Al
ver esta imagen de una mujer enjoyada nadie diría que la India es el cuarto país
peor del mundo para ser Mujer. A pesar de que la Constitución india reconoce la
no discriminación de género en sus artículos 14, 15, y 16 el papel de la mujer
en la sociedad india continúa siendo de subordinación al hombre y en la práctica
no se reconocen la igualdad de derechos de ambos sexos. La mujer es vista como
un bien económico y queda sometida a las decisiones de sus padres, tanto para
acordar la edad del matrimonio, como para elegir el marido. Desgraciadamente, en
la India una Mujer sólo tiene sentido como esposa, madre y nuera .El 80% de matrimonios son
“concertados” o acordados por los padres de los contrayentes. La esposa pasa a
ser dependiente de otra familia, no solo del marido sino también de la suegra y
el resto de la familia de su esposo. Al mismo tiempo, la familia de la mujer
tiene que pagar una dote. Antes de la celebración de matrimonio, las dos
familias negocian la cantidad a intercambiarse y el pago del dinero al futuro
marido. Romper este ciclo de sumisión para las mujeres es casi imposible porque
es la misma comunidad la que fomenta y perpetúa en el tiempo los mecanismos de
control y hegemonía masculina sobre las mujeres y su libertad para ser un rol
activo y autónomo en la sociedad. Asimismo, el Estado puede llegar a legitimar
algunos derechos de los hombres sobre las mujeres, proporcionando una base
jurídica que mantenga su status quo sin posibilidad de cambio.
Aunque
la mayoría de mujeres en la India trabajan y contribuyen a la economía de una
forma u otra, mucho de su trabajo es ‘invisible’, ya que no se documenta ni se
contabiliza en las estadísticas oficiales. Se estima que el 95% de mujeres trabajan
en el sector informal de la economía y su trabajo es inseguro, irregular,
invisible y normalmente no está reconocido. Las mujeres acostumbran a realizar
trabajos en el sector agrícola, venta ambulante, oficios tradicionales y el
servicio doméstico. En las zonas rurales, ellas representan el 40% de la mano
de obra agrícola a causa de la emigración de los maridos a las ciudades. Sin
embargo, a pesar de la feminización de la agricultura india y la incorporación
de la mujer al mundo laboral, ésta no goza de ningún tipo de independencia
económica. La mujer india debe entregar a su marido los beneficios obtenidos
trabajando para que él los administre a su gusto. Históricamente, la sociedad
hindú ha considerado que la mujer no podía heredar ni poseer propiedades, por
lo que dependía completamente de la benevolencia de su padre o marido.
En La India la violencia contra la mujer se manifiesta
de varias maneras, entre ellas la sexual, la doméstica, la discriminación de
casta, las muertes a causa de la dote o los crímenes de honor, entre otras. Y las
mujeres pobres o de casta baja son las que más sufren los abusos. Las mujeres
intocables, tribales y de otras minorías están en lo más bajo del sistema y
sufren las peores formas de discriminación y opresión. La violencia es un
continuo que abarca el ciclo de la vida, desde el vientre hasta la tumba. Muchas
mujeres viven en familias con prácticas patriarcales que justifican la
superioridad de los hombres. La falta de remedios efectivos, la falla del
Estado de proteger y prevenir la violencia en contra de la mujer, la
dependencia económica de muchas mujeres y las realidades de exclusión y
marginalización al expresarse resultan frecuentemente en que las mujeres
aceptan la violencia como parte de su realidad
Según un estudio de Unicef, más de la mitad de los
varones adultos en la India consideran que un marido tiene derecho a pegar a su
mujer en determinadas circunstancias. La violencia de género contra las mujeres, como explicabamos arriba,
se da de múltiples formas, en todas las clases sociales y en todas las castas,
así como en todas las regiones del país, según afirma la influyente abogada
especializada en derechos humanos Vrinda Grover. “La violencia contra la
mujeres es la expresión de un desigual estatus entre géneros”. Las violaciones
dentro del matrimonio en India no son punibles. Si eres mujer en la India y has
sido víctima de un abuso sexual, es probable que no quieras denunciarlo porque
la violación la habrá cometido un familiar o conocido tuyo, como ocurre en el
98% de los casos. Si aún así decides tomar la vía judicial, te encontraras sola
frente al sistema. Si eres mujer en la India y estás casada, debes saber que
tienes un 70% de posibilidades de que tu marido te maltrate. Al año son
quemadas vivas 100.000 mujeres y otras 125.000 fallecen víctimas de agresiones
físicas. Entre 25.000 y 100.000 de esas defunciones son resultado de causas relacionadas con litigios sobre la dote.
Cada
día, alrededor de 200 niñas y mujeres se introducen en el negocio del tráfico
ilegal en la India. El 80% de ellas lo hace en contra de su voluntad. La
extrema pobreza, la analfabetización, una prematura viudedad, el desempleo y la
falta de recursos económicos para la propia subsistencia empujan, a menudo, a
estas mujeres al tráfico ilegal y la prostitución. Las causas de la
prostitución infantil o la explotación sexual de menores se tienen que buscar
en los malos tratos de los padres, los matrimonios precoces y concertados y la
falta de educación sexual.