Vamos
a fingir estar alegres todo el tiempo.
Mostrándonos satisfechas,
impasibles y de hermosura relajada,
como antiguas bellezas de postal.
Vamos a pretender
que nunca nos partieron el corazón
y que la muerte jamás nos rozó con sus dedos
fríos.
Simulemos
que nunca nos menospreciaron ni nos dijeron
eso de:
“tú
no sirves”,
“no
sigas intentándolo”
“mejor calla”,
“confórmate”.
Retengamos
los quejidos,
los
gritos, el descontento y las lágrimas por siempre,
que
no se diga que somos flojas, groseras, desagradecidas o ilusas.
No
permitamos entrar en casa a la pesadumbre,
la
rabia y la pena.
Vamos
a jugar a creernos resignadas y mansas
dibujando
con trazo firme una sonrisa amable en los labios, imperturbables ante la
injusticia
y
atentas a los deseos e imperativos ajenos...
¡A
ver quién revienta antes!
Ana
Elena Pena. Del libro” Vamos a follar
hasta que nos enamoremos”.
Imagen(tuneada): Antonio Mora