Guadalupe
Amor (Ciudad de México, 30 de mayo de 1918 - 8 de mayo del 2000) Poeta y
escritora mexicana, conocida como Pita Amor
Fue
una mujer de contrastes. Su talante ante la vida podría definirse de una
desnudez ostentosa. No solo por las innumerables ocasiones en las que exhibió
sus pechos, sino también por sus versos. La poeta, más conocida como Pita Amor,
solía cubrir su cuerpo con elegantes joyas, pero disfrutaba vistiendo con ropa
de gasa transparente o dejando caer sus vestidos sin que le importara quién la
viera. Por la parte literaria, sus sonetos fueron “perfectos”, en palabras de
Elena Poniatowska, y en ellos esta mexicana nacida en 1918 también consiguió
expresarse sin tapujos.
Nació
en el seno de una familia conservadora, católica y porfirista (una época, entre
1876 a 1910, dominada por el presidente Porfirio Díaz), fue la última de siete
hermanos y desde chica mostró su carácter caprichoso y vanidoso. “Yo de niña
fui graciosa, de adolescente llorona, en mi juventud cabrona y en mi verano
impetuosa”
Pita
Amor desafió a las costumbres de su época. Su vida amorosa fue intensa y
variada, fue madre soltera, protagonista de varios escándalos y plasmó en sus
versos sus dudas sobre Dios y angustias existenciales.
Posó
desnuda para grandes pintores como Diego Rivera o Antonio Peláez. Hoy, es
considerada una precursora de la liberación sexual femenina.
Su
vocación poética surgió por casualidad. De joven buscó el éxito en el cine y el
teatro, pero en ninguno destacó.
Un
día a los 27 años, según cuenta la propia poeta en una servilleta y con el
lápiz con el que se pintaba los ojos escribió: “Casa redonda tenía de redonda
soledad: el aire que la invadía era redonda armonía de irrespirable ansiedad…”.
Dos
años más tarde publicó su primer poemario, “Yo soy mi propia casa”, que fue
aclamado por la élite intelectual. Personajes como Juan Rulfo, Xavier
Villaurrutia, Manuel González Montesinos y su mentor Alfonso Reyes aplaudieron
su trabajo.
Amor
aterrizó en lo que sería su época dorada. Publicó muchos poemarios más y
participó en exitosos recitales. Sin embargo, en 1961 su hijo Manuel, de menos
de dos años y del que se hacía cargo una de sus hermanas, murió ahogado. Un
trágico accidente que recluyó a la escritora por varios años. En los setenta,
la poeta volvió a los escaparates de la prensa pero nunca con tanta fuerza como
en los cincuenta.
Michael
Schuessler, uno de los biógrafos de Amor, define su poesía como autoreflexiva y
la compara con el trabajo plástico de la pintora Frida Kahlo. Además, asegura
que así como ocurrió en la época de la kahlomanía ha llegado el momento de la
pitamanía. “No tenía ningún pelo en la lengua, te decía lo que pensaba ya fuera
destructivo o hiriente. Tenía dos cosas impresionantes además del talento
poético: su memoria, nunca se equivocaba al recitar a los poetas que le
gustaban que eran sobre todo los clásicos españoles, y la segunda era su
agudeza mental, no dejaba títere con cabeza”
La
poeta, quien traspasó las fronteras de su país, sin perder el egocentrismo,
vanidad y seguridad que la caracterizaban decía: “…Que todo morirá cuando yo
muera imposible pensar de otra manera”.
Amigos
y críticos dejan definiciones variadas de la poeta: “Nunca he conocido persona
más surrealista. Personaje único, con una total libertad. Era una especie de
emperatriz de México. Un concierto perfecto de pasión, talento e inteligencia.
La loca más cuerda que he conocido”. “No tenía ningún pelo en la lengua, te
decía lo que pensaba ya fuera destructivo o hiriente. Tenía dos cosas
impresionantes además del talento poético: su memoria, nunca se equivocaba al
recitar a los poetas que le gustaban que eran sobre todo los clásicos
españoles, y la segunda era su agudeza mental, no dejaba títere con cabeza”
Todos
coinciden en el remolino, belleza y talento que fue Pita Amor.
Fuente. El País
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