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Lilith. Dante G.Rossetti |
Cuando los hombres temen a
las mujeres libres las llaman demonios. Lilith fue una de ellas.
En
la literatura rabínica Lilith era la primera esposa de Adán, anterior a Eva.
Según la leyenda, abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló junto al
Mar Rojo, uniéndose allí con Asmodeo, que se convirtió en su amante, y con
otros demonios. La Enciclopedia Británica la define como: “Demonio femenino del
folklore judío, equivalente al vampiro inglés. Su personalidad y su nombre
“monstruo de la noche” se derivan de un demonio asirio-babilónico, Lilit o
Lila. Más tarde, se convirtió en una
bruja que rapta a los niños en sus cunas por la noche y se une a los hombres
como un súcubo, engendrando hijos, los lilim, con el semen que los varones
derraman involuntariamente cuando están durmiendo. Se la representa con el
aspecto de una mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente
pelirroja, y a veces alada. El mito de Lilith también representa a la primera
mujer nacida en igualdad de condiciones que el hombre y no como Eva que según
el mito judáico estaba sometida a Adán. Una mujer independiente y libre que
abandonó a Adán cuando vio que éste no estaba a su altura. Para algunos autores,
Lilith nos remonta a la etapa matriarcal de la Humanidad, una etapa, relacionada con las Diosas lunares. El
simbolismo de Lilith, hablaría de un momento previo al actual orden social
patriarcal que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y
mujeres.

Hay
que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas
Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos
(riquezas incluidas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto
vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin.
Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido
que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que
se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse
sobre la concavidad de la media luna. Se trata de la luna oscura, que aparece
visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una
breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven
al resto de la esfera.
Análisis
del mito de Lilith. (*)
Desde
el punto de vista Antropológico:
Su
situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta como un ser
previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una
"humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a
la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en la
actualidad.
Desde
el punto de vista Religioso:
Ciertas
particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con
características, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro
en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su
relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su
asociación con lo abisal, etc.
Desde
el punto de vista Psicológico:
Lilith
contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí
nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado
por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la
confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el
propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen
conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su
"ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor
Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio
interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades
Desde
el punto de vista Social:
Lilith
nos remonta a la etapa matriarcal de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si
hacemos arqueología cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos
textos de la Literatura
clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares.
El
simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual orden
social patriarcal que ha prefijado determinadas pautas de relación entre
hombres y mujeres.
VVAA
(*)“Lilith,
la sombra de Eva”. Paloma de Miguel