Marina
Ginestà (Toulouse, 1919-2014). En 1930,
sus padres, de origen español, se trasladaron desde Francia a Barcelona, donde muy joven militó
durante la República en el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Marina
Ginestà tenía sólo 17 años, un carné de las juventudes socialistas y el sueño
de una revolución cuando en verano de 1936 posó orgullosa y desafiante en la
terraza del Hotel Colón de Barcelona para el fotógrafo Juan Guzmán que tomo de
ella una imagen simbólica que se convirtió en un icono de la resistencia. Antes
del inicio de la guerra Ginestà y otros muchos idealistas preparaban la
Olimpiada Popular como respuesta a los Juegos Olímpicos que ese mismo año
organizaba la Alemania nazi. "Éramos tan ingenuos que pensábamos que el
levantamiento militar del 18 de julio era contra la Olimpiada popular" Trabajó
como traductora del enviado especial del diario soviético "Pravda"
Mijail Koltsov y luego como periodista de varios medios republicanos. Ginestà
vivió la guerra desde la retaguardia militante, preocupada por mantener alto el ánimo del bando
republicano. "Éramos periodistas y nuestra profesión era que no decayera
nunca la moral, difundíamos el lema de Juan Negrín 'con pan o sin pan
resistir'. Y nos lo creíamos". De la mano de Koltsov asistió a la
entrevista que el periodista soviético mantuvo en agosto del 36 con Buenaventura
Durruti en la localidad aragonesa de Bujalaroz, una conversación de alto nivel
político que Ginestà asegura que costó la vida a ambos, porque Stalin les
estaba espiando. Después de la derrota Marina Ginestà , herida, huyó a Francia,
pero la llegada de los nazis la obligó a
tomar un barco con destino a América. El barco se dirigía al México de Lázaro
Cárdenas donde los aguardaban con los brazos abiertos, pero se desvió para
ganar tiempo a la República Dominicana. En la República Dominicana de nuevo tuvo que huir en 1946 perseguida por el
dictador Rafael Trujillo y volver a
Europa. Sus últimos 40 años los vivió en Francia.