Se
dice que quedan en Albania entre una docena y medio centenar de vírgenes
juradas. Son las llamadas,”Mujeres-hombre”. Algunas son jóvenes, porque en las
regiones del norte todavía pervive el
Kanun, un código medieval y un rito arcaico por el cual en una familia sin varones las ‘vírgenes
juradas’ deben asumir su papel. El código Kanun, es un conjunto de leyes desarrollado por Lekë
Dukagjini, en vigor sobre todo en el norte de Albania y Kosovo desde el siglo
XV hasta el XX, y que se ha restablecido recientemente tras la caída del
comunismo a principios de la década de 1990.Es un conjunto de leyes consuetudinario,
transmitido de generación en generación, y que no se codificó ni transcribió
hasta el siglo XIX por Shtjefën Gjeçov. Aunque el Kanuni se atribuye al
príncipe albanés Lekë Dukagjini, sus normas evolucionaron hasta constituirse en
una forma de proporcionar tanto leyes como gobierno a esas tierras. El código
se divide en las siguientes secciones: Iglesia, Familia, Matrimonio, Casa,
Ganado y Propiedades, Trabajo, Transmisión de la Propiedad, Palabra, Honor,
Daños, Ley concerniente al Crimen, Ley Judicial, y Exenciones y Excepciones. En
una sociedad muy masculina y patriarcal, cuando una familia se quedaba sin
varones, porque se los mataban o no nacían, correspondía a una de las mujeres
hacer de hombre. Y convertirse en uno. Cortarse el pelo, vestirse con ropas
masculinas. No se casaba nunca, y de ahí su nombre, ‘virgjina’. Las ‘vírgenes
juradas’ eran una de las costumbres más arcaicas del Kanun, que es la ley de la costumbre en una tierra sin ley .Las
mujeres que decidieron vivir sus vidas
como un hombre, llenando el hueco dejado en las familias por la ausencia de
miembros varones, tenían que vestir,
trabajar y vivir como hombres, pero se mantienen vírgenes y nunca se casan. El
Kanun se ha extendido a ciudades como Shkodra con la inmigración, ha degenerado
e incluso hoy se mata a mujeres y niños. El Comité Nacional de Reconciliación,
ONG que pacifica litigios, calcula que unas 800 familias viven encerradas e
involucradas en venganzas. Hasta hay que pedir permiso con el mediador para llevar
un hijo al médico o al colegio. «La ley triunfará sobre el Kanun», ha dicho el
primer ministro, Sali Berisha. A las mujeres-hombres les llaman ‘bat’,
tratamiento de máximo respeto. Estas mujeres tienen privilegios masculinos. Pueden
fumar, algo reservado a los hombres. También pueden llevar armas, comprar y
vender tierras, recibir huéspedes, viajar solo/a, participar en las asambleas.
Es decir, tener derechos, porque las mujeres no tienen ninguno. Un ejemplo del
código Kanun, artículo 58: «El marido tiene derecho a pegar y encadenar a su
mujer si le desobedece». Una familia sin hombres o una mujer sola estaban
perdidas. Ni siquiera heredaban. Por eso, católicas y musulmanas, se convertían
en hombres. Socialmente, no sexualmente. Algunas se hacen hombre con 12 ó 13 años porque son hijas únicas.
«Han sufrido toda la vida, solas, para que nosotras tengamos una vida mejor»,
dicen con gratitud las mujeres que las rodean.