miércoles, 30 de octubre de 2013

La Diosa Hécate. Madre de todos los grandes magos y hechiceros mitológicos.

Hécate. Originalmente fue la Gran Diosa de  los carios de Asia Menor, que la veneraban como diosa madre. Más tarde fue  integrada en la mitología griega y terminaría adquiriendo sus connotaciones de diosa de la hechicería y su papel como «Reina de los Fantasmas», el inframundo y la brujería bajo cuyo aspecto triplicado fue transmitida a la cultura post-renacentista. Era conocida por otros nombres y epítetos como Ctonia ( ‘de la tierra’),Crateis ‘poderosa’),Enodia ( ‘de los caminos’),Antania (‘enemiga de la humanidad’),Curótrofa ( ‘niñera de los jóvenes’),Artemisa de las encrucijadas, Propylaia (‘[la que está] delante de la puerta’),Propolos (‘la que dirige’),Phosphoros (‘que trae la luz’),Soteira (‘salvadora’),Prytania (‘reina de los muertos’),Trioditis (griego) o Trivia (latín, ‘de los tres caminos’),Klêidouchos (‘guardiana de las llaves’),Tricéfala o Tríceps (‘de tres cabezas’)  Triformis (‘de tres formas’) y Diosa de las encrucijadas. En los escritos esotéricos griegos de inspiración egipcia relacionados con Hermes Trimegisto y en los papiros mágicos de la Antigüedad Tardía era descrita con tres cabezas: una de perro, otra de serpiente y otra de caballo o con tres cuerpos en lugar de cabezas. Su ayudante y representación animal era la perra, y la forma más común de ofrenda era dejar carne en las encrucijadas. Algunas veces incluso se le sacrificaban perros. Hesíodo nos cuenta que Hécate era la única hija de Asteria, una diosa de las estrellas que era hermana de Leto, a su vez madre de Artemisa y Apolo. La abuela de estos tres primos era Febe, la anciana titánide que personificaba la luna. Hécate era una reaparición de Febe, y por tanto diosa lunar, que se manifestaba en la oscuridad de la luna. Como muchas antiguas diosas madre o de la tierra, Hécate permaneció sin casarse y no tuvo consorte habitual, diciéndose a menudo que se reproducía por partenogénesis. Se consideraba que todos los grandes magos y hechiceros mitológicos eran descendientes suyos, especialmente los hermanos Circe y Eetes, hijos suyos y, por tanto, abuela de Medea. Por otra parte, es la madre de muchos monstruos, como Escila, que representaba los aspectos pavorosos de la naturaleza. Se hizo común poner estatuas de la diosa en las puertas de las ciudades, y finalmente en las puertas de las casas. Con el tiempo, la asociación con el alejamiento de espíritus malignos llevó a la creencia de que ofender a Hécate también los atraía. Así surgieron las invocaciones a Hécate como gobernadora suprema de las fronteras entre el mundo normal y el de los espíritus. Más tarde se convirtió en la asistente de Perséfone y su íntima compañera en el Inframundo.
 






 En los papiros mágicos del Egipto ptolemaico, se le llama la Perra, y su presencia era indicada por los ladridos de los perros. Mantuvo un gran número de seguidores como diosa de la protección y los partos. En la imaginería posterior también tiene dos perros fantasmales como sirvientes a su lado. En el Malleus maleficarum (1486) se afirma que Hécate fue adorada por brujas que adoptaron partes de su mito como su diosa de la hechicería. Debido a que Hécate ya había sido muy difamada a finales del periodo romano, a los cristianos de la época les resultó fácil envilecer su imagen. De esta forma todas sus criaturas fueron también consideradas «criaturas de la oscuridad”, animales tales como cuervos, búhos nocturnos, serpientes, escorpiones, asnos y murciélagos.También se la asocia a numerosas plantas y hierbas. El tejo, que tiene fuertes asociaciones con la muerte y el renacimiento; el ciprés, el avellano, el álamo negro, el cedro,  el sauce, el ajo, las almendras, la lavanda, el tomillo, la mirra, la artemisia, el cardamomo, la menta, el diente de león, el eléboro, el milenrama y la celidonia menor estaban consagrados a Hécate. Yvarios venenos y alucinógenos también, incluyendo la belladona, la cicuta, la mandrágora, el acónito, conocido como hecateis y el opio. Muchas de las plantas de Hécate eran aquellas que podían ser usadas por los chamanes para lograr diversos estados de consciencia. En la época moderna Hécate se ha hecho popular en las religiones neopaganas de inspiración feminista y la wicca(*) gracias en gran parte a su asociación como diosa de la hechicería.

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(*)La Wicca : religión neopagana desarrollada en Inglaterra. Se popularizó en la década de 1950- 1960 por Gerald Gardner, quien a la vez llamó a la religión, "culto de brujas y brujerías", y a sus seguidores "la Wicca".