domingo, 8 de diciembre de 2013

En España, el Nacional Catolicismo tuvo múltiples versiones de las Hermanas de la Magdalena de Irlanda


 
En Irlanda, Magdalenas
y en España, Evas. Un nombre mal recibido que entrañaba pecado. En España el nacional catolicismo hizo lo mismo. Os dejo un enlace donde denuncian las coincidencias en España con las víctimas de Las Hermanas de la Magdalena. http://consuelogdelcid.blogia.com/2013/020701-las-hermanas-de-la-magdalena-magdalene-laundries.php
El Patronato Nacional Antituberculoso y el Patronato de Protección a la Mujer, en nombre de ambos Patronatos se cometieron las atrocidades mayores y verdaderos crímenes contra la humanidad. El gobierno español, a diferencia del irlandés, niega los hechos acontecidos hasta 1984. Niñas maltratadas. Adolescentes encerradas. Bebés robados. Los hechos, en mayor o menor medida, tuvieron  lugar en España hasta 1984. Cualquier padre podía deshacerse de su hija si su conducta no encajaba con los rigores o patrones familiares. Las rebeldes eran entregadas a una institución que se llamó Patronato de Protección a la Mujer, presidida por Carmen Polo de Franco. El Patronato decidía el destino de las menores tras pasar por un centro llamado COC –Centro de Observación y Clasificación- , que funcionaba a modo de comisaría en manos de monjas Trinitarias. Ellas entregaban a las menores  los conventos del Patronato, reformatorios en régimen carcelario o semi carcelario, dependiendo de su dureza. San Fernando, Villalba, Baeza...eran los tres considerados peores. Las madres solteras eran destinadas a Peña Grande, un reformatorio en manos de las Cruzadas Evangélicas donde la presión por ceder el niño a la adopción era algo habitual, así como el robo de bebés a las más desamparadas. Por otro lado, niñas de 6 a 15 años (salvo excepciones) eran captadas en los colegios públicos por la Sección Femenina, que ofrecía unas maravillosas vacaciones en nombre del Patronato Nacional Antituberculoso. Esas vacaciones que tuvieron lugar hasta 1975 en el Preventorio del Doctor Murillo, Guadarrama, se convirtieron en el peor de los infiernos. Malos tratos, castigos físicos y psíquicos por parte de las llamadas cuidadoras. Las niñas eran obligadas a ingerir su propio vómito, entre otras muchas cosas. Algunas continuaron la cadena estatal de centros. Las embarazadas por Peña Grande y las rebeldes por San Fernando o Villalba. Presuntamente el origen de la trama del robo de niños -300.000- procede del Patronato de Protección a la Mujer. Algunas, como las Magdalenas, llevan años luchando por el esclarecimiento y verdad de los hechos. El país que niega u olvida su historia, está condenado a repetirla.