Maria
van Oosterwijk (Países Bajos, 1630- 1693) Pintora del Siglo de Oro neerlandés
especializada en la pintura de naturalezas muertas florales.
Alumna
de Jan Davidsz de Heem, sus obras, fechadas entre 1667 y 1689 las que están
datadas, llegaron a ser muy populares entre la aristocracia europea.
Fue
admirada, entre otros, por Leopoldo I de Habsburgo, Luis XIV de Francia o
Guillermo III de Inglaterra, no obstante nunca fue admitida en los gremios que
reunían a los artistas por su condición de mujer.
Su
padre la llevó, cuando aún era muy joven, al taller del maestro pintor Jan
Davidsz de Heems. Bajo la tutela de Heem, van Oosterwijck desarrolló su interés
en la pintura floral. Se convirtió en su alumna y mostró ella misma un talento
para pintar vívidas pinturas realistas.
A
parte de ser una talentosa pintora, también fue una sabia empresaria; consiguió
los servicios de un agente en Ámsterdam para vender sus obras a los alemanes.
Alcanzó
más fama internacional cuando Cosimo III de Medici viajó a Ámsterdam en 1667 y
juzgó sus pinturas al mismo nivel que las de su maestro, Willem van Aelst, pues
la familia toscana tiene una larga historia apoyando obras producidas por
mujeres, brindándoles prestigio.
A
pesar de que sus talentosas pinturas de flores eran buscadas por holandeses y
otros coleccionistas, se le denegó la afiliación al gremio de los pintores, ya
que las mujeres no tenían el permiso.
Esto
no impidió que amasase una fortuna, la cual invirtió en fines caritativos,
notablemente eran los rescates a soldados holandeses capturados por piratas
argelinos, en más de una ocasión, tal y como quedaron documentados en los
archivos de Ámsterdam.
Muy
pocas mujeres eran artistas profesionales durante el 1600. Van Oosterwijck
dedicó su vida a la pintura en vez de ser una esposa y madre Que se tenga
conocimiento, María van Oosterwijck pintó un total de 24 obras.
Van
Oosterwijck creó pinturas florales y de bodegón con temas alegóricos durante un
período en que semejantes trabajos eran muy buscados por Centro Europa. Junto
con Ruysch, ambas fueron juzgadas de ser las más eminentes pintoras de
bodegones de los Países Bajos.
El
trabajo de van Oosterwijck, usando colores muy vivos, está ricamente detallado,
a veces demostrando una técnica de claroscuro en su uso de la luz y sombra
En
1689, van Oosterwijck creó su última obra conocida, un bodegón presente en la
Colección de su Majestad la Reina en el Palacio de Kensington, Londres.