Hécate.
Originalmente fue la Gran Diosa de los
carios de Asia Menor, que la veneraban como diosa madre. Más tarde fue integrada en la mitología griega y terminaría
adquiriendo sus connotaciones de diosa de la hechicería y su papel como «Reina
de los Fantasmas», el inframundo y la brujería bajo cuyo aspecto triplicado fue
transmitida a la cultura post-renacentista. Era conocida por otros nombres y
epítetos como Ctonia ( ‘de la tierra’),Crateis ‘poderosa’),Enodia ( ‘de los
caminos’),Antania (‘enemiga de la humanidad’),Curótrofa ( ‘niñera de los
jóvenes’),Artemisa de las encrucijadas, Propylaia (‘[la que está] delante de la
puerta’),Propolos (‘la que dirige’),Phosphoros (‘que trae la luz’),Soteira
(‘salvadora’),Prytania (‘reina de los muertos’),Trioditis (griego) o Trivia
(latín, ‘de los tres caminos’),Klêidouchos (‘guardiana de las
llaves’),Tricéfala o Tríceps (‘de tres cabezas’) Triformis (‘de tres formas’) y Diosa de las
encrucijadas. En los escritos esotéricos griegos de inspiración egipcia
relacionados con Hermes Trimegisto y en los papiros mágicos de la Antigüedad
Tardía era descrita con tres cabezas: una de perro, otra de serpiente y otra de
caballo o con tres cuerpos en lugar de cabezas. Su ayudante y representación
animal era la perra, y la forma más común de ofrenda era dejar carne en las
encrucijadas. Algunas veces incluso se le sacrificaban perros. Hesíodo nos
cuenta que Hécate era la única hija de Asteria, una diosa de las estrellas que
era hermana de Leto, a su vez madre de Artemisa y Apolo. La abuela de estos
tres primos era Febe, la anciana titánide que personificaba la luna. Hécate era
una reaparición de Febe, y por tanto diosa lunar, que se manifestaba en la
oscuridad de la luna. Como muchas antiguas diosas madre o de la tierra, Hécate
permaneció sin casarse y no tuvo consorte habitual, diciéndose a menudo que se
reproducía por partenogénesis. Se consideraba que todos los grandes magos y
hechiceros mitológicos eran descendientes suyos, especialmente los hermanos
Circe y Eetes, hijos suyos y, por tanto, abuela de Medea. Por otra parte, es la
madre de muchos monstruos, como Escila, que representaba los aspectos pavorosos
de la naturaleza. Se hizo común poner estatuas de la diosa en las puertas de
las ciudades, y finalmente en las puertas de las casas. Con el tiempo, la
asociación con el alejamiento de espíritus malignos llevó a la creencia de que
ofender a Hécate también los atraía. Así surgieron las invocaciones a Hécate
como gobernadora suprema de las fronteras entre el mundo normal y el de los espíritus.
Más tarde se convirtió en la asistente de Perséfone y su íntima compañera en el
Inframundo.
En los papiros mágicos del Egipto ptolemaico,
se le llama la Perra, y su presencia era indicada por los ladridos de los
perros. Mantuvo un gran número de seguidores como diosa de la protección y los
partos. En la imaginería posterior también tiene dos perros fantasmales como
sirvientes a su lado. En el Malleus maleficarum (1486) se afirma que Hécate fue
adorada por brujas que adoptaron partes de su mito como su diosa de la
hechicería. Debido a que Hécate ya había sido muy difamada a finales del
periodo romano, a los cristianos de la época les resultó fácil envilecer su
imagen. De esta forma todas sus criaturas fueron también consideradas
«criaturas de la oscuridad”, animales tales como cuervos, búhos nocturnos, serpientes,
escorpiones, asnos y murciélagos.También se la asocia a numerosas plantas y
hierbas. El tejo, que tiene fuertes asociaciones con la muerte y el
renacimiento; el ciprés, el avellano, el álamo negro, el cedro, el sauce, el ajo, las almendras, la lavanda,
el tomillo, la mirra, la artemisia, el cardamomo, la menta, el diente de león,
el eléboro, el milenrama y la celidonia menor estaban consagrados a Hécate. Yvarios
venenos y alucinógenos también, incluyendo la belladona, la cicuta, la
mandrágora, el acónito, conocido como hecateis y el opio. Muchas de las plantas
de Hécate eran aquellas que podían ser usadas por los chamanes para lograr
diversos estados de consciencia. En la época moderna Hécate se ha hecho popular
en las religiones neopaganas de inspiración feminista y la wicca(*) gracias en gran parte a su asociación como diosa de
la hechicería.
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(*)La Wicca : religión
neopagana desarrollada en Inglaterra. Se popularizó en la década de 1950- 1960
por Gerald Gardner, quien a la vez llamó a la religión, "culto de brujas y
brujerías", y a sus seguidores "la Wicca".