que padecen las
mujeres victimas de violencia de género coloca a la mujer en
un dudoso papel, se transforma en “sospechosa” de haber provocado el ataque que
hizo al sujeto “perder la cordura”. Los medios de comunicación, reproducen el
calificativo de pasional a la sociedad que al ser catalogados
como “pasionales” también por las autoridades judiciales, y por la sociedad en
su conjunto, dan por entendido que todo está suficientemente claro y explícito.
Se piensa que el homicida no representa ningún peligro social y se le debe
considerar de manera benévola, casi como si fuera la víctima. Si es “la pasión”
la que lleva a matar, el hecho es más tolerable para la sociedad, es decir, es
más tolerable el discurso que busca esconder esta violencia. Según apunta
Willard Gaylin, ”El criminal usurpa la compasión que merece la víctima, y se
roba el público de la víctima, junto con su vida”. Detrás de este ocultamiento
se puede entrever el interés que lo sustenta: La violencia es el arma por
excelencia del patriarcado. Ni la religión, ni la educación, ni las leyes, ni
las costumbres ni ningún otro mecanismo habrían conseguido la sumisión
histórica de las mujeres si todo ello no hubiese sido reforzado con violencia.
(*)Feminicidio
es el homicidio de mujeres motivado por su condición de mujer. Se trata de un
término más específico que el de homicidio y serviría para dar visibilidad a
las motivaciones últimas de una mayoría de los homicidios de mujeres: la
misoginia y el machismo; siendo «la forma más extrema de violencia contra la
mujer».Es un neologismo creado a través de la traducción del vocablo inglés
femicide que procede de las autoras Diana Russell y Jill Radford en su
obra “Femicide.The politics of woman killing” También existe la palabra
genericidio utilizado en el libro “Gendercide: The Implications of Sex
Selection” escrito por Mary Anne Warren en 1985. Ambos conceptos fueron
castellanizados por la feminista mexicana Marcela Lagarde como
"feminicidio", siendo adoptado este término, tras un largo debate,
frente al término "genericidio".