Cleopatra
Filopátor Nea Thea o Cleopatra VII (hacia 69 a. C.-30 a. C.) Fue la última
reina del Antiguo Egipto y de la dinastía ptolemaica, también llamada Lágida,
fundada por Ptolomeo I Sóter, un general de Alejandro Magno. Fue la última del
llamado Periodo helenístico de Egipto.
Cleopatra
ha alcanzado la categoría de mito. Fue hija de una época fascinante y convulsa,
los últimos años de un Egipto amenazado por el imperialismo de Roma, y habitó
un escenario, Alejandría, con una doble identidad griega y egipcia.
Mucho
se ha escrito sobre su atractivo irresistible, fruto de una intensa educación y
de su presunta belleza.
Dicen
que su belleza no era del todo incomparable, pero que era terriblemente
seductora, culta y refinada, dotada de un fuerte temperamento y de una
personalidad libre e independiente. Resultaba misteriosa y única porque
Cleopatra sentía una fascinación especial por los gatos, el animal más sagrado
de la cultura egipcia, y cuenta la leyenda que su propio gato le servía de
inspiración para la pintura de sus ojos: imitaba sus líneas sinuosas y oscuras,
emulando esa mirada felina y seductora.
Cleopatra
fue la única de la dinastía ptolemaica que aprendió la lengua egipcia.
Cleopatra
—cuyo nombre significa “gloria de su padre”— nació durante el invierno del 69
al 68 a.C. en la capital de Egipto, Alejandría.
Su
padre fue Ptolomeo XII y su madre probablemente fue Cleopatra VI, aunque otras
fuentes aseguran que era hija de una egipcia de clase alta.
Cuando
ascendió al trono de Egipto, a los 18 años, Cleopatra ya había desarrollado un
atractivo irresistible, fruto de una intensa educación y de su presunta
belleza. Poco más se conoce acerca de los primeros años de la vida de
Cleopatra.
Su
figura está irremediablemente ligada a los últimos años de la historia de
Egipto, un período que supuso la decadencia de una larga estirpe: la de los
Ptolomeos.
Tras
la muerte de Alejandro Magno, sus generales se repartieron el inmenso imperio
que él había reunido; Ptolomeo Lagos adquirió el territorio de Egipto, nombrándose
faraón e iniciando la dinastía lágida, época que se conoce con el nombre de
ptolemaica.
Sus
sucesores gobernaron Egipto concediendo poca atención a la milenaria cultura
faraónica, mientras Roma dominaba el Mediterráneo.
En
un periodo de suma inestabilidad, los egipcios entronaron a Ptolomeo XII, hijo
ilegítimo de Ptolomeo IX, que se casó con su hermana Cleopatra VI Trifena y
tuvo con ella tres hijas. Una de ellas, Cleopatra VII, se convertiría en la
futura reina de Egipto.
Ptolomeo
XII gestionó el país de manera desastrosa y fue expulsado por los alejandrinos.
El imperio recayó en manos de su esposa Cleopatra VI (57 a.C.), y a la muerte
de esta, su hija Berenice —hermana de Cleopatra VII— se convirtió en la
sucesora.Pero sobre ella también se cernió un destino fatídico: se esposó con
Arquelao, gobernante de Asia Menor, un imperio vecino y poderoso que era visto
con recelo por parte de Roma. Ptolomeo XII, subordinado al imperio de Roma,
derrotó a las tropas de su propia hija, y al entrar en Alejandría, ordenó
ejecutarla acusada de traición.
Así,
Cleopatra VII asumió el trono de Egipto. La joven faraona, que amaba la
historia de su país, podía hablar y leer la lengua faraónica, uno de los
motivos por el cual se granjeó el reconocimiento de sus súbditos egipcios.
Cleopatra
fue Reina de Egipto en un tiempo de
inestabilidad, por eso necesitó a Julio César y amó a Marco Antonio.
Expulsada
de Alejandría por su hermano, busco en Julio César un aliado poderoso para
luchar contra él e influir en Roma.
Su
relación con Marco Antonio fue intensa. Llevaron juntos una vida de lujo y derroche.
Cleopatra dio a luz dos niños gemelos, Cleopatra Selene II y Alejandro Helios.
No volvieron a encontrarse hasta cuatro años después. Él regresó a Egipto en
otoño del 37, durante el curso de una campaña contra los partos, y contrajo
matrimonio con Cleopatra (sin repudiar a Octavia). Marco Antonio cedió a su
esposa Chipre, Fenicia y Creta, y Egipto volvió a tener una extensión similar a
la de los tiempos de los primeros Ptolomeos. Tuvieron otro hijo (Ptolomeo
Filadelfo) y nombraron a sus vástagos herederos de varios Estados satélites
como Armenia y Cirene (34 a. C.).
Cuando
Marco Antonio perdió la guerra frente a Octavio, Cleopatra eligió morir y tomó
la decisión de suicidarse. Según la versión más extendida, pidió a sus criadas que
le trajeran una cesta con frutas y que metieran dentro una cobra egipcia (el
famoso áspid), responsable de su muerte, a finales de agosto del año 30 a. C.
Otras
versiones relatan que se quitó la vida al conocer el suicidio de su esposo.
Antes de fallecer escribió una misiva a Octavio en la que le comunicaba su
deseo de ser enterrada junto a Marco Antonio, y así se hizo.
Se
desconoce el lugar de su sepultura. Zahi Hawass la ubica en Taposiris Magna, a
30 km de Alejandría, aunque las excavaciones realizadas en junio de 2008
descartaron esta hipótesis.
Su
vida ha proporcionado material para numerosos novelas y películas.